“Para desarrollar las
competencias, es necesario trabajar sobre todo por problemas y por proyectos,
por lo tanto proponer tareas complejas, retos, que inciten a los alumnos a
movilizar sus acervos de conocimientos y habilidades y hasta cierto punto a
completarlos” “El arte de Construir Competencias” Nova Escola (Brasil),
Septiebre 2000. Pp19-31,
Traducción: Luis González Martínez
Los planes y programas
vigentes del bachillerato general en el estado de Puebla datan de 2006. Los
temas y contenidos; así como su metodología pedagógica estaban orientados a
desarrollar “los niveles de conciencia” del Método Trascendental del teólogo Bernar
Lonergan.
A partir del 2009 los
Programas mantuvieron la vieja estructura y lo que en un principio se
denominaron “niveles de conciencia”; ahora se designan como “Resultados de
aprendizaje”, a saber: Nivel Atender; Nivel Entender; Nivel Juzgar y Nivel
Valorar y a todo lo anterior; se les agregaron una serie de enunciados
denominados “Competencias Genéricas y Competencias Disciplinares.”
.
La prisa de la administración
por cumplir los compromisos con la Reforma Integral de la Educación Media
Superior la RIEMS; no previó varios factores para el trabajo y para la
transformación de la práctica docente. La planeación se hizo más compleja y
cada maestro, cada director de escuela y cada supervisor escolar entendieron
los cambios de manera contradictoria; luego vendrían las certificaciones en
Competencias Docentes a través del Programa de Formación Docente de la
Educación Media Superior PROFORDEMS.
Y fue en este ambiente de
confusión personal en que intenté traducir las orientaciones de mi Programa de
Historia Universal Contemporánea que promete:
“…el aprendizaje
significativo e integral de los alumnos en su entorno histórico social,
apoyándolo en la comprensión de procesos culturales, políticos y económicos en
el mundo actual. Contribuye al desarrollo de competencias genéricas y
disciplinares”; y me pregunté: ¿Aprendizaje significativo aprendiendo los
conceptos de la antología?
En agosto del año pasado, propuse
a los estudiantes cerrar la 1ª. Unidad con un trabajo extraordinario que pudiera
atender el “primer horizonte de búsqueda: “Herencia Musulmana en Occidente”,
que tuviera un significado especial para los estudiantes en su comprensión de los
procesos culturales contemporáneos:
La actividad consistía en
realizar una entrevista a un personaje de origen árabe o musulmán en nuestra
ciudad. Les propuse un guión mínimo a saber: motivos de la migración árabe en
Puebla; problemas de integración con la sociedad poblana; la práctica de sus
creencias religiosas; la cocina oriental; sus costumbres…
¿Dónde encontramos a un
musulmán en Puebla maestro? Les sugerí que no se preocuparan, que tal vez no
estaban tan lejos de encontrar a una persona de origen árabe o musulmán. Algunos,
los encontraron como patrones de sus padres, pero muy reservados para dar
entrevistas, las protestas no se hicieron esperar y les insistí que debían tocar
puertas, insistir.
Les sugerí que visitaran
algunos negocios que suponíamos eran atendidos por personas de origen árabe. Las
dificultades parecían insalvables para enfrentar un problema de esta
naturaleza. Una mañana alguien llevó el trabajo de una entrevista a personas
que son dueños de una taquería árabe, al terminar de leer, alguien replicó y
dice que eso no puede ser cierto ya que los árabes no consumen carne de cerdo,
tanto por sus creencias religiosas como por su cultura milenaria.
En otro grupo una alumna lee
el primer trabajo y nos relata las dificultades para realizar el trabajo:
“Para poder realizar la entrevista
con un libanés hubo que pasar por muchas dificultades. El jueves 22 de agosto
nos dirigimos al Centro Mexicano Libanés, está ubicado frente al Benemérito
Instituto Normal del Estado; mi actual institución, y una de las empleadas
dijo; en forma cortés, que no podría realizar la entrevista porque tenían
prohibido el paso al club y menos poder molestar a los socios”.
“Acudimos a la iglesia de
nuestra Señora del Líbano y nos mandaron con el señor Antun, regresamos al Centro
Mexicano Libanes y nos dijeron que solo se encontraba de 6:00 a 11:00…” Marisol
Garrido Márquez logra en una plática muy amena con su entrevistado los
siguientes conceptos:
Antun Nakad ha residido en
México por 33 años, después de haber estado por 10 años en Nigeria y 7 en
Dallas, Texas, con su hermano, quien después le invitó a venir a vivir a
nuestro país. Con mucho entusiasmo dijo que le encanta que haya sido así, pues
es un país rico en recursos naturales, en tradiciones y costumbres, es sincero.
Dice que los mexicanos y libaneses son muy parecidos porque aún se conserva el
valor familiar, la generosidad y la amabilidad en la gente. “No se sabe dónde
empieza el libanés y donde termina el mexicano”. Sus palabras fueron muy
sabias, dejó en claro que el ser humano es igual, que no importa el dinero y la
raza, sino la sinceridad, la educación, la generosidad y forma en que se trata
a los demás. “Los derechos de uno terminan donde empiezan los del otro”.
La estudiante trata de sacar
información y pregunta sobre la historia del Líbano y sobre la migración
libanesa en Puebla, y estas son las respuestas:
“…habló sobre el origen
fenicio que ellos tienen, los fenicios, inventaron el alfabeto y los barcos. La
palabra “Biblia” nace de “Byblos” (libro) ciudad libanesa que desde hace más de
6 000 años es habitada”.
Dice que en su país hay
cedros de 3 000 años de antigüedad y el templo de Salomó se construyó de estos, además dijo que “cedro” es una
palaba que está mencionada como 70 veces en la Biblia; también dijo que Jesús
iba a descansar a Saida y en Baalbeck los romanos edificaron en este lugar un
templo en el año 1000.
La estudiante Wendy García
Fernández; entrevistó por su lado a otro personaje. Wendy nos narra “de cómo un
libanés llamado António Kuri Yunes, llegó a Puebla” y ya en confianza, el
entrevistado le dice que la migración, que los primeros migrantes libaneses en
México empezaron a llegar a nuestro país desde: “…la mitad del primer periodo presidencial
de Don Porfirio Díaz”. A continuación, un párrafo del texto de Wendy:
“Atraídos por América,
dejaron sus familias y tierras, y aun sin conocer el idioma y las costumbres de
México, los libaneses encontraron la manera de adaptarse, y a base de trabajo y
en lucha por la supervivencia exploraron mercados no atendidos, llevando a
poblaciones incomunicadas mercancías necesarias y atractivas; fueron
precursores de las ventas a crédito y por eso se les llamó “aboneros”; y
favorecieron el mercado interno; su austeridad y lucha constante hizo que de
buhoneros pasaran a establecer puestos en los mercados y después a ser dueños
de sus negocios. …los que prosperaron en
el comercio se aventuraron después en la industria y más tarde empezaron a
abundar profesionistas que sirvieron a las comunidades en las que se
establecían.
Este es un ejemplo de lo que
fueron capaces mis estudiantes de Historia Universal Contemporánea, recuerdo haber propuesto darle
continuidad a este trabajo y en el camino quedó la posibilidad de publicar un
libro sobre la “Historia de la Migración Libanesa en Puebla”, escrito por
estudiantes del bachillerato del Benemérito Instituto Normal del Estado; a un
año de esta aventura, me suspendieron las asignaturas de Historia.
Al pie de esta nota pondré
las direcciones electrónicas de algunos de los trabajos publicados.
Espero que quienes lean este
trabajo, -no mío-, de mis alumnos, vean el esfuerzo de jóvenes que pueden escribir sus propios textos, son “como una arena en el
desierto”, pero esfuerzo al fin de cuentas. En los próximos días subiré al Blog
otros trabajos y queda abierta la página para que nos escriban maestros y
estudiantes de Educación Media Superior. Mis estudiantes ya emprendieron el
vuelo para otros horizontes, me quedo con sus rostros, su disposición al
trabajo, yo sé que les irá bien en la vida, pues aprendieron a abrir puertas
donde parecía imposible de hacerlo. (23-de julio 2014)
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