Como los piratas, aunque no tengan parche en el ojo ni garfio ni pata de palo, carecen de escrúpulos y pueden mentir cuanto sea necesario con tal de cumplir sus objetivos, que en realidad son uno: proteger los intereses de los poderosos, sus amos. Ocurre en casi todo el mundo, pero en México llegamos a niveles inverosímiles. Son ellos, los gobernantes, los que en los últimos 25 años han ido hundiendo al país en la miseria económica y ética.
¿Cuál pacto por México? ¿Cuál Programa Nacional de Desarrollo? Una multitud de niños y jóvenes pobres y sin horizontes –6 millones entre tres y 17 años– no pueden ir a la escuela: son el dato irreductible de nuestro cada vez más oscuro futuro, lleno de desesperanza; ya en 2011 se registraron unos 2 mil 300 suicidios de menores entre 15 y 24 años de edad. Pero todo eso les importa un bledo a los funcionarios; su miopía y su cinismo no tienen parangón. Ya lo dijo Lula, el hambre es por la falta de vergüenza. (Por eso, a pesar de sus errores, ojalá la UNAM no sea tan dura con los ceceacheros: sus reclamos portan también la desesperanza y la bronca que a todos invade).
Los altos funcionarios generan el hambre que dicen combatir; la comida chatarra sigue en las escuelas públicas y no se mantiene una política de protección de la lactancia natural, tan definitiva para la salud de los niños: 85 por ciento de los bebés toma leche de fórmula, ya que Nestlé y otros fabricantes de sucedáneos los promueven libremente en hospitales públicos y privados.
Mientras tanto, va quedando claro que Mr. Carstens sobrevive a Calderón porque su verdadera jefa es Mrs. Lagarde, contentísima con los catarritos que nos matan poco a poco y con el menú de privatizaciones anunciadas por EPN. ¿Por qué no acaban los gasolinazos si de verdad quiere combatirse el hambre? ¿Por qué no se multa a especuladores de alimentos y se promueven empleos bien pagados? La pobreza extrema no se combate con limosnas; sólo se puede eliminar acabando con la riqueza extrema. La crisis mundial no es financiera, sino ética, por la falta de empatía y dignidad de los políticos.
“A menos que los filósofos reinen en los Estados –dice Platón en La República– o que los llamados reyes y gobernantes filosofen de modo genuino y adecuado, y coincidan en una misma persona el poder político y la filosofía, no habrá, querido Glaucón, fin de los males para los estados ni tampoco, creo, para el género humano”.
Nosotros creemos que sólo una auténtica cruzada ética puede terminar con el hambre y la desesperanza de la gente. Punto y Aparte: aplauso por la aprobación en la ALDF de la Ley de Atención Integral para la Primera Infancia.
“A menos que los filósofos reinen en los Estados –dice Platón en La República– o que los llamados reyes y gobernantes filosofen de modo genuino y adecuado, y coincidan en una misma persona el poder político y la filosofía, no habrá, querido Glaucón, fin de los males para los estados ni tampoco, creo, para el género humano”.
Nosotros creemos que sólo una auténtica cruzada ética puede terminar con el hambre y la desesperanza de la gente. Punto y Aparte: aplauso por la aprobación en la ALDF de la Ley de Atención Integral para la Primera Infancia.
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