E-Learning y educación: "No debes pisar ni la sombra del maestro"
La valoración social de la educación y particularmente de los maestros, la coordinación entre educación y sistema productivo, la equidad del sistema y el uso intensivo y pertinente de la tecnología, parecen ser claves del éxito educativo coreano.
Publicado: Lunes, 3 de Octubre de 2011
Por Castor Toledo, Director
programa Tics y Educación de Conicyt.
Continuamente vemos noticias sobre la educación en Corea: "Corea y Finlandia encabezan el más reciente estudio PISA"; "Corea presentó su plan Educación Inteligente"; "Corea lidera en uso de TICs en educación" y muchos otros. Al mirarlos, comúnmente reflexionamos sobre las distancias que tenemos con ese país.
Las diferencias culturales se han transformado en la falacia que nos da un blindaje para no intentar aprender del éxito ajeno y son la perfecta excusa para insistir en mirar nuestro ombligo como inspiración para el cambio.
Hace unas semanas tuvimos la oportunidad de visitar Corea e intentar comprender algunas de las claves que la han llevado, en muy pocos años, a transformarse de un país muy pobre a una potencia económica, de un país que sólo poseía una precaria agricultura en una potencia tecnológica, de un país con una mayoría de la población analfabeta a ser un país cuyos estudiantes tienen la mejor comprensión del lenguaje en el mundo. Esta transformación merece ser estudiada en profundidad.
Sin duda hay raíces culturales; un antiguo proverbio decía: "No debes pisar ni la sombra del maestro", y establecía el valor de las tradiciones y del traspaso del saber. En la moderna Corea hay otras claves que nos son mucho más cercanas.
La valoración social de la educación y en particular el papel del docente juegan un rol estructurante del sistema educativo. Los docentes son bien remunerados y tienen menos obligación de horas efectivas de clases por semana en relación a los estándares internacionales. La sociedad, en su conjunto, se preocupa activamente de la educación. El Estado tiene un rol central en impulsar el mejoramiento y permanente cambio del sistema; las reformas se suceden para perfeccionar el sistema y mantenerlo ligado a los intereses nacionales. El Estado cautela el balance necesario entre tradición y desarrollo y entre las necesidades de los individuos y de la nación.
Llama también la atención el efecto positivo de la centralización del sistema en cuanto a producir escuelas de un nivel muy homogéneo. La igualdad de oportunidades es un valor relevante, y si bien existen premios al buen desempeño docente y de los establecimientos, la equidad es preservada conjuntamente con la calidad.
Corea ha forjado su desarrollo desde una sólida base en la educación: el sistema educativo es el agente productor de las competencias que el país requiere en su permanente crecimiento científico, tecnológico y cultural. En sus diferentes etapas, el sistema se ha ido transformando para entregar al país las capacidades que éste requiere. Hay una cooperación orgánica entre la educación y el desarrollo económico. No se trata de una regulación abierta al mercado, sino la adaptación del sistema educativo para producir los profesionales y técnicos que el desarrollo de la industria requiere. En este proceso, la educación técnico profesional juega un rol protagónico y su desarrollo y permanente actualización es preocupación importante de quienes deciden las políticas públicas.
La incorporación de la tecnología juega un papel muy importante en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Hoy en Corea, la tecnología está presente en todas las salas de clases y prácticamente el 100% de los docentes usa el computador e internet en su tarea diaria. Toda la capacidad tecnológica de Corea se encuentra al servicio de la educación; un impresionante sistema de distribución de contenidos educativos entrega a todos los estudiantes materiales de la mejor calidad, usando todos los soportes, desde la TV a la internet y de los textos en papel a los dispositivos móviles.
El Ministerio de Educación de Corea ha sorprendido con el anuncio de digitalización de los textos escolares. Se trata de una iniciativa audaz, pero muy lejana a la idea de poner los textos en otro formato. Es una plataforma compleja que permite al estudiante acceder a los conocimientos que requiere, con toda la multimedialidad que permite internet, y trabajar directamente sobre entornos virtuales. Un trabajo de joyería en el uso educativo de las TICs.
Pero Corea no es un despliegue de parafernalia tecnológica; tiene un equilibrado y pertinente uso de la tecnología. Las TICs están contribuyendo a crear una mejor pedagogía. Se observa un cuidadoso estudio de los hábitos de consumo de docentes y estudiantes para aprovechar lo más apropiado en cada lugar en que la tecnología se junta con la educación.
Tenemos mucho que aprender de la educación coreana, no para trasladar mecánicamente su experiencia, sino para inspirar nuestros propios cambios y abrir nuestras mentes a las mejores prácticas.
La valoración social de la educación y particularmente de los maestros, la coordinación entre educación y sistema productivo, la equidad del sistema y el uso intensivo y pertinente de la tecnología, parecen ser claves del éxito educativo coreano.
Publicado: Lunes, 3 de Octubre de 2011
Continuamente vemos noticias sobre la educación en Corea: "Corea y Finlandia encabezan el más reciente estudio PISA"; "Corea presentó su plan Educación Inteligente"; "Corea lidera en uso de TICs en educación" y muchos otros. Al mirarlos, comúnmente reflexionamos sobre las distancias que tenemos con ese país.
Las diferencias culturales se han transformado en la falacia que nos da un blindaje para no intentar aprender del éxito ajeno y son la perfecta excusa para insistir en mirar nuestro ombligo como inspiración para el cambio.
Hace unas semanas tuvimos la oportunidad de visitar Corea e intentar comprender algunas de las claves que la han llevado, en muy pocos años, a transformarse de un país muy pobre a una potencia económica, de un país que sólo poseía una precaria agricultura en una potencia tecnológica, de un país con una mayoría de la población analfabeta a ser un país cuyos estudiantes tienen la mejor comprensión del lenguaje en el mundo. Esta transformación merece ser estudiada en profundidad.
Sin duda hay raíces culturales; un antiguo proverbio decía: "No debes pisar ni la sombra del maestro", y establecía el valor de las tradiciones y del traspaso del saber. En la moderna Corea hay otras claves que nos son mucho más cercanas.
La valoración social de la educación y en particular el papel del docente juegan un rol estructurante del sistema educativo. Los docentes son bien remunerados y tienen menos obligación de horas efectivas de clases por semana en relación a los estándares internacionales. La sociedad, en su conjunto, se preocupa activamente de la educación. El Estado tiene un rol central en impulsar el mejoramiento y permanente cambio del sistema; las reformas se suceden para perfeccionar el sistema y mantenerlo ligado a los intereses nacionales. El Estado cautela el balance necesario entre tradición y desarrollo y entre las necesidades de los individuos y de la nación.
Llama también la atención el efecto positivo de la centralización del sistema en cuanto a producir escuelas de un nivel muy homogéneo. La igualdad de oportunidades es un valor relevante, y si bien existen premios al buen desempeño docente y de los establecimientos, la equidad es preservada conjuntamente con la calidad.
Corea ha forjado su desarrollo desde una sólida base en la educación: el sistema educativo es el agente productor de las competencias que el país requiere en su permanente crecimiento científico, tecnológico y cultural. En sus diferentes etapas, el sistema se ha ido transformando para entregar al país las capacidades que éste requiere. Hay una cooperación orgánica entre la educación y el desarrollo económico. No se trata de una regulación abierta al mercado, sino la adaptación del sistema educativo para producir los profesionales y técnicos que el desarrollo de la industria requiere. En este proceso, la educación técnico profesional juega un rol protagónico y su desarrollo y permanente actualización es preocupación importante de quienes deciden las políticas públicas.
La incorporación de la tecnología juega un papel muy importante en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Hoy en Corea, la tecnología está presente en todas las salas de clases y prácticamente el 100% de los docentes usa el computador e internet en su tarea diaria. Toda la capacidad tecnológica de Corea se encuentra al servicio de la educación; un impresionante sistema de distribución de contenidos educativos entrega a todos los estudiantes materiales de la mejor calidad, usando todos los soportes, desde la TV a la internet y de los textos en papel a los dispositivos móviles.
El Ministerio de Educación de Corea ha sorprendido con el anuncio de digitalización de los textos escolares. Se trata de una iniciativa audaz, pero muy lejana a la idea de poner los textos en otro formato. Es una plataforma compleja que permite al estudiante acceder a los conocimientos que requiere, con toda la multimedialidad que permite internet, y trabajar directamente sobre entornos virtuales. Un trabajo de joyería en el uso educativo de las TICs.
Pero Corea no es un despliegue de parafernalia tecnológica; tiene un equilibrado y pertinente uso de la tecnología. Las TICs están contribuyendo a crear una mejor pedagogía. Se observa un cuidadoso estudio de los hábitos de consumo de docentes y estudiantes para aprovechar lo más apropiado en cada lugar en que la tecnología se junta con la educación.
Tenemos mucho que aprender de la educación coreana, no para trasladar mecánicamente su experiencia, sino para inspirar nuestros propios cambios y abrir nuestras mentes a las mejores prácticas.
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