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miércoles, 23 de julio de 2014

Mis estudiantes y los vecinos libaneses Luis Hernández Montalvo



 “Para desarrollar las competencias, es necesario trabajar sobre todo por problemas y por proyectos, por lo tanto proponer tareas complejas, retos, que inciten a los alumnos a movilizar sus acervos de conocimientos y habilidades y hasta cierto punto a completarlos” “El arte de Construir Competencias” Nova Escola (Brasil), Septiebre 2000. Pp19-31,
Traducción: Luis González Martínez

Los planes y programas vigentes del bachillerato general en el estado de Puebla datan de 2006. Los temas y contenidos; así como su metodología pedagógica estaban orientados a desarrollar “los niveles de conciencia” del Método Trascendental del teólogo Bernar Lonergan.

A partir del 2009 los Programas mantuvieron la vieja estructura y lo que en un principio se denominaron “niveles de conciencia”; ahora se designan como “Resultados de aprendizaje”, a saber: Nivel Atender; Nivel Entender; Nivel Juzgar y Nivel Valorar y a todo lo anterior; se les agregaron una serie de enunciados denominados “Competencias Genéricas y Competencias Disciplinares.”
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La prisa de la administración por cumplir los compromisos con la Reforma Integral de la Educación Media Superior la RIEMS; no previó varios factores para el trabajo y para la transformación de la práctica docente. La planeación se hizo más compleja y cada maestro, cada director de escuela y cada supervisor escolar entendieron los cambios de manera contradictoria; luego vendrían las certificaciones en Competencias Docentes a través del Programa de Formación Docente de la Educación Media Superior PROFORDEMS.

Y fue en este ambiente de confusión personal en que intenté traducir las orientaciones de mi Programa de Historia Universal Contemporánea que promete:

“…el aprendizaje significativo e integral de los alumnos en su entorno histórico social, apoyándolo en la comprensión de procesos culturales, políticos y económicos en el mundo actual. Contribuye al desarrollo de competencias genéricas y disciplinares”; y me pregunté: ¿Aprendizaje significativo aprendiendo los conceptos de la antología?

En agosto del año pasado, propuse a los estudiantes cerrar la 1ª. Unidad con un trabajo extraordinario que pudiera atender el “primer horizonte de búsqueda: “Herencia Musulmana en Occidente”, que tuviera un significado especial para los estudiantes en su comprensión de los procesos culturales contemporáneos:

La actividad consistía en realizar una entrevista a un personaje de origen árabe o musulmán en nuestra ciudad. Les propuse un guión mínimo a saber: motivos de la migración árabe en Puebla; problemas de integración con la sociedad poblana; la práctica de sus creencias religiosas; la cocina oriental; sus costumbres…

¿Dónde encontramos a un musulmán en Puebla maestro? Les sugerí que no se preocuparan, que tal vez no estaban tan lejos de encontrar a una persona de origen árabe o musulmán. Algunos, los encontraron como patrones de sus padres, pero muy reservados para dar entrevistas, las protestas no se hicieron esperar y les insistí que debían tocar puertas, insistir.

Les sugerí que visitaran algunos negocios que suponíamos eran atendidos por personas de origen árabe. Las dificultades parecían insalvables para enfrentar un problema de esta naturaleza. Una mañana alguien llevó el trabajo de una entrevista a personas que son dueños de una taquería árabe, al terminar de leer, alguien replicó y dice que eso no puede ser cierto ya que los árabes no consumen carne de cerdo, tanto por sus creencias religiosas como por su cultura milenaria.

En otro grupo una alumna lee el primer trabajo y nos relata las dificultades para realizar el trabajo:

Para poder realizar la entrevista con un libanés hubo que pasar por muchas dificultades. El jueves 22 de agosto nos dirigimos al Centro Mexicano Libanés, está ubicado frente al Benemérito Instituto Normal del Estado; mi actual institución, y una de las empleadas dijo; en forma cortés, que no podría realizar la entrevista porque tenían prohibido el paso al club y menos poder molestar a los socios”.

“Acudimos a la iglesia de nuestra Señora del Líbano y nos mandaron con el señor Antun, regresamos al Centro Mexicano Libanes y nos dijeron que solo se encontraba de 6:00 a 11:00…” Marisol Garrido Márquez logra en una plática muy amena con su entrevistado los siguientes conceptos:

Antun Nakad ha residido en México por 33 años, después de haber estado por 10 años en Nigeria y 7 en Dallas, Texas, con su hermano, quien después le invitó a venir a vivir a nuestro país. Con mucho entusiasmo dijo que le encanta que haya sido así, pues es un país rico en recursos naturales, en tradiciones y costumbres, es sincero. Dice que los mexicanos y libaneses son muy parecidos porque aún se conserva el valor familiar, la generosidad y la amabilidad en la gente. “No se sabe dónde empieza el libanés y donde termina el mexicano”. Sus palabras fueron muy sabias, dejó en claro que el ser humano es igual, que no importa el dinero y la raza, sino la sinceridad, la educación, la generosidad y forma en que se trata a los demás. “Los derechos de uno terminan donde empiezan los del otro”.

La estudiante trata de sacar información y pregunta sobre la historia del Líbano y sobre la migración libanesa en Puebla, y estas son las respuestas:

“…habló sobre el origen fenicio que ellos tienen, los fenicios, inventaron el alfabeto y los barcos. La palabra “Biblia” nace de “Byblos” (libro) ciudad libanesa que desde hace más de 6 000 años es habitada”.

Dice que en su país hay cedros de 3 000 años de antigüedad y el templo de Salomó se construyó  de estos, además dijo que “cedro” es una palaba que está mencionada como 70 veces en la Biblia; también dijo que Jesús iba a descansar a Saida y en Baalbeck los romanos edificaron en este lugar un templo en el año 1000.

La estudiante Wendy García Fernández; entrevistó por su lado a otro personaje. Wendy nos narra “de cómo un libanés llamado António Kuri Yunes, llegó a Puebla” y ya en confianza, el entrevistado le dice que la migración, que los primeros migrantes libaneses en México empezaron a llegar a nuestro país desde: “…la mitad del primer periodo presidencial de Don Porfirio Díaz”. A continuación, un párrafo del texto de Wendy:


“Atraídos por América, dejaron sus familias y tierras, y aun sin conocer el idioma y las costumbres de México, los libaneses encontraron la manera de adaptarse, y a base de trabajo y en lucha por la supervivencia exploraron mercados no atendidos, llevando a poblaciones incomunicadas mercancías necesarias y atractivas; fueron precursores de las ventas a crédito y por eso se les llamó “aboneros”; y favorecieron el mercado interno; su austeridad y lucha constante hizo que de buhoneros pasaran a establecer puestos en los mercados y después a ser dueños de sus negocios.  …los que prosperaron en el comercio se aventuraron después en la industria y más tarde empezaron a abundar profesionistas que sirvieron a las comunidades en las que se establecían.

Este es un ejemplo de lo que fueron capaces mis estudiantes de Historia Universal  Contemporánea, recuerdo haber propuesto darle continuidad a este trabajo y en el camino quedó la posibilidad de publicar un libro sobre la “Historia de la Migración Libanesa en Puebla”, escrito por estudiantes del bachillerato del Benemérito Instituto Normal del Estado; a un año de esta aventura, me suspendieron las asignaturas de Historia.   

Al pie de esta nota pondré las direcciones electrónicas de algunos de los trabajos publicados.


Espero que quienes lean este trabajo, -no mío-, de mis alumnos, vean el esfuerzo de jóvenes que pueden escribir sus propios textos, son “como una arena en el desierto”, pero esfuerzo al fin de cuentas. En los próximos días subiré al Blog otros trabajos y queda abierta la página para que nos escriban maestros y estudiantes de Educación Media Superior. Mis estudiantes ya emprendieron el vuelo para otros horizontes, me quedo con sus rostros, su disposición al trabajo, yo sé que les irá bien en la vida, pues aprendieron a abrir puertas donde parecía imposible de hacerlo. (23-de julio 2014)  





       

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