La enseñanza de la
lectura y escritura según el cuaderno de notas de la profesora Carmen Álvarez
(1).
Luis Hernández Montalvo
Mis estimados amigos y compañeros
de educación básica. Al acomodar mis libros en el nuevo librero, me encontré un
cuaderno de notas de la señorita Carmen Álvarez, que supongo, es de finales del
siglo XIX y principios del siglo XX. El cuaderno escolar tiene en la portada
los siguientes recuadros: "Miscelánea Siglo XX" Papelería, Librería,
Imprenta, CALLE 3 NORTE (Ant. Cerca de Sto. Domingo) Número 414 Y 416, PUEBLA.
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En el interior del cuaderno, se
pueden leer los "Apuntes de Lectura", escritos en una limpia y bien
trazada caligrafía, de líneas finas y muy delgadas, con una pulcritud que solo
lo lograban las plumas de manguillo.
Las primeras líneas describen una
definición de la lectura: "La lectura es el arte de interpretar
correctamente los signos de la escritura”.
Leer estos apuntes de lectura,
seguir con la vista las bien trazadas líneas y la soltura del puño, es
agradable a la vista y al espíritu. Desde que rescaté este cuaderno, en 1987,
no había tenido tiempo de leerlo, ahora el periodo de vacaciones me da tiempo
para hacerlo, sin la preocupación de la jornada de trabajo con mis alumnos.
Sigo leyendo: “Por signos de la
escritura se entienden todas aquellas figuras que sirven para expresar
gráficamente las palabras de nuestro lenguaje, los accidentes del mismo, los
estados de nuestro ánimo cuando pensamos o sentimos lo que se está escribiendo,
etc.
Cuando decimos que la lectura es
una interpretación de estos signos damos a entender que a cada uno de ellos le
debemos dar la equivalencia que le corresponde; que a cada letra debe dársele
el sonido que le toca; y que cada uno de los signos ortográficos debe ser
sustituido precisamente por su equivalencia oral; de otro modo, la lectura es
la sustitución de los elementos gráficos por los elementos orales.
La palabra lectura tiene su
origen en el verbo latino Legere, que significa leer; este verbo a su vez viene
de la palabra griega –disculpen por no encontrar el alfabeto griego- Leya,
signo igual lego, que quiere decir escoger, entresacar”.
La señorita Carmen Álvarez fue
hermana de Manuela Álvarez, ambas profesoras durante la segunda mitad del siglo
XIX en la población de Zacatlán, Puebla, de donde fueron originarias. Las
señoritas Álvarez Quiroz fueron también profesoras de lo que hoy es el Benemérito
Instituto Normal del Estado de Puebla; durante el siglo XIX, sus alumnos
ganaron el Premio en Caligrafía que otorgaba la casa Palmer de Chicago. Testimonio
de lo anterior, una medalla de oro o plata pegada en un pergamino que logró
sobrevivir hasta finales de la década de los ochenta del siglo anterior, hoy no
sé si aún se conserva en lo que fue la biblioteca del Centro Escolar de Zacatlán.
Continuando leyendo la nota de
referencia dice: “De esta etimología vemos que la palabra lectura encierra la
idea de una selección; en efecto; cuando leemos encontramos solamente una serie
de figuras sobre el papel; pero para darles a cada una de ellas su significado
verdadero, preciso que vayamos haciendo una selección de sonidos para poderlos
aplicar a las letras.
Tal parece como si por un lado
tuviéramos todos los sonidos y por otro lado tuviéramos todas las letras, y que
el trabajo del lector consistiera en escoger un sonido para aplicárselo a
determinada letra que ha sido escogida también”.
La lectura y la escritura se
encuentran íntimamente unidas como se ha podido ver por lo dicho más arriba;
realmente están tan ligadas entre sí que para saber leer es necesario saber
escribir; y para poder escribir es indispensable saber leer”.
Otro texto encontrado en las
cajas de libros que estoy revisando, están los resolutivos del Pleno de
Secretarios Generales de Sección que resume lo que sería la práctica de “un
nuevo sindicalismo”; celebrado los días
20 y 21 de junio de 1989, apenas dos meses después de que el Presidente Carlos
Salinas impusiera a los nuevos dirigentes sindicales del SNTE; pero continuando
con la lectura de los Apuntes de Lectura, se afirma qué: “Esta unión se
encuentra confirmada por la Pedagogía, que aconseja que la enseñanza de la
lectura y de la escritura sean simultáneas, es decir, que al mismo tiempo que
se enseña al niño la letra. (El signo Gráfico) debe enseñársele también el
sonido (Signo Oral) en efecto en las Escuelas de primera enseñanza es un método
perfectamente aceptado, es el de enseñar la lectura y la escritura al mismo
tiempo, y los libros que sirven de guía a los alumnos están acondicionados ya
para seguir este procedimiento; en las escuelas en que la enseñanza es
intuitiva, y que no hacen uso de textos, también se acostumbra enseñar
simultáneamente la escritura y la lectura”.
Si tratamos de investigar el
origen de estas dos ramas del lenguaje nos encontramos con que las dos
aparecieron al mismo tiempo. Cuando los hombres primitivos quisieron hacer
perdurar en la memoria de sus semejantes algún hecho notable que los haya
impresionado, gravaron o pintaron en las paredes de su albergue, en la
superficie de sus utensilios, en sus armas etc. una serie de figuras
rudimentarias, toscas, imperfectas que les servían para representar los hechos que deslumbraron
su imaginación, después cuando estas figuras, fueron vistas por los hombres de
otras tribus, trataron de interpretar su significado; de esta manera nacieron
al mismo tiempo la escritura y la lectura, unidas entre sí, hermanadas, como
dos partes que constituyen un todo; como dos caminos semejantes y próximos que
conducen al mismo punto, desde que esta escritura primitiva no representaba
como la nuestra actual palabras pensamientos completos etc.; fue solamente la
representación de una idea general sin el pulimento de la civilización; las
figuras del hombre de las cavernas son solamente dibujos toscos, que sirvieron
para recordar algunos hechos que bien pudieron transmitirse por medio de las
tradiciones. Esta escritura, que tiene el mismo origen que el dibujo puesto que
no era más que una serie de dibujos ingenuos es el primer paso de la humanidad
hacia la civilización, hacia el mejoramiento, la interpretación de estas
figuras –La lectura primitiva- también es imperfecta, sumamente imperfecta,
puesto que cada una de las traducciones, más bien de los lectores primitivos
según su estado de ánimo, según su propia fantasía debía dar su interpretación
disímbola, variada a las figuras de los muros y utensilios, aunque en el fondo
de su imaginación despertaran la misma idea general que inspiró el autor de
esas figuras. Se ve desde luego que tanto la escritura como la lectura en su
origen fueron incapaces de fijar todos los detalles de una idea, todas las sutilezas
de un pensamiento; todas las etapas de un juicio”.
Terminamos la lectura del primer
capítulo introductorio a la enseñanza de la lectura y escritura en la escuela
primaria del cuaderno de notas de la profesora Carmen Álvarez, que ahora doy a
conocer en forma inédita, después de más de un siglo de haber sido escritas, y
espero que si hay maestros que los lean, nos escriban sus comentarios.
Las notas escritas en este
cuaderno, contiene en su capítulo II La división de la Lectura; Capítulo III:
Signos de la Escritura; Capítulo IV Sílabas. En lo posible, publicaré en este
mismo espacio cada uno de los contenidos aquí referidos, que espero, sean del
interés de los profesores de educación primaria.
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