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martes, 4 de agosto de 2015

La Reforma Educativa en México Pedro Medina Calderón


            La historia, en aquella vieja historiografía positivista, narraba el pasado como secuencias en línea recta. Las Ciencias Sociales, igual que el objeto de estudio de las Ciencias Físicas y Naturales, estudiaban lo social como objetos inmóviles observados por un sujeto sabio. El error historiográfico en nuevos paradigmas de las Ciencias Sociales lo aclaran cada vez más y la utopía humana es replanteada. Esto es muy bueno para pensar la nueva educación que debe tener claro el sentido.

            El pensamiento neoliberal se afirma desde el fin de las utopías: es una utopía que se funda en un pensamiento anti utópico y pragmático.

 Es cierto que ingenuamente creímos en “un socialismo” que se asumió inevitable en correspondencia a las “leyes  científicas sociales del devenir”. El positivismo penetró un “marxismo” que aprendimos en el siglo XX difundido por una versión soviética. Pero entre 1989 y 1992 ese cuento mágico pseudocientífico se acabó y enfrentamos ahora a un totalitarismo de Mercado Financiero que subordina a los Estados nacionales. Pragmatismo vía escepticismo transferidas como individualismo y sectarismo instrumentalizan una  política mediática: los medios secuestran a los fines.

Walter Benjamín nos enseñó que “con los desesperanzados se reconstituye la esperanza”  y por tanto, creo que la hora de los pueblos ha llegado y con ella la demanda de una nueva política[1] . Digamos contra el  neutralismo popperiano que la educación que practica un sujeto histórico es siempre una política.

Es necesario replantearnos la utopía no como una ideología sino como un hecho que fundamenta nuestro derecho: el hecho de una vida humana plena en comunidad.

Las utopías, dice Galeano no sirven para nada, sólo para caminar. La utopía de la vida hoy es ese elemental derecho humano a la vida exige otro Mercado y otro Estado. La racionalidad medio-fines o racionalidad técnica debe subordinarse a la racionalidad de la vida. Para terminar con la irracionalidad de lo racionalizado (F. Hinkelamert) debemos asumir cuanto antes la preparación de nuevos actores sociales con o sin permiso: en la escuela, la familis, la calle, la iglesia, etc. Esa debe ser la nueva política o nueva educación, ahora que es tiempo todavía. Con mayor razón si hablamos de organismos de trabajadores de la educación.

La sociedad neoliberal de mercado total camina sólo a tientas en lo inmediato. No mira los abismos.

EL NEOLIBERALISMO MEXICANO

            El neoliberalismo es una versión del viejo capitalismo, pero muy pervertido. Su nacimiento anecdótico suele ubicarse hacia 1973 en la era de los petrodólares, cuando otorgaron los Premio Nobel de Economía a F, Hayek  y posteriormente a M. Friedman. En 1989 se colapsaba el “sistema del socialismo real” y la euforia por la victoria del capitalismo proclamaba con Fukuyama “el fin de la historia”: una proclama totalitaria.

            La contrarreforma radical en México arranca fuerte en el sexenio de Miguel De la Madrid y se ha ido radicalizando al paso de los años.

Este neoliberalismo mexicano actúa como cáncer enmascarado. No hemos podido detenerlo.

Desde entonces se ha venido anunciando como reformas a la educación mexicana, pero ahora parece con mayor virulencia.

El problema por tanto no es solamente educativo. Desde luego que como Profesores debemos asumir nuestra tarea, pero junto con toda la sociedad mexicana, latinoamericana y mundial. Para la transformación educativa estamos obligados a derrumbar la hegemonía neoliberal

EL NEOLIBERALISMO EDUCATIVO

Es erróneo abordar el tema de la reforma educativa. Pero además no sólo es en México: es un proyecto del Capitalismo mundial.

Por eso para pensar este capitalismo neoliberal es necesario partir de una geopolítica a una geoeconómica desde la historiografía de larga duración del sistema-mundo  moderno capitalista con su civilización eurocéntrica descentrando su filosofía, su ciencia y su cultura.

Si el neoliberalismo y su proyecto educativo no es nacional, ni siquiera similar al viejo concepto de imperialismo de Lenin, su Ser totalitario y avasallante en un “cambio de época” radical que amenaza la vida del hombre y la naturaleza en el planeta es ingenuo creer que el sector magisterial o un Partido político o un mesías, puedan ser suficientes para derrotarlo. El problema es más profundo si queremos entenderlo con toda seriedad.

 El Neoliberalismo Educativo es un proyecto mundial con adecuaciones nacionales y regionales. En Colombia y en Chile, como en otros países latinoamericanos se aplica. El  Profesor Renán Vega de la UPN de Colombia escribe al respecto:

“El proceso de mercantilización de la educación viene acompañado de una nueva lengua, que aplicada a la educación la empobrece en una forma dramática: la escuela es una empresa, los rectores son administradores, los profesores son formadores de capital humano, los estudiantes son usuarios, los padres de familia son clientes y se exalta la noción gerencial de cómo resultado de la lógica costo-beneficio. Según esta terminología la escuela no es un lugar en donde los individuos se forman culturalmente para la vida, sino que es una  empresa del conocimiento”.[2]

El Neoliberalismo es un momento de la transformación del viejo mercado capitalista.

El mercado capitalista mundializado es una realidad ahora en que se ha trastocado todo. Del “progreso” prometido lo que hay es una enorme  desigualad e injusticia. Por tanto tenemos que pensar la educación  como una mediación en medio de esa totalidad social: el mercado, como “circuito de la vida” es fundamento del sistema civilizatorio contemporáneo, desde hace cinco siglos o sistema de la Modernidad Capitalista.

Su realidad nos envuelve y asusta. Sin embargo no es sencillo entenderla. Para tal fin la pregunta ¿Cómo encontrar lo real de la realidad? Primero fue mercado liberal que teorizó A. Smith  y que estudió Marx revelando críticamente el sentido inhumano del capitalismo  a través de análisis minucioso de la mercancía. Sin embargo, a finales del siglo XIX desde una Sociología León Walras, Wilfredo Pareto y Max Weber formularon una teoría de equilibrio de mercado hacia la autorregulación o Modelo Clásico de Mercado de donde partiría Hayek y Friedman para formular su diabólica teoría neoliberal del Mercado.

Este abordaje apresurado indaga en el debate teórico contemporáneo para apoyar los esfuerzos del “Diálogo entre Profesores” comenzando con aquellos que un tiempo confluimos en esfuerzos sindicales que desgraciadamente no han tenido buen desenlace. Lo hago para afirmar que esta reforma educativa neoliberal no es una reforma como las que hemos conocido (Vasconcelos, Torres Bodet, Echeverría, etc.)  Sino, la de un desafío totalitario sumamente agresivo.

Revisemos brevemente nuestra historia educativa nacional.

 EL PROYECTO EDUCATIVO NEOLIBERAL MEXICANO.

            Las distintas reformas educativas de países latinoamericanos tienen matices nacionales, pero en general responden a una misma doctrina con similares conceptos y lenguajes. En algunos casos, como sería el Chileno donde desde el golpe militar de Pinochet se inició el estreno mundial del proyecto neoliberal, se ha seguido implementando en otros países hermanos (Colombia), aún cuando en otros felizmente han reaccionado ensayando ya hacia nuevos horizontes (Bolivia). Sin tocar siquiera el método comparativo necesario, voy a partir de afirmar que han sido Instituciones Globales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y hasta la UNESCO quienes han difundido el pensamiento pedagógico neoliberal con el que se corresponde el desbaratado proyecto de “Innovación Educativa” que quieren aparentar sea nacional.

            La Reforma Educativa Mexicana en marcha ahora podemos fijarla también en la llamada “descentralización” en 1992. Un largo proceso de implementación.

La Reforma Educativa Española, que fue por la época de mis estudios de Maestría en Innovaciones Educativas se anotaron nueve modelos de Innovaciones Educativas. El peor de todos,  o sea el Modelo de Innovación que con el que seguramente se fracasa es el Modelo Burocrático-Legislativo ya que se impone como acto de autoridad sin discutirlo con los implicados: sin convencer a la sociedad, a los Maestros, los padres de familia, los educandos.

El hecho es que esta reforma desafiante ha comenzado al revés desde el Modelo burocrático-legislativo de innovación. Comienza con cambios político-laborales para el sindicalismo que propio Estado había corporativizado y sin discutir plenamente el modelo educativo.

Por lo pronto tienen paralizado al SNTE y van sobre la CNTE. Creo que podríamos trabajar la hipótesis de que el SNTE, en cuanto tal, ha llegado a su final. No creo que sea tan fácil con la CNTE aunque rebasa con mucho los motivos que ésta tenía para desplegar su estrategia y su táctica anteriores. Poco a poco el magisterio irá comprendiendo la naturaleza de esta “reforma educativa” y creo que habrá una sacudida que llegará hasta la sucesión presidencial.

Preparémonos para eso. Esa es mi conclusión. La propuesta es que comencemos a trabajar la posibilidad de ir delineando un nuevo Sindicato que unifique la voz del magisterio, al menos para enfrentar juntos al neoliberalismo educativo, y si es necesario, apoye un nuevo Estado con mayor vinculación con el latino americanismo que vive una saludable primavera política.


México, D.F. a 22 de mayo de 2015

[1] Abundan textos que lo escriben sobre esta esperanza para lo que es imprescindible aprender a lucha unidos: otra política que la sectaria. Cfr. Harvey David “Diecisiete contradicciones y el fin del capitalismo!” Instituto de Estudios de Posgrado. Quito, Ecuador. 2014.
[1][1] Vega Renán. CONTRARREFORMA EDUCATIVA EN COLOMBIA. Rebelión. Bogotá., 2011, p.1







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