SNTE: la reforma es burocrática, no educativa; maestros, “en alerta”
Los legisladores se aprestan este periodo extraordinario para aprobar la iniciativa de reforma que dañará al magisterio del país, señala Emeterio Martínez, dirigente de la corriente disidente del SNTE, Nuevo Sindicalismo ¦ Foto AVC Noticias
Orizaba, Ver.- Los maestros se declaran prácticamente en estado de alerta, debido a que este miércoles los diputados federales analizan y en su caso aprobarán las leyes reglamentarias de la reforma educativa; además, acusan que la Secretaría de Educación Pública (SEP) “aún sin reforma educativa” retiene pagos de prestaciones económicas y laborales a sus trabajadores, y es la responsable de que se profundicen las desigualdades al castigar a entidades con mayor marginación y pobreza, “de nada sirve evaluar al docente si no se atienden estas inequidades”.
El profesor Emeterio Martínez Anastasio, dirigente de Nuevo Sindicalismo, corriente interna disidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), anuncia entre el sector magisterial que los congresistas desde este miércoles inician el análisis las leyes reglamentarias que darían viabilidad a la reforma educativa.
El periodo extraordinario en la Cámara de Diputados servirá para que se aprueben esos documentos que, insiste, “dañan severamente a los maestros del país”. Por ello presentó documentos con los cuales respalda sus declaraciones. Entre éstos destacan los comentarios que esta organización sindicalista hace sobre la misma reforma educativa: el documento contiene un apartado que se titula “principales observaciones”, en donde se señalan los principales impactos que tendría, según los maestros, la entrada en vigor de la reforma educativa.
Esta reforma a la legislación secundaria en materia educativa debe partir de un conjunto de acuerdos y acciones de la autoridad que garanticen la voluntad política del gobierno federal por emprender una reforma educativa de fondo, que parta de la contextualización y el diagnóstico de irregularidades, inercias, vicios, inequidades y carencias que enfrenta nuestro sistema educativo, sobre todo, a partir del proceso de descentralización de la educación básica en 1992; sin embargo, no hubo consenso entre las principales partes involucradas.
Otros de los puntos que no se contemplaron en la misma reforma, asegura, se sustenta en el hecho de que no es una reforma educativa, sino administrativa, porque no hubo una revisión del modelo educativo en su conjunto: mapa curricular, planes y programas y métodos.
Hay violaciones, indica, a los derechos de los trabajadores de la educación que son ignorados por el Congreso de la Unión y la misma SEP, por ejemplo, cita, no se revisó el Reglamento de la Condiciones Generales de Trabajo de 1946, ni se atendieron las observaciones de la Auditoría Superior de la Federación en torno al pago de comisionados del sindicato con recursos de aportaciones federales, prestaciones no reconocidas por la Federación pero que son negociadas por los estados, la devolución del ISR al aguinaldo y el pago a cuenta de este fondo de ISR y aportaciones al Issste y al Fovissste.
“El programa de subsidios escolares compensatorios para atender las inequidades sociales que no pueden resolverse en el aula. La marginación, la exclusión, la pobreza, la violencia y otros aspectos que afectan el desempeño de los educandos y que deben ser atendidos de manera integral para que esta reforma educativa tenga efectos reales, es otro de los puntos evadidos”.
Además se señala que hay una inequidad en la distribución de las aportaciones federales a los sistemas educativos estatales del Fondo de Aportaciones para la Educación Básica y Normal (FAEB), “que ha profundizado las desigualdades entre los estados, castigando a entidades con mayor marginación y pobreza. De nada sirve evaluar y establecer un servicio profesional docente si no se atienden estas inequidades
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