Editorial (no publicada).
En el día de la libertad de expresión hacemos público la editorial número 8 de nuestro Suplemento Insurgencia Magisterial que ya no fue publicado. En los próximos días les daremos a conocer el medio desde el que podrán seguirnos.
La libertad de expresión es un derecho que debe ejercitarse todos los días, con los riesgos que implique, con los costos que sea necesario pagar, de no hacerlo seremos complices por el actual estado de cosas.
Como ha sucedido en las últimas elecciones presidenciales, las campañas de odio son la estrategia preferida por aquellos que buscan defender sus espacios de poder. Se basan en calumnias, afirmaciones estridentes pero falsas, generalizaciones a partir de hechos particulares y una catalogación de “malos” a los destinatarios de ese odio, por el sólo hecho de no encajar en el prototipo que imponen.
Hoy, los maestros de México están ante un bombardeo mediático, que puede ser equiparado a la campaña negra contra Andrés Manuel López Obrador, con la diferencia de que en aquel momento, el candidato y su equipo tenían los medios para responder, toda vez que era una pugna entre dos adversarios con fuerzas equiparables.
Hoy, los maestros están indefensos, sin derecho de réplica, ya que no se enfrentan dos adversarios, sino toda una maquinaria propagandística contra un gremio en resistencia. Se unieron el PRI, PAN y PRD, las televisoras nacionales (ahora ya no tan enemigas), los empresarios e intelectuales neoliberales y forman un bloque con una clara finalidad, acabar con todo respeto que la ciudadanía pudiera tener hacia los maestros. Sin apoyo social la resistencia magisterial, sucumbirá, he ahí otro frente de lucha, recuperar y defender nuestras redes de solidaridad y simpatías.
Asistir al cine y encontrarse con un spot antes de la película, que culpa de todos los males educativos al maestro y lo equipara a un ladrón, no es sano para las familias, ni para el futuro del país. Este spot y toda la campaña de odio, impactará en el perfil de nuestras escuelas, ya que mucho de la dinámica escolar mexicana descansa en la relación que se establece entre padres de familia, alumnos y maestros, la cual está sustentada básicamente en el respeto que se le tiene al maestro. Al perderse el respeto, se generarán muchos conflictos relacionados con la autoridad. Así de una autoridad centrada en el respeto, ahora ésta tendrá que ser dada por normas externas, que impliquen sanciones para los involucrados, es la judicialización de las relaciones interpersonales. Los casos de violencia entre escolares, es un adelanto de ello.
Junto con la andanada mediática, que parece tener entre sus objetivos, desviar el foco de atención de la actual lucha magisterial, la llamada Reforma educativa continúa con su implementación, lamentablemente este frente de resistencia no está siendo ocupado por ningún grupo movilizado. Ha trascendido en redes sociales el calendario de actividades para los meses de julio y agosto, así como las nuevas tareas para los maestros en el marco de la implementación del Acuerdo 696 que hace referencia a las normas generales para la evaluación, acreditación, promoción y certificación en la educación básica y la emisión de los Criterios técnicos para el desarrollo y uso de instrumentos de evaluación educativa, 2014-2015 del INEE, que institucionalmente se supone regulará la implementación del citado Acuerdo. Estas nuevas reglamentaciones están impactando de manera directa las dinámicas escolares ya que rompen con acuerdos preestablecidos al inicio del ciclo escolar.
A pesar de este entorno adverso, los maestros deben organizarse, articularse, diversificarse y consolidar los espacios ya ganados. Deben igualmente impulsar espacios de autoevaluación colectiva, que permitan crear nuevos puentes de cooperación con otras organizaciones. Igualmente debe ya ser un rasgo del gremio el compartir materiales, fuentes de información que rompan con los círculos nefastos de competencia individual y se alimente el espíritu de la cooperación genuina, como bien nos invita nuestro colega Herman Van de Velde desde Nicaragua.
Los maestros están indefensos ante esta campaña de odio, pero no vencidos; indefensos pero con fuerzas para seguir luchando; indefensos pero listos para dar la batalla en cada aula, en cada escuela. Es momento de que las reuniones semanales con los padres de familia se conviertan en verdaderos espacios de formación ciudadana, ante eso no hay estrategia mediática que sea capaz de romper la armonía entre maestros, padres de familia y alumnos.
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