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jueves, 2 de octubre de 2014

A la comunidad politécnica René Torres Bejarano Profesor-investigador de la SEPI-ESIME-IPN

 A LA COMUNIDAD POLITÉCNICA
René Torres Bejarano*

En memoria de Raúl Álvarez Garín
Es muy importante lo que está sucediendo, desde hace ya demasiado tiempo, en el Instituto Politécnico Nacional. Y lo que está sucediendo no es ni remotamente lo que se dice en la prensa o lo que algunos de nosotros, con muchos afanes, logramos expresar: que no queremos el nuevo reglamento, que no queremos los nuevos planes de estudio, que no queremos ser técnicos, sino ingenieros, que somos burros pero no pendejos, etcétera, etcétera. Tampoco es cierto que este grave problema se arreglaría con solo culpar a fuerzas “externas” al Instituto, ni con "congelar" el Reglamento (ya aprobado) por un año, ni con “suspender” la aplicación de los nuevos planes de estudio por un tiempo, ni con defenestrar a algún alto funcionario Politécnico, ni con que le otorguen la autonomía al IPN, etcétera, etcétera. El asunto es mucho más complicado que eso y requiere entonces de un análisis más detenido.   
La realidad es que el Instituto Politécnico Nacional -en especial desde 1968- a través primero de todos los gobiernos priístas y después por los dos gobiernos panistas y ahora por el actual gobierno priísta de Enrique Peña Nieto, nuestro Instituto ha estado sometido a una gran cantidad de ataques y presiones que amenazan ahora llevarlo a un colapso definitivo. Por un lado, la comunidad politécnica -especialmente la estudiantil- ha estado sujeta, desde entonces a un trato despótico y un sometimiento como castigo y en prevención de posibles rebeldías como las expresadas en aquellos tiempos. ¡Los estudiantes deben estudiar! decía entonces Gustavo Díaz Ordáz y, desde entonces, los jóvenes politécnicos son tratados como delincuentes y solamente son “atendidos” por funcionarios menores y, últimamente, por los agentes de la Policía Bancaria e Industrial o por los Granaderos del D.F. Los profesores, especialmente los jóvenes maestros de nuevo ingreso, son tratados de manera prepotente y sin ningún interés tanto por las autoridades como por sus propios sindicatos. Los trabajadores del Instituto son cada vez más escasos y han estado siendo desplazados por otros trabajadores explotados por empresas de “outsourcing”. Los egresados del Instituto no reciben ninguna consideración por parte de las autoridades del IPN e incluso, los profesionistas politécnicos que laboran al interior, como docentes o administrativos, ven cada vez más disminuidas sus posibilidades de escalar los altos niveles de dirección dentro del Instituto porque las sucesivas autoridades promueven preferentemente a profesionistas procedentes de otras instituciones educativas. Con el advenimiento de las “reformas estructurales” –educativa, del trabajo, financiera, telecomunicaciones, energética, etcétera- y sus resultados inmediatos de privatización de los recursos energéticos, minerales y naturales y con la práctica desaparición de PEMEX, CFE y la entrega del petróleo y los energéticos en manos de las empresas y gobiernos extranjeros, el IPN se encuentra actualmente ya cuesta abajo y en una crisis altamente destructiva. La crisis actual del IPN, se inscribe entonces en la crisis por la que está pasando todo nuestro país.
No pensemos entonces que el problema del IPN se inició solamente porque los estudiantes de la ESIA no quieren el nuevo Plan de Estudios que les están imponiendo sin consultarlos o porque a los estudiantes de la Vocacional No. 1 los tienen atosigados con los “dictámenes” escolares y negativas de inscripción en sus semestres, o porque centenares de estudiantes politécnicos están atrapados durante varios semestres “estudiando” una carrera que frustra sus sueños e ilusiones (y desperdicia los recursos materiales e intelectuales de los estudiantes, sus familiares, los del propio Instituto y del país); o porque a algún funcionario menor se le ocurrió expulsar a algunos egresados de los CECYTs del IPN para otorgárselos a egresados de otras instituciones más cercanos a su corazón. Creer que esto es lo que está provocando esta gran reacción del 26 de septiembre en el IPN es como seguir creyendo que el Movimiento Estudiantil de 1968 tuvo su origen y justificación en el pleito aquel de los estudiantes de la Preparatoria “Isaac Ochoterena” contra los porros de la “Voca 5” (Ciudadela) en aquellos días de 1968. Como diría mi padre, “No mi’jo, ¡esos solo son polvos de aquellos lodos!”.
Los compañeros Politécnicos que, de buena fe, abogan por la autonomía del IPN, tienen posiblemente en su imaginación la autonomía de la que actualmente goza la UNAM (aunque todos sabemos que inclusive esta “autonomía” tiene también sus “asegunes”) y piensan ilusoriamente que es esa la autonomía que las autoridades del Gobierno Federal le estarían otorgando al IPN. Algunos jóvenes dicen, por ejemplo, que así, “¡en lugar de escuelas superiores tendríamos “facultades”!; que, con la autonomía del IPN, tendríamos ahora un Consejo General Consultivo Paritario –donde los estudiantes estarían representados a plenitud y que, como en la UNAM, se implantaría en el IPN el ansiado PASE AUTOMÁTICO de los egresados de los CECYT´s del IPN a la escuela y carrera profesional de su elección. Los estudiantes creen también que, así como la UNAM, el IPN se alejaría entonces de los organismos privados –con fines de lucro- del “CENEVAL” y la “COMIPEMS” y de sus aberrantes “exámenes de admisión” que año con año son utilizados para expulsar del IPN a centenares de egresados de las vocacionales politécnicas y para rechazar a miles de aspirantes procedentes de otras instituciones educativas (Conaleps, Colegios de Bachilleres, preparatorias particulares, etcétera). Estos compañeros Politécnicos (de buena fe) piensan también que con la autonomía para el IPN, vendría un mejor trato para los estudiantes por parte de los funcionarios “escolares” y que (¿Cómo en la UNAM?) serían ahora atendidos en sus trámites por funcionarios responsables y no, como se acostumbra en el IPN, por algún burócrata prepotente o, de plano, por los policías de la PBI o por los granaderos del D.F. Algunos profesores Politécnicos, especialmente, los de los CECYT´s del IPN, tienen sus esperanzas puestas en la autonomía del IPN que les aseguré alejarse lo más pronto posible de la amenazante Espada de Damocles  que significa la mentada “Reforma Laboral Educativa” que están tratando de implantar –aunque sin mucho éxito- en los niveles básico y medio superior de todo el país, las “autoridades” del INEE.      
Pero es que esta letanía de la AUTONOMÍA para el IPN, la hemos estado escuchando en el Politécnico desde 1968, cuando Gustavo Díaz Ordáz nos la ofreció como una venenosa carnada. Muchos años después Vicente Fox nos volvió a ofrecer esa manzana envenenada y el Director General del IPN de aquel entonces (Miguel Ángel Correa Jasso) hasta formó una comisión “ad hoc” para que la comunidad aprobara la dichosa "AUTONOMÍA" del IPN pero, afortunadamente, no lo logró. El siguiente Director General del IPN (Enrique Villa Rivera) continuó haciendo esfuerzos en ese sentido pero ya sin el menor éxito. Durante el primer trienio de la Doctora Bustamante Díez (ya bajo Felipe Calderón Hinojosa) no se habló mucho del asunto pero ahora, en su segundo trienio (bajo el “reinado” de Enrique Peña Nieto) se está recrudeciendo esta ofensiva pero, cosa rara y sospechosa, ahora no es el Gobierno Federal el que la ofrece sino que son algunos “priístas,” y "chuchoperredistas" y hasta uno que otro “panista,” (importados al IPN durante los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón), los que están enarbolando la bandera de la "autonomía" para el IPN. Pero, viniendo de donde viene y representando a quienes representan, lo único que nos provoca a los Politécnicos es un profundo y fuerte escozor pues, para nosotros, la palabra del General Lázaro Cárdenas del Río ha sido siempre visionaria y, aparte de otras cosas, nuestro ilustre fundador nunca nos habló de "autonomía" para el Instituto; para él, el IPN fue planteado desde su origen como un órgano fuertemente enraizado en el Estado Mexicano (Ver carta de Lázaro Cárdenas al IPN que recientemente publiqué).
En lo personal, Yo creo que la autonomía verdadera es la máxima expresión del orden (es como si nos dieran alas para volar). ¿A quién no le gustaría tener alas para volar libremente hasta alcanzar el horizonte? Podríamos siempre llegar más rápido a nuestro objetivo. ¡Ojalá y que el IPN pueda ser alguna vez autónomo y pueda entonces emprender ese vuelo que todos deseamos! Pero la autonomía que nos estaban ofreciendo entonces y que nos están ofreciendo ahora, no tiene nada que ver con esas “alas para volar” Yo más bien creo que lo que quiere el Gobierno Federal –que no es el Estado Mexicano- es darnos una autonomía pero sin alas, es decir, como diría mi Tía, la difunta Liberata, “nos quieren mandar a volar.” Un Politécnico “autónomo” como el que nos ofrecen, acabaría siendo entonces como un pasto seco para las llamas que actualmente nos amenazan. Desgraciadamente, lo que nos están ofreciendo ahora como "autonomía" es solo un remedo y una simulación de la autonomía verdadera (remember las “autonomías” del Banco "de" México, del IFE -ahora INE-, del INEE, del "nuevo" PEMEX, de la "nueva" CFE, etcétera, etcétera). Así, todas estas instituciones “Mexicanas” son ahora “autónomas” del Estado Mexicano pero, esa “autonomía” que muchos aplaudieron en su momento, las ha convertido a todas ellas en entidades completamente dependientes de las élites nacionales o internacionales que dictan actualmente las políticas internas en nuestro país. Así, el Banco “de” México –“autónomo”- solamente obedece los dictados de la Reserva Federal –que no es reserva ni es federal- de los EEUU, del FMI, del Banco Mundial, de la City de Londres, etcétera; el “nuevo” IFE (INE) –“autónomo”- solo responde ahora a las élites políticas nacionales de los principales partidos políticos (PRI, PAN, PRD-Chucho y sus corifeos del PV y del PANAL); el “nuevo” INEE –“autónomo”- ya no responde ni siquiera a la SEP (ahora solamente responde a Televisa, a los Mexicanos Primero, a Claudio X. González -¿Secretario Putativo de Educación Pública?-, a Ángel Gurría, a la OCDE, etcétera); el “nuevo” PEMEX y la “nueva” CFE, -autónomos”-, solamente responden ahora a las élites políticas y económicas priístas y panistas y “verde-ecologistas” –aquí hasta dejaron fuera a los “chuchoperredistas”- representadas en los respectivos consejos “autónomos” de administración de ambas “empresas productivas” Mexicanas, conformados con gente de la ralea de Luis Tellez. Durante el mandato de Miguel Ángel Correa Jasso (en los tiempos de Vicente Fox) acá en el IPN hasta nos trajeron al Rector de la Universidad de Barcelona para que nos convenciera de implantar en el IPN ese tipo de “autonomía”: una “autonomía” para que el cuerpo directivo del Instituto pudiera actuar autónomamente del Estado Mexicano y de la propia comunidad Politécnica en la toma de las decisiones, es decir, no se estaba ofreciendo una verdadera autonomía para la institución, la “autonomía” que nos estaban ofreciendo era solo y únicamente para el cuerpo directivo del IPN.  
Pero Yo creo que estamos todos poniendo a los bueyes detrás de la carreta y que, además de discutir la posible autonomía para el IPN o tener un nuevo Reglamento Interno del IPN o tener nuevos planes de estudio, o correr a algún funcionario,  etcétera, etcétera, deberíamos también incluir en esta discusión el análisis de la Ley Orgánica del Instituto Politécnico Nacional para que se aclaren aspectos tan importantes como:
1.  La Fracción IX del Artículo 3, CAPITULO I (sobre la Naturaleza, Finalidades y Atribuciones del Instituto), de la Ley Orgánica del IPN, a la letra, dice:
IX.- Contribuir a la planeación y al desarrollo interinstitucional de la Educación Técnica y realizar la función rectora de este tipo de Educación en el País, coordinándose con las demás instituciones que integran el Consejo del Sistema Nacional de Educación Tecnológica, en los términos previstos por la Ley para la Coordinación de la Educación Superior y de conformidad con los acuerdos que se tomen en el propio Consejo.
Sin embargo, en su reciente Decreto de creación del flamante “Tecnológico Nacional de México”, el Lic. Enrique Peña Nieto le escamotea al IPN esa rectoría y sus funciones a nivel nacional y, en la práctica, coloca ahora al Instituto Politécnico Nacional bajo la égida y rectoría de dicho Tecnológico Nacional de México. Una de las primeras exigencias que haríamos entonces al Gobierno Federal es que se restituyan al Instituto Politécnico Nacional las facultades de Rectoría de la Educación Técnica en el país que por derecho le corresponden y que se reconozca la preponderancia orgánica del Instituto Politécnico Nacional con respecto a cualquier otra entidad educativa del país.

2.  En su Artículo 2, CAPITULO I (sobre la Naturaleza, Finalidades y Atribuciones del Instituto), la Ley Orgánica del IPN, establece:
ARTICULO 2.- El Instituto Politécnico Nacional es un órgano desconcentrado de la Secretaría de Educación Pública, cuya orientación general corresponde al Estado; con domicilio en el Distrito Federal y representaciones en las Entidades de la República donde funcionen Escuelas, centros y unidades de Enseñanza y de Investigación que dependan del mismo.
En su Artículo 11, CAPITULO III (Estructura Orgánica y Funcional), la Ley Organica del IPN establece:
En el Artículo 197 del Título VIII del Reglamento Interno del IPN,  actualmente vigente, a la letra, dice:
Artículo 197. Los organismos auxiliares del Instituto Politécnico Nacional son organismos descentralizados con personalidad jurídica y patrimonio propios, organizados en los términos de sus instrumentos jurídicos de creación, según los cuales sus fines contribuyen a la mejor realización de las finalidades del Instituto, en los términos previstos por el Artículo 11 de la Ley Orgánica y del presente Reglamento.
Por tanto, resulta entonces que el IPN es un organismo desconcentrado de la SEP que tiene como “auxiliares” a tres organismos descentralizados del Gobierno Federal (El Cinvestav, el POI, y la COFAA). De estos tres organismos “auxiliares” del Instituto, el primero, el Cinvestav, ya se “desprendió” del IPN (“ya agarró monte” dicen en mi pueblo) llevándose consigo el patrimonio que le pertenece al Instituto Politécnico Nacional; los otros dos no lo han hecho todavía pero, dada su calidad de “descentralizados”, cualquier rato se “desprenden” del IPN desmembrando a la Institución y despojándola de su patrimonio.  

3.  En el Artículo 25 de la Ley Orgánica del IPN (referente a la composición del Consejo General Consultivo), mantiene restringida la participación de los estudiantes en ese importante órgano directivo. Así, la Fracción IX de dicho artículo dice:
Se sugiere que, en virtud de que el número de ecu’s del IPN ha crecido significativamente desde esas fechas, el texto correspondiente debería decir: 
IX.- Un representante alumno por cada una de las escuelas, centros y unidades de enseñanza media superior y un representante alumno por cada una de las escuelas, centros y unidades de enseñanza superior;

4.  En ningún lugar de la Ley Orgánica del IPN, ni en ninguno de sus reglamentos que se derivan y mucho menos en los fundamentos que le dieron origen al IPN, aparece una prohibición expresa al PASE AUTOMÁTICO de los egresados de las escuelas del nivel Medio Superior (CECYT´s) del Instituto Politécnico Nacional a la escuela superior y a la carrera profesional que estos jóvenes egresados (con derechos a salvo) deseen cursar. Esta práctica (del “pase automático”) fue realizada desde la fundación del Instituto durante muchos años. Sin embargo, a partir de la fundación del Ceneval y de la COMIPENS los egresados de vocacionales del IPN han estado siendo sometidos a un aberrante proceso de “admisión” para las escuelas superiores del propio Instituto. Es importante entonces que los estudiantes de los CECYT´s del IPN consideren el PASE AUTOMÁTICO como una de sus más importantes reivindicaciones. 

Que bueno pues que los jóvenes Politécnicos le “tomaron la palabra” al Lic. Miguel Angel Osorio Chong (Secretario de Gobernación), para iniciar un diálogo productivo que nos lleve a toda la comunidad Politécnica a encontrar los mejores caminos de la conciliación y al reemprendimiento de nuestras actividades productivas lo más pronto posible. Es muy bueno también que decidieron no incluir en esas discusiones, por ahora, la autonomía del Instituto Politécnico Nacional (ellos intuyen muy acertadamente que este es un delicado asunto  que, por su importancia, debemos de seguir discutiendo al interior del Instituto). Es también muy bueno que algunos jóvenes estudiantes y egresados del Instituto estén organizando un Congreso al interior del IPN para discutir con toda la comunidad estos importantes asuntos, pero sería muy bueno también que esta discusión fuera llevada, lo más pronto posible, al seno de la Comisión de Educación de la H. Cámara de Diputados. Esto último nos garantizaría el respaldo del Congreso de la Unión, una mayor pluralidad en la discusión de los problemas del Politécnico y una mayor seguridad de que se evitarán los posibles sesgos partidistas típicos de la ocasión.    

Atentamente,

“LA TÉCNICA AL SERVICIO DE LA PATRIA”

René Torres Bejarano
Profesor-investigador de la SEPI-ESIME-IPN
Tutor de la Autodefensoría de Derechos Estudiantiles Politécnicos

57296000 (ext. 54592)

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