El valor de la escuela y sus maestros.
Luis Hernández Montalvo.
Los maestros de educación básica están celebrando su día –si hay algo que celebrar-en condiciones cada vez más difíciles. En el norte del país, la violencia y el terror acechan a las escuelas y al trabajo de los maestros que ya de por sí, se desarrolla en condiciones de desaliento, y no cuentan con el apoyo del gobierno o del sindicato que dice representarlos.
Efectivamente, la violencia es un nuevo ingrediente en el ya de por sí difícil trabajo de los maestros mexicanos.
En vastas zonas de la frontera con Estados Unidos de Norteamérica los maestros van a sus escuelas con temor, pues las balaceras forman parte de la cotidianidad del entorno escolar, y al igual que el resto de la población, son amenazados y extorsionados por la delincuencia.
Entre tanto, el señor Secretario de Educación Pública, el licenciado Alonso Lujambio Irazabal y la presidenta del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE, la señora Elba Esther Gordillo Morales, acaban de firmar un documento sobre la supuesta “negociación salarial”, en el que afirman:
“Los acuerdos y acciones tendientes a fortalecer y profundizar un diálogo respetuoso, constructivo y con un objetivo común: mejorar la calidad, equidad y pertinencia de la Educación Pública como patrimonio social de los mexicanos”.
Estas frases son parte del dogma que se convierte en un credo para los trabajadores de la educación y sobre todo para una sociedad desinformada, que solo ve números en millones de pesos, dando la idea que los maestros de educación básica están bien remunerados por el gobierno y sobre todo, bien representados por los líderes del SNTE.
Nada más alejado de la realidad. El incremento salarial, no es producto de una “negociación salarial entre la SEP y el SNTE”, no, de ninguna manera, el incremento salarial se prevé entre los meses de octubre-diciembre, en el marco del presupuesto de la federación que aprueba la Cámara de Diputados, por eso, el supuesto “Incremento real y sustancial en el salario de los trabajadores”, no rebasa el 4.75% con vigencia a partir del 1 de enero pasado, junto con el 1.3% para prestaciones, que se deja a las administraciones locales, en los estados, la forma de su aplicación y que en varias ocasiones, son escamoteadas por líderes seccionales y funcionarios estatales –hay ejemplos documentados en los estados de Morelos y Tamaulipas.
La supuesta negociación salarial contempla además del incremento salarial, ya de por sí insuficiente para salarios tan deprimidos como el de los maestros de educación básica, que no rebasan los 4 mil pesos mensuales, se suma a lo anterior, las cantidades de:
200 millones de pesos para el Proyecto de Apoyo de Tecnologías Educativas y de la Información, con lo que se supone, se pretende “mejorar la calidad, equidad y pertinencia de la Educación Pública como patrimonio social de los mexicanos”. Si en el país existen más de 250 mil escuelas de Educación Básica, ¿De qué manera se logrará este objetivo con cantidades tan irrisorias? ¿Acaso existe algún diagnósticos de lo que hoy se requiere invertir para modernizar la Escuela Pública y poder remontar la brecha tecnológica con países con desarrollo similar al nuestro?
Otro de los aspectos que se resalta de la negociación salarial, tiene que ver con Carrera Magisterial, una especie de escalafón horizontal, por el cual un número reducido de profesores puede mejorar sus ingresos salariales.
Lo que no dicen es que esa cantidad es insuficiente para promover a todos los trabajadores que reúnen los requisitos para su promoción profesional y sobre todo, uno esperaría que los trabajadores promovidos fueran los mejores maestros frente a sus alumnos dentro del aula, lo que no ocurre tampoco, pues se ha demostrado que los maestros abandonan a sus alumnos por dedicarle más tiempo a sus estudios y de esa manera poder promoverse a la siguiente categoría. ¿Pero, de cuanto es el monto para promover a cerca de un millón de profesores de Educación Básica?
La cantidad negociada por los líderes del SNTE, es de apenas 400 millones de pesos para Carrera Magisterial, en proceso de reforma, pues hay que recordar que hasta hoy, Carrera Magisterial, ha sido una forma de premiar a los trabajadores que han hecho “Carrera Sindical”, con lo que se desvirtúa un programa que quiso, en su origen, estimular el buen desempeño de los maestros en el aula. Uno esperaría que la Comisión mixta SEP-SNTE de Carrera Magisterial, antes de reformar el programa nos diera, a los maestros y a la sociedad, un diagnóstico de lo que ha significado este programa en el impulso de la “calidad educativa” en los últimos 20 años, posterior a la firma del Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica.
En forma global se anuncia la inversión de “524.3 millones de pesos, para fortalecer el proceso de formación, actualización, capacitación y superación profesional”, -para más de 1 millón de maestros- en esta ocasión no se menciona la sustitución de las Escuelas Normales –que no enseñan a los jóvenes a ser maestros-por la creación de 5 Centros Regionales de Excelencia Académica y Educativa que constituyan al detonante -¿De “chinampinas” educativas?- de un modelo de formación docente para el siglo XXI. ¿Y dónde quedaron los 300 millones de pesos anunciados en las negociaciones salariales de 2009 y 2010 para dicho programa? ¿En qué parte de México se construyeron los mentados “Centros Regionales”.
Para creación de plazas se acordaron 450 millones de pesos, que serán aplicados cumpliendo con lo establecido en la Alianza por la Calidad de la Educación.
Más de 3 mil millones de pesos para mejorar la infraestructura y el mantenimiento de las escuelas. En este renglón, hay que destacar, lo distorsionado del principio de equidad –tanto de la SEP, como del SNTE-, pues recordemos que hace unos días, la Presidenta del CEN del SNTE, anunció para Puebla una inversión de mil millones de pesos para este fin, con lo cual, una sola entidad gastará una tercera parte de lo que se destinará al resto de las 31 entidades de la Federación.
Digamos, con cierta suspicacia, que el presupuesto educativo, ha entrado al juego electoral del 2012, y que el grupo llamado “Atlacomulco”, puede llevarse una sorpresa con su candidato.
100 millones de pesos para el mejoramiento de la infraestructura, equipamiento y conectividad de los centros de maestros.
100 millones de pesos para el mejoramiento de los laboratorios y talleres de las escuelas secundarias, de manera concurrente con las entidades federativas.
Exención del pago de inscripción a hijos de trabajadores del Sector Educativo (Docentes y de Apoyo y Asistencia a la Educación) en las escuelas de nivel medio superior y superior públicas, dependientes de la SEP Federal.
100 millones de pesos para el Fideicomiso del Programa Especial de Financiamiento a la Vivienda para el Magisterio.
Incremento a los estímulos por permanencia en el servicio “Ignacio Manuel Altamirano” y “Rafael Ramírez”, así como el reconocimiento al mérito académico “José Vasconcelos”. En este renglón, si la SEP no “desaparece los expedientes de antigüedad y permanencia de los trabajadores y les hacen nugatorio el derecho, que prescribe después de un tiempo.
Pero ya que intento explicar lo que ocurre con la Escuela y los maestros, citaré al maestro Carlos A. Carrillo:
“La primera condición para obtener el mejoramiento de nuestras escuelas es remunerar debidamente a los maestros. Si esta condición imprescindible no se llena, serán inútiles los mejores reglamentos, los programas escolares más perfectos, las leyes más bien acabadas. El valor de la escuela y de la enseñanza depende ante todo del maestro, y con sueldos malos nunca se conseguirán buenos maestros. Cuando se quiere comprar barato un género, se obtiene de mala calidad; el trabajo profesional del magisterio es un género como otro cualquiera, y cuando se paga a vil precio, es seña clara de que es de clase muy inferior. Si el trabajo y habilidad de un hombre vale 100 pesos mensuales ¿Será tan necio que lo cambie por 30 en una escuela?” (Julio 1 de 1887)
hernandez_luis21@yahoo.com.mx
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