La
historia, en aquella vieja historiografía positivista, narraba el pasado como
secuencias en línea recta. Las Ciencias Sociales, igual que el objeto de
estudio de las Ciencias Físicas y Naturales, estudiaban lo social como objetos
inmóviles observados por un sujeto sabio. El error historiográfico en nuevos
paradigmas de las Ciencias Sociales lo aclaran cada vez más y la utopía humana
es replanteada. Esto es muy bueno para pensar la nueva educación que debe tener
claro el sentido.
El
pensamiento neoliberal se afirma desde el fin de las utopías: es una utopía que
se funda en un pensamiento anti utópico y pragmático.
Es cierto que ingenuamente creímos en “un
socialismo” que se asumió inevitable en correspondencia a las “leyes científicas sociales del devenir”. El
positivismo penetró un “marxismo” que aprendimos en el siglo XX difundido por
una versión soviética. Pero entre 1989 y 1992 ese cuento mágico pseudocientífico
se acabó y enfrentamos ahora a un totalitarismo de Mercado Financiero que
subordina a los Estados nacionales. Pragmatismo vía escepticismo transferidas como
individualismo y sectarismo instrumentalizan una política mediática: los medios secuestran a
los fines.
Walter Benjamín nos
enseñó que “con los desesperanzados se reconstituye la esperanza” y por tanto, creo que la hora de los pueblos ha
llegado y con ella la demanda de una nueva política[1]
. Digamos contra el neutralismo popperiano
que la educación que practica un sujeto histórico es siempre una política.
Es necesario
replantearnos la utopía no como una ideología sino como un hecho que fundamenta
nuestro derecho: el hecho de una vida humana plena en comunidad.
Las utopías,
dice Galeano no sirven para nada, sólo para caminar. La utopía de la vida hoy
es ese elemental derecho humano a la vida exige otro Mercado y otro Estado. La
racionalidad medio-fines o racionalidad técnica debe subordinarse a la
racionalidad de la vida. Para terminar con la irracionalidad de lo
racionalizado (F. Hinkelamert) debemos asumir cuanto antes la preparación de
nuevos actores sociales con o sin permiso: en la escuela, la familis, la calle,
la iglesia, etc. Esa debe ser la nueva política o nueva educación, ahora que es
tiempo todavía. Con mayor razón si hablamos de organismos de trabajadores de la
educación.
La sociedad neoliberal
de mercado total camina sólo a tientas en lo inmediato. No mira los abismos.
EL
NEOLIBERALISMO MEXICANO
El
neoliberalismo es una versión del viejo capitalismo, pero muy pervertido. Su nacimiento
anecdótico suele ubicarse hacia 1973 en la era de los petrodólares, cuando
otorgaron los Premio Nobel de Economía a F, Hayek y posteriormente a M. Friedman. En 1989 se
colapsaba el “sistema del socialismo real” y la euforia por la victoria del
capitalismo proclamaba con Fukuyama “el fin de la historia”: una proclama
totalitaria.
La
contrarreforma radical en México arranca fuerte en el sexenio de Miguel De la
Madrid y se ha ido radicalizando al paso de los años.
Este
neoliberalismo mexicano actúa como cáncer enmascarado. No hemos podido detenerlo.
Desde entonces
se ha venido anunciando como reformas a la educación mexicana, pero ahora
parece con mayor virulencia.
El problema por
tanto no es solamente educativo. Desde luego que como Profesores debemos asumir
nuestra tarea, pero junto con toda la sociedad mexicana, latinoamericana y
mundial. Para la transformación educativa estamos obligados a derrumbar la
hegemonía neoliberal
EL
NEOLIBERALISMO EDUCATIVO
Es erróneo abordar
el tema de la reforma educativa. Pero además no sólo es en México: es un proyecto
del Capitalismo mundial.
Por eso para
pensar este capitalismo neoliberal es necesario partir de una geopolítica a una
geoeconómica desde la historiografía de larga duración del sistema-mundo moderno capitalista con su civilización eurocéntrica
descentrando su filosofía, su ciencia y su cultura.
Si el neoliberalismo
y su proyecto educativo no es nacional, ni siquiera similar al viejo concepto
de imperialismo de Lenin, su Ser totalitario y avasallante en un “cambio de
época” radical que amenaza la vida del hombre y la naturaleza en el planeta es
ingenuo creer que el sector magisterial o un Partido político o un mesías,
puedan ser suficientes para derrotarlo. El problema es más profundo si queremos
entenderlo con toda seriedad.
El Neoliberalismo Educativo es un proyecto
mundial con adecuaciones nacionales y regionales. En Colombia y en Chile, como
en otros países latinoamericanos se aplica. El
Profesor Renán Vega de la UPN de Colombia escribe al respecto:
“El proceso de mercantilización de la educación viene
acompañado de una nueva lengua, que aplicada a la educación la empobrece en una
forma dramática: la escuela es una empresa, los rectores son administradores,
los profesores son formadores de capital humano, los estudiantes son usuarios,
los padres de familia son clientes y se exalta la noción gerencial de cómo
resultado de la lógica costo-beneficio. Según esta terminología la escuela no
es un lugar en donde los individuos se forman culturalmente para la vida, sino
que es una empresa del conocimiento”.[2]
El
Neoliberalismo es un momento de la transformación del viejo mercado
capitalista.
El mercado capitalista
mundializado es una realidad ahora en que se ha trastocado todo. Del “progreso”
prometido lo que hay es una enorme
desigualad e injusticia. Por tanto tenemos que pensar la educación como una mediación en medio de esa totalidad
social: el mercado, como “circuito de la vida” es fundamento del sistema
civilizatorio contemporáneo, desde hace cinco siglos o sistema de la Modernidad
Capitalista.
Su realidad nos
envuelve y asusta. Sin embargo no es sencillo entenderla. Para tal fin la
pregunta ¿Cómo encontrar lo real de la realidad? Primero fue mercado liberal
que teorizó A. Smith y que estudió Marx revelando
críticamente el sentido inhumano del capitalismo a través de análisis minucioso de la
mercancía. Sin embargo, a finales del siglo XIX desde una Sociología León Walras,
Wilfredo Pareto y Max Weber formularon una teoría de equilibrio de mercado hacia
la autorregulación o Modelo Clásico de Mercado de donde partiría Hayek y
Friedman para formular su diabólica teoría neoliberal del Mercado.
Este abordaje
apresurado indaga en el debate teórico contemporáneo para apoyar los esfuerzos
del “Diálogo entre Profesores” comenzando con aquellos que un tiempo confluimos
en esfuerzos sindicales que desgraciadamente no han tenido buen desenlace. Lo
hago para afirmar que esta reforma educativa neoliberal no es una reforma como
las que hemos conocido (Vasconcelos, Torres Bodet, Echeverría, etc.) Sino, la de un desafío totalitario sumamente
agresivo.
Revisemos
brevemente nuestra historia educativa nacional.
EL PROYECTO EDUCATIVO NEOLIBERAL MEXICANO.
Las
distintas reformas educativas de países latinoamericanos tienen matices
nacionales, pero en general responden a una misma doctrina con similares
conceptos y lenguajes. En algunos casos, como sería el Chileno donde desde el
golpe militar de Pinochet se inició el estreno mundial del proyecto neoliberal,
se ha seguido implementando en otros países hermanos (Colombia), aún cuando en
otros felizmente han reaccionado ensayando ya hacia nuevos horizontes
(Bolivia). Sin tocar siquiera el método comparativo necesario, voy a partir de
afirmar que han sido Instituciones Globales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario
Internacional y hasta la UNESCO quienes han difundido el pensamiento pedagógico
neoliberal con el que se corresponde el desbaratado proyecto de “Innovación
Educativa” que quieren aparentar sea nacional.
La
Reforma Educativa Mexicana en marcha ahora podemos fijarla también en la
llamada “descentralización” en 1992. Un largo proceso de implementación.
La Reforma
Educativa Española, que fue por la época de mis estudios de Maestría en
Innovaciones Educativas se anotaron nueve modelos de Innovaciones Educativas.
El peor de todos, o sea el Modelo de Innovación
que con el que seguramente se fracasa es el Modelo Burocrático-Legislativo ya
que se impone como acto de autoridad sin discutirlo con los implicados: sin
convencer a la sociedad, a los Maestros, los padres de familia, los educandos.
El hecho es que
esta reforma desafiante ha comenzado al revés desde el Modelo
burocrático-legislativo de innovación. Comienza con cambios político-laborales para
el sindicalismo que propio Estado había corporativizado y sin discutir plenamente
el modelo educativo.
Por lo pronto
tienen paralizado al SNTE y van sobre la CNTE. Creo que podríamos trabajar la
hipótesis de que el SNTE, en cuanto tal, ha llegado a su final. No creo que sea
tan fácil con la CNTE aunque rebasa con mucho los motivos que ésta tenía para
desplegar su estrategia y su táctica anteriores. Poco a poco el magisterio irá
comprendiendo la naturaleza de esta “reforma educativa” y creo que habrá una
sacudida que llegará hasta la sucesión presidencial.
Preparémonos
para eso. Esa es mi conclusión. La propuesta es que comencemos a trabajar la
posibilidad de ir delineando un nuevo Sindicato que unifique la voz del
magisterio, al menos para enfrentar juntos al neoliberalismo educativo, y si es
necesario, apoye un nuevo Estado con mayor vinculación con el latino
americanismo que vive una saludable primavera política.
México, D.F. a
22 de mayo de 2015
[1] Abundan textos que lo
escriben sobre esta esperanza para lo que es imprescindible aprender a lucha
unidos: otra política que la sectaria. Cfr. Harvey David “Diecisiete
contradicciones y el fin del capitalismo!” Instituto de Estudios de Posgrado.
Quito, Ecuador. 2014.
[1][1] Vega Renán. CONTRARREFORMA EDUCATIVA EN COLOMBIA. Rebelión. Bogotá.,
2011, p.1
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