¿Los
maestros o la República?
Luis
Hernández Montalvo.
En Xalapa, Veracruz, los maestros bloquean el proceso de evaluación docente |
Cuando en octubre de 2009 se
decretó “la extinción del organismo desconcentrado Luz y Fuerza del Centro”; no
fueron afectados solamente los 45 mil obreros que de la noche a la mañana
perdieron el empleo que era la fuente del sostenimiento de sus familias. El impacto
económico afectó a regiones completas del país. Se destruyó al Sindicato
Mexicano de Electricistas y no fueron los trabajadores, fue la República la que
perdió un espacio de democracia.
Mientras escribo estas
notas, los policías y granaderos van tomando sus puestos a la entrada de las
escuelas donde los profesores serán evaluados. Llevan el rostro cubierto con
pasamontañas, sus cascos de protección y sus bastones para intervenir contra
los maestros que se opongan al examen o intenten protestar. No son los
maestros, es la República. En las camionetas, otros aguardan con las armas
preparadas.
¿Por qué tanta dureza y
crueldad contra los maestros?
Atrás vienen los maestros y
las maestras humillados que arrastran su miedo retroactivo como las leyes
injustas que buscan negar a la Constitución de la República. No son los
maestros, ni los niños y su educación; la crueldad del gobierno, los partidos políticos
y los ministros de la Suprema Corte de Justicia contra los profesores
mexicanos, están en la ruta de la destrucción de las instituciones que se
construyeron a partir de 1917.
¿Cuántos millones de pesos cuesta
a los mexicanos la movilización policiaca y militar contra los maestros?
Pero conforme pasan los días
y las horas; la resistencia crece, el miedo se transforma en movilización y en
organización, en coraje. ¿Dónde están los sacerdotes laicos de la Revolución
Mexicana? Creo que estos, en Veracruz, ya replegaron a los policías que buscan
reagruparse para volver a sus puestos. Estos, sí son los maestros de la
República, un pequeño triunfo de los maestros contra la fuerza policiaca. En la
refriega con los policías, hay maestros lastimados. En los Mochis Sinaloa, los
maestros resisten y se enfrentan a los policías. En Durango, la protesta
adquiere una dimensión popular y estudiantil. La vida civil sigue su curso.
De Sonora llegan noticias
alentadoras. Miembros de la CNTE, destruyen la red de fibra óptica que conecta
al TEC de Monterrey en ciudad Obregón.
En Michoacán se concentran miles de policías federales que son transportados en aviones de guerra. La violencia del Estado contra los maestros como si no fuera ya suficiente la violencia ejercida por los violentos.
Desde el estado de
Chihuahua, los asistentes al XIII Congreso Nacional de Investigación Educativa son sensibles a los problemas de los maestros
y la educación pública y convocan a la sociedad mexicana, a los maestros y
maestras, pero sobre todo a la Secretaría de Educación Pública a construir Una
Reforma Educativa necesaria y respetuosa del magisterio. La voz de los que
trabajan en la investigación educativa es tardía, pero oportuna en este tiempo
de definiciones:
La reforma laboral contra
los maestros se encamina a la destrucción de la planta docente, eso parece
estar claro; sin embargo, lo que no
vemos aún es con qué se pretende sustituir lo que con tanto esfuerzo se ha
construido en los dos últimos siglos.
Mexicanos Primero y los empresarios que los cobijan están preocupados. Los silencios se hacen más estridentes y marginan a los que pretenden ser la voz de todos los empresarios y de todo el pueblo de México. El INEE trata de liberarse de su influencia totalitaria, así parecen indicarlo las declaraciones de algunos de sus integrantes.
Si se imponen las visiones
dogmáticas, si en esta guerra contra los maestros predomina la ideología de
quienes no han querido sepultar a sus muertos, en la Guerra Cristera y durante
la Escuela Socialista del gobierno de Lázaro Cárdenas; entonces, los primeros
en pagar las consecuencias serán los empresarios que hasta ahora, han sido los primeros
beneficiarios de la formación de mano de obra en la Escuela Pública.
Destruir sindicatos que
buscan construir un proyecto democrático, silenciar las voces que cuestionan
las políticas públicas del gobierno y desmantelar las instituciones de
Educación Pública, Salud y vivienda, solo nos puede conducir a un régimen
totalitario y nos pone en un franco proceso de involución democrática.
Estamos en los umbrales de
una nueva contienda electoral y el país tiene varios frentes de violencia y
muerte. Habrá que esperar, que la violencia política electoral no asome su
rostro de muerte, que en el camino ha dejado varias cruces que recuerdan la
impunidad de los poderosos. La desaparición de los estudiantes normalistas de
Ayotzinapa, es un capítulo abierto y una asignatura pendiente por resolver, por
el bien de la República.
¿Y el SNTE? La estructura
del sindicato también tiene miedo. Su apoyo al gobierno, no es gratuito, es
apenas el pago a la impunidad a la corrupción de sus líderes. Lo que no se
puede permitir, es que en este conflicto, el SNTE quiera reproducir mecanismos
de gansterismo que el sindicalismo dejó hace varias décadas. En los estados de
Veracruz e Hidalgo, se reportan hechos que avergüenzan a los maestros y a la
sociedad.
No solamente están en riesgo
los maestros, también la República. ( 21 de noviembre de 2015).
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