Educación pública: Un
espacio complejo de la vida nacional
Luis Hernández Montalvo
“…así con ese abandono, con esa inverosímil miseria muchos
niños aprendían a leer, uno que otro a escribir en la mesilla del maestro y
varios conocían la aritmética. ¿Sería conveniente la clausura de esas escuelas
porque ni los maestros tenían títulos ni las escuelas útiles, ni muchas de las
autoridades idea de Froebel ni de las lecciones de cosas?”
Guillermo Prieto
Primeras letras Profesores del ramo, 10 de enero de 1891.
No
sabemos desde cuándo la educación pública se convirtió en un asunto complejo. Noticias
que vienen de del tiempo remoto, desde tiempos de la colonia nos indican que la
educación de los niños, prácticamente se reducía a la enseñanza de la lectura y
la escritura, la enseñanza del cálculo. En 1821 cuando la Nueva España se
independiza, de la metrópoli, había 99 por ciento de analfabetas.
En dos siglos se han producido cambios muy
importantes que no es posible negar; pero aún existen grandes áreas de nuestro
territorio en donde la educación pública que se imparte a los niños y jóvenes
es similar a la que se describen en las crónicas y escritos de época por
intelectuales liberales como lo hacen Ignacio Manuel Altamirano y Guillermo
Prieto en la segunda mitad del Siglo XIX.
El veinte de marzo del año en
curso, en una larga comparecencia del Secretario de Educación Pública con los Diputados
de la Comisión de Educación y Asuntos
Educativos, el funcionario señalaba el estado que guarda nuestro sistema
educativo; desde la Educación Preescolar hasta la Educación Media Superior; por
ejemplo, decía lo siguiente:
“-Quiero presentarles las cifras.
En primaria se cubre el 100 por ciento de la “demanda”, ahí no tenemos mayor
problema. En secundaria se cubre el 95 por ciento de la demanda. Por cierto, el
50 por ciento son las secundarias generales, el 28 por ciento son las
secundarias técnicas y el 22 por ciento son las telesecundarias”. Los Diputados
escucharon casi con reverencial atención y no se permitieron preguntar, por
ejemplo: ¿Cuántos de los niños que ingresan a primer año de educación primaria,
seis años después la culminan? ¿Cuántos niños que no son “demanda escolar” se
quedan fuera de las aulas y de su derecho a asistir a la escuela? ¿Cuántos de
los niños que egresan de la educación primaria son “demanda de ingreso a la
secundaria”? Veamos cómo justifica la implantación de la telesecundaria:
“-Déjenme contarles que cuando
fui secretario de Educación en mi estado, se inició el programa de
Telesecundaria y que yo no creía en él porque había muchos tipos de problemas,
desde la seguridad para los aparatos, hasta la llegada de la señal a las aulas,
pero con el tiempo, a través de las giras que yo llevaba a cabo en el
territorio de mi estado, empecé a hacer comparaciones entre los niños de
telesecundaria y de secundaria general. La poderosísima fuerza de televisión,
amalgamando la explicación del profesor del aula, con contenidos didácticos
grabados previamente, era verdaderamente formidable”. Si así son las cosas,
entonces ¿Por qué no universalizar las telesecundarias como la mejor opción de
educación”? ¿A qué tipo de escuela secundaria asisten los hijos y nietos del
señor Secretario? Posteriormente, anunciará sus planes para hacer universal el
derecho de los jóvenes su derecho a la educación media superior y otra vez, las preguntas quedan flotando en el aire ante
una Comisión de Educación complaciente ante el funcionario y en esto, la misma
actitud tanto de los diputados del PRI como los diputados de la oposición ahí
representada.
-“-Lo digo, porque ya estoy
anunciando otro reto, la tecnología en la educación es una puerta que en México
no hemos abierto del todo y que tenemos que irrumpir en ella, sólo que no
podremos hacerlo si no capacitamos a los maestros. Nada será posible sin ellos
y por eso con el magisterio podemos soñar en un México con una educación de
calidad, que es uno de los ejes rectores que el presidente Peña propuso a la
nación, el 1 de diciembre pasado”. Tal vez se refería a la compra de laptos
para los jóvenes, negocio que terminó en un escándalo con las empresas con las
que se había firmado los contratos de compra-venta.
El señor Emilio Chuayffet
Chemor continúa exponiendo frente a un
grupo de diputados casi ignorantes de una materia tan delicada y compleja como
la educación pública y sobre la cobertura de la educación media superior. Estas
son sus palabras: “-En educación media superior se baja sensiblemente la
cobertura, 66 por ciento. No es lo mismo 95 –se refiere a la cobertura de la
educación secundaria que según las estadísticas de la SEP es de 95 por ciento- que
66 y aquí viene otro problema, como ustedes son los que aprueban el presupuesto
me estoy excediendo con el objeto de lograr su comprensión, hoy en día en mi
legislatura, en la LXI, aprobamos el bachillerato con carácter de obligatorio”.
“-Es decir, este mes de
septiembre tendremos que darle educación media superior a todo el que lo
solicite, sólo que la realidad nos dice que no tenemos los espacios necesarios,
las aulas; que no tenemos los maestros necesarios. Hay más maestros, 208 mil,
215 mil en media, 307 en superior, hay más maestros en la educación superior
que en bachillerato. Y entonces, tendremos que hacer acopio de esfuerzo, de
lograr que la reforma hacendaria y fiscal, que bien decía el diputado De la
Vega, se pueda hacer frente a este compromiso, porque es un compromiso. La
educación obligatoria en México llega ya de preescolar a la preparatoria, sólo
que hoy por hoy, señores diputados, no contamos con todos los elementos para
proporcionarla en los términos de calidad que queremos”. Dice el señor
Secretario que ahora la cobertura de la educación media superior llega al 66
por ciento. Es en este nivel donde se puede observar con mayor crudeza el
rezago educativo, veamos que nos dice a continuación:
“-Y finalmente, ahí desciende
todavía más la cobertura. El 45 por ciento de la población que emerge de la
educación media superior llega a la educación superior. Nosotros hemos
contraído dos compromisos, subir del 66 al 90 por ciento la cobertura del bachillerato,
se los digo con toda franqueza, es una meta paradigmática, es el flechador del
cielo”.
“-Reyes Heroles decía que cómo
había sido posible que en el 3o. constitucional se declarara obligatoria la
educación primaria con un 84 por ciento de analfabetas, y explicaba: es que se
trata de una utopía que debe guiarnos hasta volverse realidad. Es el flechador
que flecha al cielo, para que si no tenemos hoy gente alfabetizada y gente con
escolaridad primaria, la tengamos muy pronto. Igual en la media superior”.
“Debo confesar que se antoja, muy
difícil, después de estos tres meses que hemos estado empapándonos de los temas
educativos a mayor detalle, llegar al 90. Si llegamos al 84 por ciento, 84 por
ciento de la cobertura en media superior, estamos del otro lado. Podremos decir
que el esfuerzo se habrá hecho sobresalientemente”.
“-Agrego, ningún país del mundo
tiene el 100 por ciento de cobertura en media superior. Los países más
avanzados llegan al 94, 95 por ciento”.
Y finalmente, en la superior les
di un dato más, les dije que era el 45 por ciento. No, es el 33 y queremos
llegar al 45 por ciento en educación superior. Con un cambio radical aquí,
desde la media superior, que tiene que ver con lo que deben ser las
competencias y destrezas que el alumno adquiera en esos niveles. El Secretario
dice que ahora, sólo el 33 por ciento de los jóvenes que egresan de la
educación media superior ingresan a la educación superior. Las notas de prensa
de los últimos días ilustran lo contrario en cuanto a los rechazados de las
universidades públicas y por lo tanto, se busca darle una formación dual a los
jóvenes, una modalidad terminal para que los jóvenes que egresen del
bachillerato, se incorporen al mercado de trabajo, mientras que una minoría
ingresa a las universidades:
“-Hay un sistema, el alemán, que se llama sistema educativo
dual. Califica para seguir en la escuela, pero también califica para la vida
productiva. Y esto es algo en lo que llevamos muchos años y no tenemos todavía
resultados que sean dignos de presumir”.
“-Tenemos que hacer que el
aparato productivo y la escuela media superior y superior tengan puente de
enlace que permita al estudiante vincularse al mercado productivo”. Pero si el
gobierno ahora es incapaz de dar educación superior a los jóvenes que la
demandan, ¿Estará el gobierno en condiciones de brindarles trabajo a los
jóvenes que egresen de la educación media superior, cuando no lo hace con los
egresados de las universidades con los grados de licenciatura, maestría y
doctorado? ¿Y los diputados que representan los intereses de la nación?
Aplauden, aplauden y felicitan al señor Emilio Chuayffet. (06-08-2013).
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