El Portal 2012-01-24
Por: Redaccion 2 | 23-Ene-2012 20:28
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Por Antonio Payán Gómez
Considerado por algunos como el inicio de un “jongitudinazo silencioso”, la suerte política de la maestra Elba Esther Gordillo, la misma que desde Chihuahua saliera a las grandes ligas por coordinarle a Carlos Salinas de Gortari el relanzamiento de la campaña presidencial, entró en una faceta crucial donde tendrá que enfrentar una serie de factores, empezando por el corazón mismo de lo que ha controlado por décadas: el magisterio.
La decisión del PRI de no convenir la alianza con la lideresa del Snte metió a la maestra en un verdadero aprieto, pues el Panal estaba “diseñado” para ser ofertado como partido bisagra y sacar así enormes ventajas y dividendos políticos, como lo hizo con el presidente Felipe Calderón y su apretadísimo -e históricamente registrado con la duda de la legitimidad - triunfo en las pasadas elecciones presidenciales.
Sin alianza ahora con nadie, y ni la posibilidad de hacerla, salvo que el PAN con su urgencia pudiera lanzarle un salvavidas que ambos necesitan por las circunstancias que apuntan a una competencia final entre el PRI y las izquierdas, la maestra Gordillo entró en una etapa de acción política emergente, primero buscando alguien que quiera “sacrificarse” como candidato de este partido, pero fundamentalmente porque se quedaría con el enorme reto de conocer su peso político concreto en las próximas elecciones, donde hasta el registro pudiera perder de no persuadir a los maestros de presentarse a votar por el Panal.
Más allá de una simple ruptura, las causas aducidas por el PRI no se sujetan tan sólo a que la maestra pedía como si fuera un partido grande 24 diputaciones y cuatro senadurías -dos de ellas para su yerno y para su hija, además seguramente de la propia-, y con la posibilidad del triunfo, sostener o aumentar los espacios que negoció con el panismo y con Calderón, uno de los cuales, el Issste, entró en una escándalo de corrupción por su ruptura con Miguel Ángel Yunes, en una danza de miles de millones que afloraron a la luz pública, pero que ahora se han ido al camino acostumbrado de la impunidad.
No: en el PRI, que advierten con todo y las pifias de Enrique Peña Nieto que están en ruta de recuperar Los Pinos, ponderaron que la alianza con la maestra enfrentaba los siguientes escenarios en contra: primero, el rechazo de los propios priistas a que la maestra les quitara tantos espacios.
Segundo, lo que califican como la “pésima imagen de la maestra Elba Esther Gordillo”; tercero, el recuerdo histórico reciente de la forma en que la lideresa rompió con el PRI y se alió con la oposición para buscar la destrucción del tricolor, su partido de origen.
Cuarto, que la derrota de Michoacán, donde se alió con Calderón para sacar adelante a su hermana, mandó signos de que la maestra no tiene ya el poder de convocar a los maestros, lo que lanzó serias advertencias al tricolor.
Quinto, que la disidencia al interior del magisterio ha ido creciendo como la espuma en varias regiones del país, principalmente del centro y del sur.
Y un sexto punto que enmarca el fondo de lo que le pudiera esperar a la maestra si el PRI gana: la revisión a fondo de la educación, donde todos los parámetros advierten la pesadez, corrupción y baja eficiencia de los maestros, y más la incursión como grupo de poder y de buscar la influencia en la política.
Además, la serie de enemigos que enfrenta la maestra en todos los ámbitos, incluyendo al PAN, que denostó a la lideresa hasta que se cansó cuando anunció su alianza inicial con Peña Nieto, serían los mismos enemigos quede manera gratuita se llevaría el PAN, de haber sostenido esa unión.
También, en otras variables, que la parte patronal de la educación la tienen los diferentes niveles de gobierno, que pueden, unificándose si gana el PRI, asestar un golpe de fondo y estructural a la educación, poniendo en grave riesgo el liderazgo de la maestra.
Internamente, también la suma de la misma estrategia que ha desarrollado para el control de los maestros en sus mandos, donde cada sección tiene siempre sorpresas, como la más reciente en la VIII, donde sacó a un jovencito para calmar a generaciones veteranas que mostraban otros intereses, y equilibrar de esa manera el escenario en su tablero de ajedrez.
Por todo ello, y gane quien gane de los partidos en contienda, se perdería la enorme cantidad de espacios públicos que ha mantenido por sus alianzas políticas, como la del PAN, donde colocó a infinidad de maestros en seguridad, Issste, Lotería Nacional y en la propia SEP, donde uno de los subsecretarios era su propio yerno.
Si la maestra no alcanza a aliarse, entonces será una lideresa en apuros, o bien será el inicio de lo que muchos advierten: el principio del fin de un liderazgo que se dio por el ‘jongitudinazo’ que Salinas le aplicó a Carlos Jongitud Barrios para quitar a un cacique e instalar a otra, la maestra Elba Esther Gordillo.
Por otra parte, la ruptura “civilizada” del PRI con la maestra es también una jugada de carambola a Humberto Moreira, quien sin consultar a su partido tejió esa alianza cediendo grandes espacios. Si Moreira está enterrado políticamente, y con él sus aliados mismos del PRI, el caso de la maestra entraría por esos caminos que alertaron a un magisterio expectante y cuyas bases pueden mostrar si son afines a ese control o iniciar la vía del destete.
OMNIA, CHIHUAHUA
http://www.omnia.com.mx/noticias/el-portal-2012-01-24/
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