Escuela de tiempo
completo ¿Plazas de tiempo completo?
Luis Hernández Montalvo
En el anterior sexenio se impuso
el concepto de “Escuela de tiempo completo”. En el año 2006, se creó el
Programa de Escuelas de Tiempo Completo –PETC; - entonces se dijo-: El objetivo
general de este programa es: Contribuir a mejorar las oportunidades de
aprendizaje de los alumnos de las escuelas públicas de educación básica mediante
la ampliación del horario escolar. /Acuerdo 556 Programa de Escuelas de Tiempo
Completo.
Aunque el horario de trabajo
formal en las escuelas primarias es de cinco horas; la SEP deja la jornada
laboral en cuatro horas y media porque le descuenta la media hora de recreo
diario; la autoridad considera que este horario se reducía a 2.8 horas diarias
y que el resto del tiempo es utilizado en actividades como concursos, ensayos,
atender las campañas diversas, la atención de la cooperativa escolar, tiempo no
considerado en el aprendizaje de contenidos.
Así, un día aparecieron los
decretos de los jefes políticos para la creación de la Escuela de Tiempo
Completo y las Escuelas de Jornada Ampliada. En la modalidad de las Escuelas de
Jornada Ampliada, se incrementan dos horas diarias -en el caso de las escuelas primarias- lo que
según cálculos de los funcionarios, se incrementa el tiempo de aprendizaje a
diez horas semanales y a 400 horas durante el ciclo escolar.
Para las Escuelas de Tiempo
Completo, se incrementan de cuatro y media horas al día –que incluye además de
30 minutos de recreo-, a ocho horas de trabajo escolar con los alumnos de educación
básica, incluyen los tiempos de comida y recreo que la administración no está
catalogado este tiempo como “trabajo docente”; por lo tanto, los cálculos para
el pago de los maestros es a partir de las siete horas que se supone el maestro
“enseña contenidos”. Tampoco se contempla el incremento de cinco horas a la
semana de planeación de las actividades de la jornada del día posterior.
Si ponemos atención; la
publicación del calendario de 200 días de clase –en el que ya tampoco aparece
la firma de los líderes del SNTE-, ya es insuficiente para contemplar la
complejidad del Sistema Educativo; porque durante este tiempo, tenemos ya seis
mil Escuelas de Tiempo Completo más ocho mil que se habrán de incorporar al
concluir el presente ciclo escolar y 40 mil más al término del sexenio, lo que
nos dará en números globales de más de cincuenta mil Escuelas de Tiempo Completo, sin contar
las Escuelas de Jornada Ampliada; las Escuelas de Doble Turno -que no de tiempo
completo-, las miles de Escuelas Unitarias, las Escuelas Multigrado y otras
modalidades que se suman a esta realidad compleja de la inequidad educativa en
México.
No solo nos encontramos con una
visión burocrática de los tiempos escolares, de lo que se considera y lo que no
se considera trabajo docente; también estamos ante una propuesta de Escuelas de
Tiempo Completo muy “chata”, que nace al margen de la discusión de los maestros
y de las comunidades escolares.
No hay una nueva concepción o una
idea clara de lo que sería una Escuela de Tiempo Completo por ahora, solo se ha
incrementado las horas de trabajo y se han introducido materias y actividades
con tiempos escasos y sin una real modificación de los ambientes escolares y
tampoco existe una propuesta laboral acorde con el nuevo modelo de escuela y de
trabajo docente en términos de relaciones laborales y salariales. Habrá que ver
comparativamente con experiencias exitosas sobre lo que pareciera ser modelos
de movimientos pedagógicos emergentes en Europa; pero también, lo que ocurre en
otras partes del mundo y principalmente, lo que vienen experimentando los
países asociados en la OCDE.
Tanto los Programas de las
Escuelas de Jornada Ampliada como el de Escuelas de Tiempo Completo, se suman a
una serie de disparates de los planes de la burocracia de recambio y de ocasión.
En 1973; el Movimiento Revolucionario del Magisterio, en su Primera Conferencia
de Educación planteó la necesidad de un ciclo básico que denominó “unificado” –primaria
y secundaria- con una visión para elevar la escolaridad en el país y para
elevar el carácter científico de los contenidos. Entonces, se hacía la
siguiente reflexión: Recordemos que México ha transitado de una escuela
primaria subdividida: 4 años –primaria elemental- más dos de primaria superior,
a una primaria de 6 años.
En un intercambio de ideas con
profesores del municipio de Cosamaloapan, Veracruz, en fecha reciente, les
decía que es a partir de las reformas a la educación básica como podemos y
debemos incorporarnos a la discusión de los problemas de la educación en su
conjunto. Efectivamente, es a partir del análisis de las reformas a los
artículos 3º y 73º y el contenido de las Leyes reglamentarias: Ley General de
Educación; Ley General del Servicio Profesional Docente y Ley de Creación del
Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación para debatir sobre temas
diversos que se desprenden de estas reformas, sino también, para empatar el
debate por “la calidad de la educación” para introducir el tema de la formación
de maestros, que no puede concebirse disociada del modelo escolar que se
implanta de manera inconsulta.
Y terminaba diciendo a los compañeros
de Veracruz que el debate sobre la escuela básica y las reformas, puede
convertirse en el eje de la discusión y la crítica a todo el sistema educativo.
Dicen los “académicos del
Congreso de la Unión”; entre los que se encuentran el ex rector de la
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, que la discusión de los asuntos de
la educación, no le corresponden a los sindicatos, que éstos se deben ajustar a
defender los asuntos laborales pero nada más. Tal vez el señor tiene la idea de
hacer de los sindicatos con fuerte cultura corporativa a uno de “sindicalismo blanco”
como el que “representa” a los trabajadores de la BUAP.
Pero, si el sindicato es
concebido como la voluntad colectiva de los educadores, entonces, muy a su
pesar, los políticos y los hombres de poder, tendrán que sentarse a discutir lo
que es materia de trabajo y no concesión política como ha ocurrido hasta ahora.
Pero aún en los términos marginales del sindicalismo, un aspecto que nadie ha
tocado hasta ahora, es el de las nuevas demandas que nacen a partir de
realidades distintas y complejas como las Escuelas de Tiempo Completo y las de
Jornada Ampliada, que requieren de una discusión para implementar la Plaza de
Tiempo Completo con medio tiempo frente a grupo y medio tiempo para la
planeación y capacitación para enfrentar en mejores condiciones los objetivos de
los planes de estudio. Ahora lo que existe, es la ampliación de una doble plaza
en calidad de contrato y compensaciones que se calculan mediante complicadas
operaciones matemáticas que no incluyen los tiempos para la asistencia a cursos
de capacitación, elaboración de informes, planeación diaria, reuniones
permanentes. En fin, que tema para debatir hay más que suficiente.
(30-JULIO-2013).
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