Diálogo
nacional por la educación
pública y la paz
pública y la paz
Luis
Hernández Montalvo
Anoche me pareció haber leído
el encabezado de un diario de Michoacán que decía más o menos lo siguiente: Maestros
con movilización, pretenden impedir la evaluación, yo no creo que eso sea posible
por ahora, pero sí considero que es urgente convocar a un gran Diálogo Nacional
por la Educación Pública y la Paz. Trataré de explicar:
La convocatoria sería de los
ciudadanos para los ciudadanos. Un gran diálogo nacional evitaría que la crisis
del Sistema Educativo Nacional destruya todo lo que hemos construido a lo largo
de más de un siglo con los aportes de varias generaciones de educadores y las
aspiraciones de los mexicanos de hacer de la educación pública una palanca del
desarrollo nacional.
La educación pública es ya
un espacio de disputa de distintos intereses legítimos o no y por este motivo,
solo por este si no hubiera otros, es de urgente necesidad la revisión de la
política educativa nacional en el marco de un diálogo que supere los
acartonados e inútiles foros partidarios o del gobierno en turno. La política
educativa debe dejar de ser un asunto unilateral del gobierno o de las
burocracias de recambio sexenal, para dar paso a un diálogo de los educadores
de México con la sociedad.
En este diálogo se
convocaría a las distintas asociaciones de abogados, jueces y a los ministros
de la Suprema Corte de Justicia para revisar las distintas leyes y reglamentos
que regulan a la educación pública. Queremos que nos expliquen, junto a los
legisladores y partidos políticos: ¿Por qué el transitorio de una ley
secundaria pretende negar los derechos constitucionales y la legislación
laboral vigente desde 1917?
La invitación sería a las
instituciones corporativas y a los maestros del derecho, a los ciudadanos que
quieran hacerlo; a las universidades públicas y privadas. Todas las voces para
revisar la imperfección de las leyes; para construir un Servicio Profesional
Docente que estimule la construcción de un modelo de maestro con solvencia profesional
ética, moral y pedagógica, que como en el pasado, se sienta orgulloso de su profesión
y de su trabajo con los niños y jóvenes de México.
La otra convocatoria estaría
dirigida a los intelectuales e investigadores de las universidades; y a los
institutos de investigación educativa para revisar el subsistema de formación
docente inicial de las escuelas normales y de la Universidad Pedagógica
Nacional, fundamentalmente. La revisión de los planes y programas de estudio,
que incluya contenidos y procesos metodológicos y de evaluación desde Educación
Básica, la Media Superior y la que corresponde a la Formación de Docentes. De este
diálogo inicial, debe surgir una convocatoria a todos los profesores de México
a un Congreso Nacional Pedagógico y de Educación. Esta convocatoria debe
superar las actitudes sectarias de dividir a los trabajadores en “democráticos
y charros”. Solo en un espacio de respeto y plena libertad es posible construir acuerdos
y una plataforma de resistencia de largo aliento.
La Secretaría de Educación
Pública debe una explicación a la nación sobre los criterios y mecanismos para
la integración y designación de los funcionarios del Servicio Profesional
Docente en las entidades federativas y cómo éstos, cumplen con la designación
de las plazas de los maestros que resultaron aprobados en los concursos de
oposición o de aquellos profesores que se sometieron a evaluación para la promoción
a puestos directivos.
Este diálogo incluye a los violentos de todo
signo que ahora se disputan palmo a palmo el control del país para exigirles,
para pedirles y suplicarles que sus armas no apunten a las escuelas de la
patria, que no importa si sus armas son de instituciones de seguridad nacional
o del crimen organizado. La vida de los niños y jóvenes, de los maestros y
maestras debe ser respetada. No queremos más escuelas enlutadas por el
asesinato de los maestros, por la persecución policiaca y militar contra a los
profesores. La Escuela Pública debe ser un espacio para construir la paz y el
respeto a la vida. Frenar el terror y el miedo, debe ser una prioridad de la
sociedad y de los ciudadanos.
En el contexto de este
Diálogo Nacional, habrá que llamar y exigir a las televisoras y a los
sindicatos empresariales el cese inmediato del linchamiento mediático contra
los maestros de México y contra la Educación Pública.
No soy iluso en esta
propuesta de Diálogo; el odio y las pasiones desatadas hacen más que imposible
una empresa de esta naturaleza. El sectarismo, la arrogancia de los políticos y
funcionarios, no dejan espacio para el Diálogo y la construcción de acuerdos;
para que se sienten en la mesa “los iguales y diversos” –como dice mi amigo
Felix Frayre de la Región Lagunera-.
Yo espero que los primeros
gestos de buena voluntad, que el primer intento de acercamiento lo den las dos
fuerzas beligerantes en este conflicto, por un lado, La Coordinadora Nacional
de Trabajadores de la Educación y por la otra, el señor Aurelio Nuño, Secretario de Educación
Pública. Que sea la inteligencia la que prevalezca sobre las pasiones. (10 de
noviembre de 2015).
1 comentario:
Totalmente de acuerdo con las puntualizaciones sobre el Dialogo Nacional, pero tomemos no solo la palabra y la acción, actuemos en redes, con los que podamos conversar sean unos o cientos o miles en la escala que cada uno tengamos y compartamos expongamos y propongamos que papel y futuro vemos a la educación pública mexicana.
El Sistema Educativo Nacional, esta en una encrucijada tal, que podría cambiar el horizonte de la formación de ciudadanía en nuestro país, es una herencia que nos toca no solo preservar sino repensar de cara a los ciudadanos del siglo XXI.
No dejemos les dejemos el foro sólo a la presentación de análisis apresurados y desde intereses muy parciales, pero sobre todo mezquinos que tengan en mira sólo liquiden las tradiciones aún vivas en las escuelas públicas mexicanas y muy especialmente convoquemos en la pluralidad a que se exprese la reflexión y posicionamientos del presente y futuro de educación pública.
En especial llamaría atención en convocar a reflexionar en la importancia del acceso libre y gratuito a la educación publica, porque sino que otro lugar tienen la mayoría de ciudadanos en formación para ensayar utopías sociales, científicas culturales... la importancia que la escuela no deje de ser laboratorios de más de un futuro en todas las disciplinas científicas, humanísticas, artísticas y del hacer humano y sobre analizar y realizar un balance sobre que escenarios se tendría si la escuela pública dejara de cumplir su rol de agora, de ser uno de los pocos espacios para el dialogo y el análisis de más de un presente..
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