La arbitraria decisión del Gobierno mexicano de desaparecer la categoría
de Jefes de Enseñanza de Educación Secundaria (Diurnas, Para Trabajadores,
Secundarias Técnicas), y CESAR a cerca de 150,
"por no ser ya necesarios", es una muestra más de que el discurso del
Estado Mexicano no es más que demagogia cuando afirma que "la Reforma
Educativa no afectará la situación laboral de los trabajadores de la
educación," y muestra el cinismo y descaro con que actúa el gobierno.
Por un lado, el gobierno acepta un supuesto diálogo y aparenta una
"apertura" para escuchar la voz de los trabajadores de la educación a
través de FOROS de "Análisis y perspectivas de la Reforma Educativa,"
mientras que, por otro, continúa con la implacable implementación de los
lineamientos impuestos por la OCDE y demás organismos internacionales, y, como
brazo ejecutor, sigue al pie de la letra lo que le han marcado: despedir al
mayor número posible de trabajadores de la educación que "ya no sean
necesarios" o sean "ineficientes." Se demuestra así, que este es
uno de los puntales de lo que será la Reforma "Educativa" y no se ven
nada favorable las "perspectivas."
La situación de los Jefes de Enseñanza ya se veía venir, pero no creían
que se llegara a tan drástica medida. Desde hace años se advertía que la tarea
de los Jefes de Enseñanza estaba siendo dejada de lado y se nulificó su papel
como parte del proceso enseñanza aprendizaje.
En la DGSEI, de hecho fueron eliminados desde que surgió esta dirección
de Iztapalapa hace 20 años, pues prácticamente ya no fueron designadas las
Jefaturas para Iztapalapa y, poco a poco fueron desapareciendo, por inanición,
de la escena educativa.
Con el retiro voluntario, un programa establecido por el gobierno para
eliminar plazas presupuestales, la situación se agudizó y esa inanición se
extendió a todo el Distrito Federal. De modo que, a la fecha, los Jefes de
Enseñanza estaban recluidos desde hace años en las oficinas centrales
impidiéndoles realizar su labor y enmedio del constante hostigamiento de las
autoridades violentando sus más elementales derechos laborales.
Hoy, la Secretaría de Hacienda define que los Jefes de Enseñanza ya no
son necesarios pues sus funciones la realizan los directivos, supervisores y
demás personal asignado (a través de la herramienta Stalling). De este modo,
por ya no ser necesaria, Hacienda desaparece la categoría de Jefe de Enseñanza
y, por lo tanto, retira el presupuesto que le correspondía.
Obviamente, las autoridades tratan de justificar el despido y ofrecen
paliativos como una liquidación y jubilación a quienes cumplan los requisitos.
A los que no puedan irse con este retiro forzoso o
involuntario, porque no cubren los requisitos, se les promete una reubicación pero en
condiciones más desventajosas pues los recorrerían a una categoría más baja, lo
que implica menor salario, a otros quizá no les quede nada.
Este es el espejo en donde debemos de vernos todos, ya que la Reforma
Educativa y los proyectos de leyes secundarias (reglamentos) establecen que es
facultad de las autoridades establecer los criterios para el ingreso, la
promoción y la permanencia en el servicio de los trabajadores de
la educación. Así que, en cualquier momento, con cualquier pretexto las
autoridades pueden determinar que trabajadores ya no sirven y podrá despedirlos
sin mayor trámite, no importando que tengamos base, que tengamos título,
maestrías (varios de los jefes de enseñanza tienen este grado), etc., el
criterio fundamental será si somos útiles o no.
No podemos seguir en actitud pasiva, es necesario mantenernos en la
lucha hasta la abrogación de la Reforma, y no queda otra que realizar acciones
contundentes como el paro indefinido, y habrá que prepararlo o, de lo
contrario, estaremos inermes ante la espada de Damocles gubernamental.
Asamblea Democrática de Bases Sección 10- CNTE
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