Hace tiempo vengo pensando que si desde niños tuviéramos conciencia clara de la muerte y de la brevedad de nuestra existencia, tal vez estaríamos mejor preparados para la vida, para disfrutarla y para no perder tiempo y energía en actitudes como la ambición, la competencia, la acumulación o el odio, que tanto enferman a nuestra cultura occidental.
Pero, ¿cómo hablar a los niños de la muerte en forma luminosa y estética?, me he preguntado. He aquí una primera respuesta: con el teatro infantil de calidad. Hoy a las 12:30 horas, en el teatro El Granero, del Centro Cultural del Bosque, se estrena la obra para niños (y para adultos) Pato, Muerte y Tulipán, basada en el cuento del alemán Wolf Erlbruch.La adaptación para teatro y la dirección son de Haydeé Boetto, quien presenta así su trabajo: “La historia que verás hoy sucede en un libro. Dentro de este libro hay un estanque. Cerca del estanque, un pato. Y cerca del pato... alguien más. Es un día soleado y cálido. Ese día, al pato se le ocurren muchas preguntas. Y ‘ese alguien’ tiene algunas respuestas. ¿Cómo es que vivimos? ¿Cómo es que morimos? ¿Qué es eso de estar vivo un día y de pronto desaparecer? Hoy, estos dos personajes nos invitan a conocer el interior de su propio libro; a habitarlo junto a ellos. Tenemos permiso de perdernos y encontrarnos caminando por sus páginas; de hablar sobre las cosas importantes de la vida: sobre los amigos, los juegos, el calor y el frío, los encuentros y las despedidas. Entremos y disfrutemos de esta pequeña historia, y descubramos entre sus líneas, los latidos de nuestro propio corazón”.
Pato Muerte y Tulipán se presenta desde hoy 21 de abril, los sábados y domingos a las 12:30 horas, hasta el 8 de junio (excepto 29 de abril y 5 de mayo). Presentan el Conaculta y el Instituto Nacional de Bellas Artes; la música es de Jacobo Lieberman; la iluminación, diseño de Matías Gorlero, y tiene dedicatoria especial para la dramaturga infantil Perla Szuchmacher. Actúan Daniela Arroio y Micaela Gramajo.
Deseamos que obras como esta se multipliquen, porque el teatro, la literatura, la música, la poesía y todas las bellas artes pueden y deben ser puestas sistemáticamente al alcance de los niños, y dejar de considerarlas actividad extra o de lujo en la educación.
Por el contrario, la educación artística debe ser considerada tan importante como el aprendizaje de la lengua escrita o de las matemáticas, y si los burócratas no lo saben, hay que informarles que los niños tienen alma, espíritu, sensibilidad, y que eso es lo que los hace humanos, mejores seres humanos. ¡Feliz Día del Niño!
Deseamos que obras como esta se multipliquen, porque el teatro, la literatura, la música, la poesía y todas las bellas artes pueden y deben ser puestas sistemáticamente al alcance de los niños, y dejar de considerarlas actividad extra o de lujo en la educación.
Por el contrario, la educación artística debe ser considerada tan importante como el aprendizaje de la lengua escrita o de las matemáticas, y si los burócratas no lo saben, hay que informarles que los niños tienen alma, espíritu, sensibilidad, y que eso es lo que los hace humanos, mejores seres humanos. ¡Feliz Día del Niño!
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