EL MAGISTERIO HACIA UNA POLÍTICA EDUCATIVA DE LOS TRABAJADORES
(Maestro Bardomiano González Pérez)
Coincido
en gran parte con el maestro Luis
Hernández Montalvo en su escrito de que “los profesores debemos tener voz
propia” y creo que debemos participar
activamente en los cambio educativos,
porque históricamente los que han aprobado cambios de política educativa han
sido los gobernantes y los dirigentes
sindicales y dejan por fuera a los
tres actores principales del proceso enseñanza aprendizaje que son: los
maestros de banquillo, los padres de familia y los alumnos.
Posiblemente
el error ha sido que el SNTE como sindicato corporativo está
sostenido por el poder presidencial
y en el momento en que este poder considera conveniente cambiar de monos
lo hace sin ningún pudor, y lo curioso
es que los actores del proceso
educativo lo aceptan, aunque esto tiene
su razón; la organización de trabajadores
de la educación nunca ha creado una política educativa propia en beneficio de la clase trabajadora y se
tiene que colgar de la política
educativa del sistema político vigente,
ya que no tiene nada que anteponer a las decisiones del poder central del
estado.
En países en los que existe una verdadera participación de los actores
educativos y anteponen su política educativa
a favor de los trabajadores al
estado como Chile Argentina o Perú de
los países latinoamericanos es
porque los trabajadores de la educación
han formado con el tiempo una serie de
metas educativas y políticas pública en
favor de sus trabajadores y de la
sociedad, por eso cuándo el estado siguiendo los compromisos con la UNESCO o la OCDE quiere aplicar una política educativa se
encuentra con la tenaz resistencia
activa de los trabajadores de la educación apoyados por padres de familia y
alumnado, porque tienen una política
educativa para oponerla a la política de
estado. Lamentablemente en nuestro país no ocurre esto; ya que en los estatutos del SNTE simplemente su política educativa se centra
en el slogan tan manoseado de “La Educación al Servicio del Pueblo” que ya suena hueca y sin sentido.
Históricamente una política educativa de los maestros en nuestro país, fue la de los racionalistas de los maestros
agrupados en las organizaciones del sureste del país llamados “Grupos de San Casiano” que basados en la filosofía de Renato Descartes, proponen una Educación Racionalista y se filtran en los estados de Veracruz, Campeche, Yucatán y Chiapas formando el Partido Socialista del Sureste que llevó a la gubernatura a Felipe Carrillo Puerto en Yucatán y que fue
asesinado en la rebelión De la
Huertista.
Este grupo participó en el Congreso Constituyente de 1917 oponiéndose
a la propuesta de Carranza de descentralizar la educación y
dejar participar a la iniciativa privada en
la educación de los hijos de obreros y campesinos, ellos por su
representación con Luis G. Monzón exigían que la educación fuera gratuita
y racionalista o sea que combatiera
las religiones, y que al final de ls discusiones se impuso la mayoría de diputados creando el artículo tercero con la propuesta de “la escuela de la revolución”. En esa ocasión
ese grupo de maestros si tenía una propuesta educativa basada en la filosofía cartesiana, aunque
perdió su propuesta en el Congreso
Constituyente.
A mediados de los años 50 en el periodo presidencial de Adolfo Ruiz Cortínez, con el movimiento de
la sección 9 del D.F. provocada por la lucha interna de control del SNTE entre dos grupos de la clase gobernante, el movimiento provocado por Abel
Ramírez Acosta para presionar a Ruiz
Cortínez provoca que el control de la
sección caiga en manos de Othon Salazar oriundo de la montaña
de Guerrero y un líder con muchas tablas, que se convierte en un
peligro para la clase gobernante en México no solo por el movimiento que
logra el control de la sección para
entonces más grande del país sino porque le da una articulación a su movimiento
con una política educativa de los
trabajadores de la educación formando el MRM con principios educativos en los que se contemplaba la
participación de los tres actores del proceso enseñanza aprendizaje y con toda
una estrategia de lucha para lograr imponerle al estado una política
educativa a favor de los trabajadores, tal vez por eso
tuvo mucho impacto a nivel nacional de
tal forma que hubo necesidad de que los
grupos gubernamentales en pugna se unieran con el SNTE para acabar con
esa incipiente organización de Othon
Salazar al mirar en peligro sus intereses.
Descontando esos dos intentos de formar una
política educativa en favor de los trabajadores impulsadas por los maestros no encuentro ninguna otra más que ya que
tradicionalmente la organización de los
trabajadores se suma a la política
educativa del estado y no tiene nada que anteponer por lo tanto cualquier intento de
proponer cambios sustantivos en a educación no tiene ningún sustento.
Por otra parte las
organizaciones independientes del SNTE
no son más que una copia de su sindicato originario con copias mayormente
basadas en los estatutos del SNTE, sin ninguna política educativa que
las organizaciones antepongan a la del estado, y con esa trayectoria es
difícil que puedan movilizar a los actores
del proceso E-A.
En los últimos meses la nota la han dado los de la CNTE pero no tienen ningún proyecto educativo que
anteponer al del estado, ninguna política educativa de los trabajadores que impacte
a la población sino solamente el
rechazo a la evaluación y a la reforma
educativa por la simple razón que al
aplicarla van a perder su zona de confort, y las ganancias que estaban
acostumbrados a tener, al clientelismo
que les proporcionaba el reparto de plazas de promociones, y a la tajada que
les proporcionaba el estado del
presupuesto educativo, y eso no nos
lleva a ninguna parte no es lo
mismo decir yo no estoy de acuerdo con la política
educativa del estado porque sí, a decir
no estoy de acuerdo porque
nosotros tenemos nuestra propia
política educativa en beneficio de los
alumnos maestros y padres de familia y
es la siguiente, y es por la que vamos a
luchar.
Algunos pueden decir que si
han presentado opciones cuando los
sindicatos sienten que van a perder sus
prebendas y sus negociaciones que
benefician a sus dirigentes y a un grupo selecto, pero señores ese bodrio eso no es una política
educativa sino un engaño a la población
para hacerse los mártires y seguir medrando del presupuesto educativo, y
presionar para que las cosas sigan igual.
Lo que necesitamos los maestros para
poder intervenir es ser partícipes de la
política educativa es que las
organizaciones gremiales establezcan como meta una política educativa a corto
o largo plazo por la cual luchar y eso
en las condiciones actuales no
existe, por lo tanto una responsabilidad de las organizaciones de los
trabajadores es construirla para que los
maestros podamos participar activamente
en los cambios educativos.
Es cierto como dice el maestro Luis Hernández en su
artículo no existen espacios para que
los maestros participemos en los cambios y ejecuciones de la política educativa
en el país, y eso de acuerdo a mi percepción se debe a que las organizaciones
sea SNTE o CNTE (que son los mismos
aunque ellos lo nieguen) o
sindicatos independientes no han
construido una política educativa que
sirva de base para participar y anteponer
a la política educativa del estado.
Solamente son
copias y malas de las
estrategias, de las mañas y negociaciones
que el SNTE ha llevado tradicionalmente con los gobernantes en turno,
todo se puede resumir a una defensa de los intereses de los dirigentes
en sus negociaciones con el estado, en las que los menos beneficiados
son los actores principales del proceso enseñanza -aprendizaje.
Mexicali Baja
California a 7 de agosto del 2015
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