Quiero preguntar al titular de la SEP, Emilio Chuayffet, cuáles son sus ideas sobre calidad educativa en la educación básica, pues se le ha visto muy atareado con la licitación y compra de laptops, pero no ha expresado un sólo concepto pedagógico que dé sustento a la mal llamada reforma educativa. Es absurdo que la SEP gaste una fortuna en laptops cuando hay tantas escuelas sin baños y en estado deplorable, y 6 millones de niños de 3 a 17 años sin escuela. ¿Acaso no hay planeación y prioridades?
Indigna constatar el desinterés –el desprecio– de las autoridades por los maestros y los niños reales. Además, hay evidencias de que en la educación básica la computadora no es necesaria y es preferible que en esa edad los niños aprendan sin ellas.
Recientemente el diario Le Monde informó que expertos prefieren que sus hijos vayan a escuelas en las que no usan computadoras. Es el caso de profesionales de Silicon Valley, en el norte de California, donde prefieren que, por lo menos en las escuelas, sus hijos estudien sin ellas. ¡Y Silicon Valley es el centro líder para innovación y desarrollo de alta tecnología, en Estados Unidos¡
La Waldorf School de Peninsula, cerca de la zona, es una de las escuelas que eligen los
hiperconectadosempleados de Google, Apple y de otras empresas de punta de la computación para que sus hijos se eduquen alejados de pantallas. Tres cuartos de alumnos inscritos en la Waldorf son hijos de personas que trabajan en las nuevas tecnologías.
La gente se pregunta por qué, cuenta Le Monde.
Ese periódico recoge el testimonio de un padre, Pierre Laurent, quien trabaja para Microsoft hace 12 años y eligió esa escuela
porque no confunde informática con aprendizaje humano. La computadora no es más que una herramienta, y quien sólo tiene un martillo piensa que todos los problemas son clavos, dice.
Para aprender a escribir es importante efectuar grandes trazos directos al papel. Las matemáticas pasan por la visualización del espacio. La pantalla perturba el aprendizaje y disminuye experiencias físicas y emocionales. En la Waldorf esa limitación no existe: se aprende a sumar y a restar dibujando o saltando a la cuerda. Acerca de si le preocupa una posible desventaja de sus hijos por posponer el uso de computadoras, Laurent responde:
No sabemos cómo será el mundo dentro 10 o 15 años; las herramientas habrán tenido tiempo de cambiar muchas veces.
Señor Chuayffet, es mejor invertir en que todos los niños estén ya en la escuela: más escuelas y menos laptops.