El autoritarismo como recurso
político
Luis Hernández Montalvo
El viejo régimen político
heredado de los gobiernos priistas se niega a morir. Están presentes los
personajes burocráticos portadores de las viejas y desgastadas prácticas, los
mismos que guardan celosamente los símbolos en gestos de autosuficiencia; los
ornamentos de rituales de sangre, de pactos y lealtades al jefe en turno.
El Pacto Por México aparecía
apenas en diciembre como una medida
civilizada para que las distintas fuerzas políticas del país se comprometieran
a caminar en un solo sentido; para hacer avanzar las reformas que requiere la
administración para acompasar las leyes a las necesidades actuales del
desarrollo del país y sobre todo, para atender el marco plural en la
composición del Congreso de la Unión.
El tema de la educación pública se
hace presente en los primeros minutos del actual gobierno. Una nueva administración
sexenal requiere de una nueva Reforma Educativa, con nuevos actores y con otros
interlocutores que hagan la diferencia en la alternancia de los partidos.
En los discursos políticos del
Presidente de la República primero y posteriormente en voz del Secretario de
Educación Pública; se anuncian una nueva reforma constitucional de los artículos
3º y 73º; la creación del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación
(INEE) como organismo público autónomo, con personalidad jurídica y patrimonio
propio, junto a otros elementos perturbadores como la creación de la Ley
General del Servicio Profesional Docente y la adición y reformas a la Ley
General de Educación .
Quiero suponer que el señor
Presidente se hace aconsejar de las inteligencias más lúcidas en el manejo y construcción de
escenarios y quiero suponer también que con honestidad y lealtad, sus
consejeros le debieron haber advertido los riesgos de una eventual ruptura con
la burocracia del SNTE y con su Presidenta la señora Elba Esther Gordillo.
A solo cuatro meses del anuncio
de la Reforma Educativa el magisterio tiene miedo; la incertidumbre laboral hace
muy frágil la moral de los educadores en las aulas y un coraje contenidos
apenas por los dirigentes del SNTE que tienen temor a enfrentar a sus
representados. Los edificios sindicales como el de la sección 51 del SNTE, están
prácticamente desiertos. Uno es el apoyo público obligado por el gobierno y
otra la realidad en el ánimo de los líderes, y de los profesores de educación
básica.
¿Qué reforma como la educativa
puede prosperar en condiciones como las descritas anteriormente? Han transcurrido solo
cuatro meses y en un tiempo relativamente corto, miles de maestros se
movilizaron en todo el territorio nacional convocados por los actuales
dirigentes del SNTE y que ahora –después del encarcelamiento de su presidenta- intentan
justificar una rectificación a la
Jornada Nacional en Defensa de la Escuela Pública para “buscar una vía institucional para la defensa
de los derechos laborales de los trabajadores”, la nueva estrategia sindical
construida en los sótanos de la traición; no convence a los propios
“institucionales”.
La Presidenta del SNTE está en prisión acusada del
desvío de una cantidad ínfima de dinero, la presencia de la Coordinadora
Nacional de Trabajadores de la Educación adquiere dimensiones sociales
impensables en días recientes; como la
marcha de Morelia, Michoacán que el lunes 15 reunión a tanta gente, como solo
lo llegó a hacer en su momento el Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas.
Los legisladores del Congreso de
la Unión, los partidos políticos convocados en el Pacto Por México, los
gobernadores de los estados y el conjunto de la clase política en el poder y en
la oposición no pueden explicar cómo el movimiento magisterial del estado de
Guerrero se transformó en un movimiento social convocando el pasado miércoles a
cerca de 300 mil almas en la autopista del Sol en Chilpancingo.
A marchas forzadas, la Secretaría
de Educación Pública hizo públicas las iniciativas de reformas a las Leyes a
través del Diario Excelsior; sin protocolos, sin escenarios faraónicos, sin
discursos especiales de lucimiento personal; pero nada más. Esto ocurre cuando
los maestros de Oaxaca esperan poder influir en la construcción de la Ley
Estatal de Educación y en tanto los maestros del estado de Chiapas amagan con
incorporarse al movimiento nacional de la CNTE.
El señor Emilio Chuayffet Chemor
empecinado en su afán de venganza contra la Presidenta del SNTE “defenestrada
por sus más leales compañeros”, no escucha las voces que le sugieren cambiar su
discurso amenazante, por otro de reconciliación y más constructivo con el
magisterio. El movimiento magisterial también está en proceso de construcción
en sus discursos e intereses que representa.
Dentro del magisterio, que incluye
a los distintos grupos democráticos organizados en la CNTE, los sindicatos
estatales e independientes; se profundizan los planteamientos que buscan el
diálogo y su inclusión en el diseño de las políticas públicas en juego por las
reformas y otros que buscan provocar la represión de la fuerza pública mediante
la destrucción de edificios públicos en actos de provocación ideologizada y
adoctrinada.
El movimiento magisterial como el
gestado en el estado de Guerrero debe aprender y sacar enseñanzas urgentes para
evitar confrontarse con grupos sociales de interés político y económico como
los comerciantes para construir una base social mucho más amplia para su apoyo
y evitar justificar a quienes desde el gobierno y los partidos claman por la
represión y su aniquilamiento. Los dirigentes democráticos tienen una
responsabilidad con sus representados, pero deben adquirir un compromiso
superior con su misión ética de educadores de primer nivel.
Los profesores de las Escuelas
Normales y los estudiantes normalistas; deben prever con responsabilidad el
impacto que tendrán las reformas en el desaliento de la vocación docente en el
próximo ciclo escolar.
Al escribir mi colaboración,
escucho los discursos de los “académicos” salpicados de expresiones políticas.
No niegan la cruz de su parroquia, los delatan los ademanes, la entonación de
la voz y en la gesticulación de las frases para la posteridad o para ganar una
candidatura “en las internas del partido”. Los aspirantes de la chamba de la
Junta de Gobierno y los cargos de las nuevas autoridades administrativas de una
nueva burocracia en la construcción del Instituto Nacional para la Evaluación
de la Educación en marcha; forman parte de la pasarela en del Senado de
la República. El INEE “autónomo” ¿Esto es parte de la recuperación de la
rectoría del Estado en la educación pública? ¿A quién responderá el INEE en su
carácter de “autónomo”?
No quiero terminar esta nota sin
hacerme la siguiente pregunta: ¿Quién o quienes deciden la permanencia del autoritario Secretario de Educación Pública
al frente de una responsabilidad que reclama diálogo y construcción democrática
en la reforma de nuestro sistema educativo y en la modernización de la práctica
docente del magisterio? (22-04-2013)
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