La escuela latinoamericana está compensando relativamente bien la brecha digital de miles los jóvenes que no tienen acceso a ordenador e Internet en casa, pero los avances son aún insuficientes, según un reciente trabajo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) sobre nueve países de la región que han participado durante la última década en pruebas internacionales como el informe PISA de la OCDE: son Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Panamá, Perú, Trinidad y Tobago y Uruguay.
Según sus resultados, el acceso a las tecnologías de la información en los hogares de estudiantes de 15 años se duplicó entre el año 2000 y 2009, aunque “aún la mitad de los estudiantes no tiene computadores e Internet en sus hogares”. Además, la aceleración de la llegada de ordenadores e Internet ha aumentado diferencias entre ricos y pobres, pues entre las casas con más medios aumenta infinitamente más rápido que en las que tienen menos posibilidades económicas, acrecentando así las desigualdades. Pero ahí es donde entra en juego el papel compensador de la escuela, dando acceso a buena parte de esos alumnos que no lo tienen en sus casas.
El porcentaje de alumnos de 15 años con acceso a un ordenador en su escuela ha pasado en los países estudiados de 62% al 93%; la media OCDE es del 99%. En cuanto al acceso a Internet, el porcentaje ha pasado en la región del 40% al 82%; la media OCDE es del 97%. En cuanto a los países, las cifras van desde el 86% en Perú o el 87% en Argentina en cuanto al acceso a la computadora, hasta el 100% en Chile o Uruguay. En lo que se refiere al acceso a Internet, los datos oscilan entre el 62% en Perú o el 63% en Argentina, al 96% en Uruguay y el 98% en Chile. En todo caso, los aumentos las cifras durante toda la década han sido muy significativos en Tanto en Perú y Argentina, como en Brasil y México.
Sin embargo, las alegrías están bien contenidas en este informe que, firmado por los especialistas Magdalena Claro, Andrés Espejo, Ignacio Jara y Daniela Trucco, también pone el acento en todo lo que queda por hacer. No solo porque todavía hay que lograr el acceso para todos los alumnos, sino porque el papel de la escuela no puede “restringirse a este rol de compensación”. “En la medida que la sociedad y la cultura se siguen transformando como efecto de las tecnologías digitales, la función de los centros educativos en tanto instituciones formadoras capaces de desarrollar las habilidades necesarias para que las nuevas generaciones hagan un uso efectivo y reflexivo de las TIC en su aprendizaje debiera aumentar y especializarse”.
Según sus resultados, el acceso a las tecnologías de la información en los hogares de estudiantes de 15 años se duplicó entre el año 2000 y 2009, aunque “aún la mitad de los estudiantes no tiene computadores e Internet en sus hogares”. Además, la aceleración de la llegada de ordenadores e Internet ha aumentado diferencias entre ricos y pobres, pues entre las casas con más medios aumenta infinitamente más rápido que en las que tienen menos posibilidades económicas, acrecentando así las desigualdades. Pero ahí es donde entra en juego el papel compensador de la escuela, dando acceso a buena parte de esos alumnos que no lo tienen en sus casas.
El porcentaje de alumnos de 15 años con acceso a un ordenador en su escuela ha pasado en los países estudiados de 62% al 93%; la media OCDE es del 99%. En cuanto al acceso a Internet, el porcentaje ha pasado en la región del 40% al 82%; la media OCDE es del 97%. En cuanto a los países, las cifras van desde el 86% en Perú o el 87% en Argentina en cuanto al acceso a la computadora, hasta el 100% en Chile o Uruguay. En lo que se refiere al acceso a Internet, los datos oscilan entre el 62% en Perú o el 63% en Argentina, al 96% en Uruguay y el 98% en Chile. En todo caso, los aumentos las cifras durante toda la década han sido muy significativos en Tanto en Perú y Argentina, como en Brasil y México.
Sin embargo, las alegrías están bien contenidas en este informe que, firmado por los especialistas Magdalena Claro, Andrés Espejo, Ignacio Jara y Daniela Trucco, también pone el acento en todo lo que queda por hacer. No solo porque todavía hay que lograr el acceso para todos los alumnos, sino porque el papel de la escuela no puede “restringirse a este rol de compensación”. “En la medida que la sociedad y la cultura se siguen transformando como efecto de las tecnologías digitales, la función de los centros educativos en tanto instituciones formadoras capaces de desarrollar las habilidades necesarias para que las nuevas generaciones hagan un uso efectivo y reflexivo de las TIC en su aprendizaje debiera aumentar y especializarse”.
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