Presentación del libro “Autobiografías”.[1]
Caminos de construcción y hallazgos sobre la profesión docente en Chiapas.
Guadalupe Albores Castro.
Es un enorme gusto para mi compartir con todos ustedes la presentación del libro “Autobiografías .Así somos los docentes de Chiapas”.
Quisiera en primer lugar expresar mi agradecimiento a quienes hicieron posible su publicación.
En primer término al Instituto de Estudios de Posgrado, el IEP como lo conocemos en el medio educativo de la entidad; generosa institución con la que he colaborado desde 1999, que me abrió las puertas para el encuentro con muchos estudiantes maestros y con ellos al conocimiento de los diversos rostros de la profesión docente de este mi entrañable Chiapas. De manera particular expreso mi reconocimiento equipo administrativo y académico del IEP y a dos de sus muy destacados directores: el Lic. Francisco Javier Santiago Díaz y a la Mtra. Ana María Salazar Chanona, por su apoyo a mi trabajo educativo a lo largo de estos años.
Asimismo agradezco a la Dirección de Divulgación de la Secretaría de Educación por el esfuerzo emprendido en la edición del texto que hoy presentamos. A mi amiga Tania Bautista, por la corrección final al documento y su asesoría editorial, y a mi colega, la Mtra. Socorro García Manzano por su lectura cuidadosa y comentarios a mi texto.
Por supuesto, y a ellos de manera especial, va mi agradecimiento a los autores de las autobiografías docentes, algunos de ellos aquí presentes. por el esfuerzo y valentía emprendidos en su escritura y por la autorización para publicarlos.
El libro que hoy nos convoca está formado por los trabajos coordinado por mi colega, el Mtro. Juan Carlos Ramos Treviño y los que tuve el gusto de recopilar. En esta presentación me referiré al conjunto de textos autobiográficos que coordiné y presento con el ensayo “Autobiografías docentes: huellas en la historia de la profesión en Chiapas”.
De los caminos recorridos…
El libro de autobiografías docentes se fue gestando a lo largo de estos ya varios años como coordinadora del Seminario “Enfoques de la Formación Docente” en diversos grupos de la Maestría en Docencia y el Diplomado “Identidad y competencia comunicativa” del Instituto de Estudios de Posgrado. Como lo señalo en el texto introductorio, en este andar de acompañante privilegiada, he aprendido a conocer y re conocer a los maestros de Chiapas, pero también a revisar y re construir mi propio pensamiento sobre esta compleja y tan diversa profesión. Es por eso que en el libro hay una parte de mi propia historia presente, historia que incorpora mi formación y miradas en torno a la educación.
Esta mirada, nutrida fuertemente por una perspectiva socio-histórica para entender los procesos educativos, orientaron la elaboración de los primeros textos autobiográficos que datan del año 2002 con el grupo de docentes de Telesecundaria, con quienes trabajé en Escuintla. Fueron mis afanes de investigadora y coleccionistas de diversas producciones de mis estudiantes, los que me permitieron guardar por largos años estos primeros trabajos y los posteriores de los grupos de Villaflores, Tuxtla Gutiérrez y Comitán.
Como lo señalo en la presentación del libro, la elaboración de textos autobiográficos constituyó, en estos primeros ejercicios, un recurso didáctico pensado para posibilitar en mis estudiantes una revisión de su formación como maestros, porque precisamente la Docencia constituye el objeto de análisis del posgrado en que se formaban en el momento de estas elaboraciones. Sin embargo, la tarea desbordó con mucho mis intenciones didácticas en torno al seminario “Enfoques de la formación docente”, para constituirse, por un lado, en un excelente recurso de investigación. Por otro, logró ser un ejercicio de alto valor formativo para quienes lo realizaron con empeño y profundidad, al tener que responder a la pregunta central a la que atienden estos trabajos: ¿Cómo y por qué decidí ser maestro?
En el recuento que mi memoria alcanza a realizar, están presentes los rostros de mis estudiantes con expresiones de asombro, preocupación, angustia incluso, para alcanzar a cumplir la tarea que la maestra del seminario les solicitaba. Y es que escribir la propia historia no es un asunto fácil para nadie, como bien lo señala el texto de Alejandro Hernández:
“Escribir sobre mi formación docente no es fácil. Es como escribir sobre los aspectos más íntimos de mi vida. Es hurgar en pasajes o situaciones que simplemente nadie quiere que se conozca por miedo a ser juzgados severamente”.
La propuesta de la Mtra Guadalupe (en ese momento coordinadora del seminario de Enfoques) fue elaborar una narración sobre nuestra formación docente. Lo que me obligó a hurgar en mi memoria….” (Alejandro, grupo de Tuxtla)
Escribir de si mismo es un ejercicio de introspección en el que hay también una reconstrucción de la identidad personal y profesional, recuperación de huellas y cicatrices, balances , logros y pérdidas. En más de alguna ocasión el ejercicio de escritura no pudo avanzar más allá de un par de párrafos desarticulados elaborados con el nudo en la garganta que se hizo presente en algún momento de escritura en clase, o el llanto de recordar alguna historia no grata para los maestros y maestras estudiantes. Por ello, mi reiterado agradecimiento al valor de los autores de estos textos para escribir de si mismos y construir los documentos que hoy constituyen este libro.
Como dispositivo didáctico, la elaboración de Autobiografías cobró, al paso de los años, un segundo propósito: ser un recurso para motivar el desarrollo de la escritura personal. De ahí, la necesidad del ejercicio de la recursividad que posibilita que los autores incorporen paulatinamente detalles, nombres, eventos con los que tejen finamente la urdimbre de su texto.
La escritura recursiva de las Autobiografías cobró mayor fuerza en el Diplomado “Identidad y Competencia Comunicativa”. Esta oferta educativa se dirigió a docentes que apenas ingresaban al servicio docente, de ahí que resultara un grupo de jóvenes casi en su totalidad.
Resultado de un intenso proceso de formación y de diversas versiones de los textos, fueron algunos de los trabajos que se incluyen en el libro cuya calidad me hizo proponer al IEP la publicación de las narrativas elaboradas a lo largo de estos años, que desde mi perspectiva, documentan con mucha riqueza la profesión docente en Chiapas.
La organización de los trabajos incluyó algunos dilemas importantes; uno de ellos era priorizar la especificidad del nivel educativo. Por ejemplo, los trabajos de telesecundaria me parecían de particular interés porque muestran el desarrollo de esta modalidad educativa en Chiapas. Otra opción que se presentó era construir una línea histórica siguiendo la época de estudio y primeras experiencias docentes de los autores.
El criterio final de organización fue destacar algunas características sobresalientes de cada grupo de estudiantes, las que explico en la presentación que hago de cada conjunto de textos seleccionados. Es así, como el libro está formado por cinco secciones que corresponden a los trabajos de los grupos de la Maestría en Docencia de Comitán, Tuxtla Gutiérrez, Escuintla, Villaflores y del Diplomado en Tuxtla Gutiérrez.
El ensayo de mi autoría que presenta los textos, organiza mi reflexión en torno a los ejes de análisis que han constituido mis objetos de interés profesional a lo largo de muchos años: el carácter histórico e institucional de la formación y las prácticas docentes, la importancia de los programas de formación inicial y continua, la complejidad de los primeros años del servicio docente en comunidades rurales y contextos de diversidad cultural y lingüística que identifican a Chiapas.
Algunos hallazgos…
En el análisis que presento, construyo algunas categorías con las que pretendo contribuir al conocimiento de la profesión docente en Chiapas. No me referiré a todos ellas en este momento, para remitirlos a la lectura del libro. Sin embargo, me interesa compartir con ustedes que una premisa central de mi análisis fue que “.. Estos ‘relatos de experiencia’ tienen, a la vez, un lado personal (reflejo de la historia particular) y social (consecuencia del contexto social y profesional en que han vivido).” ( Pp.10)
Permítanme insistir en estas nociones teóricas centrales en mi formación: las realidades sociales son históricamente construidas y en las historias personales se expresa también la historia social.
De ese modo, me ocurrió muy frecuentemente que los textos me fueron revelando la historia social ahí contenida: en las motivaciones de los jóvenes por optar por la docencia como profesión, en las descripciones de las instituciones que las forman, en las prácticas y contenidos de formación que las Autobiografías documentan. Por ejemplo:
“Por la precaria situación económica que padecía mi familia, mis padres decidieron que iniciara mis estudios de educación normal primaria. Me inscribí en la Escuela Normal “Fray Matías de Córdova”, en donde fungí por primera vez como instructora de Educación Primaria. Durante los primeros seis semestres cursé las siguientes materias: Matemáticas, Español, Ciencias Naturales, Ciencias Sociales, Educación Física, Educación Tecnológica, Psicología, Filosofía, Tecnología Educativa, Didáctica General, entre otras”. (Ángela, grupo de Escuintla)
En este párrafo identifico la documentación de dos ideas centrales del trabajo: las razones por las que se elige la docencia como profesión y los contenidos de formación inicial.
Así, encontramos en los textos motivaciones que transitan de ser la opción más accesible económicamente (por sus costos y años de estudio), considerada en no pocos casos como la opción para remontar la precariedad económica de origen
“Desde mi niñez surgió el deseo por ser maestro, ya que en ese entonces el trabajo de un educador era visto con importancia y valor, es decir era muy respetado por la sociedad y reconocido por el Estado en el aspecto económico, además porque eran pocos los que lograban prepararse, por la pobreza en que vivían las personas. (Amando, grupo de Comitán)
a la opción del empleo estable y mejor remunerado que representa actualmente
Cuando terminé el bachillerato pensé estudiar administración de empresas, sin embargo, mi familia me orientó diciendo que la carrera mejor remunerada es la docencia, así que opté por ingresar a la Escuelas Normal de Educadoras Berta Von Glumer y Leyva onde cursé mis estudios superior. Los primeros días un catedrático me cuestionó por qué había escogido esta carrera, situación que me hizo pensar realmente que quería para mi vida. Me quedé callada y no contesté. (Georgina, grupo de Tuxtla)
A lo largo del trabajo analizo las autobigrafías con los ejes que he señalado antes y discuto con algunas ideas del sentido común pedagógico que insisten en entender la docencia como un asunto de vocación, pues desde esta mirada, las políticas de formación y contratación de maestros parecen no ser parte del problema.
Por el contrario, considero que estos son asuntos estructurales, también históricamente construidos como intento mostrar en el trabajo, cuya transformación requiere de una fuerte voluntad política y un análisis serio de los sentidos sociales que tiene la docencia en los tiempos actuales.
Otros aspectos de mi análisis son: la importancia que los docentes otorgan a la formación como herramienta clave para su desempeño profesional, y no necesariamente orientados por una mejora salarial; la importancia de las prácticas que los normalistas hacen en las escuelas de educación básica como el primer gran encuentro con los sentidos de la profesión y los primeros años en el servicio docente.
Debo de mencionar especialmente las evidencias contenidas en los textos acerca de la enorme deuda que tiene la educación pública para atender a las comunidades indígenas de Chiapas y a las escuelas multigrado. Como señalo en el trabajo, a pesar de los avances legislativos, curriculares y de las teorías cognitivas, los maestros noveles siguen considerando como “el problema educativo”, que los niños hablen sus lenguas originarias. Algunos relatos incluso dan cuenta que la opción que algunos maestros encuentran es prohibir el uso de las lenguas indígenas en las aulas. La pregunta que entonces me formulo es: ¿a quién corresponde la responsabilidad de estas debilidades formativas?
Finalmente, subrayaría en un breve recuento, que los textos autobiográficos son contenedores de una enorme riqueza documental para quienes trabajamos y estudiamos en el complejo y enriquecedor mundo de la docencia. Son historias de esfuerzo y logro de personas que optaron por esta profesión, también de dudas y frustraciones. Pero también son expresiones de los muchos retos que las políticas educativas y las Instituciones de formación docente tienen frente a si.
Personalmente, la experiencia de recopilar textos autobiográficos ha sido un proceso sumamente enriquecedor porque me obligó a una lectura cuidadosa sobre la profesión docente en nuestro estado.
Por otra parte, me dio la posibilidad del re encuentro humano y profesional con aquéllos con quienes compartí su experiencia formativa. Al difundir sus voces, nuevos encuentros se han generado: con otros maestros de educación básica y Escuelas Normales y con colegas que coinciden en la posibilidad de entender la riqueza de estas historias personales que dan cuenta también de la historia de la profesión docente en Chiapas.
Gracias por todo ello.
[1] Texto leído en la presentación del libro, el 29 de marzo de 2012, en el auditorio del Centro Cultural “Jaime Sabines” de Tuxtla Gutierrez, Chis.
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