Pasa ¡De Panzazo! prueba con investigadores
Crónica
Lunes 13 de febrero de 2012ED/ Rubén Álvarez Mendiola
En el paseo de presentaciones que se hace de la película ¡De Panzazo!, previa a su estreno a fines de febrero, la cinta pasó la prueba con algunos de los investigadores en educación más exigentes.
Se trataba de la función para integrantes del Consejo Mexicano de Investigación Educativa (COMIE), quienes fueron invitados por Mexicanos Primero y específicamente por David Calderón, director de esa agrupación -e integrante del consejo editorial de Educación a Debate.
Nadie esperaba que fuera un día de campo. Y no lo fue. Al término de la proyección, algunos de los investigadores cuestionaron duramente la cinta, aunque la mayoría de ellos saludó su aparición y que se proyecte en estos días de precalentamiento electoral –para no retrasar una salida que, de otro modo, a decir de Calderón, hubiera compartido cartelera con los estrenos de Walt Disney en el verano próximo.
Hubo un poco de todo: desde quien alabó ¡De panzazo! conmovida hasta las lágrimas por la tristeza de país que estamos dejando a nuestros hijos –como Esperanza Lozoya del IPN-, hasta quien, como Manuel Pérez Rocha, dijo que no encontraba ningún motivo para festejar la película dirigida por Juan Carlos Rulfo y conducida (o estelarizada en un buen tramo) por el periodista Carlos Loret de Mola.
Quizá el señalamiento más sentido –en una comunidad académica hipersensible-, fue que Rulfo y Loret (y Mexicanos Primero con ellos de la mano), no hubieran recurrido a investigadores serios en materia educativa, con la salvedad de Sylvia Schmelkes.
¡De panzazo! recurre a Federico Reyes Heroles (con pocas credenciales en el mundo de la educación, con excepción de los libros Conocer y Decidir y Diez para los maestros -patrocinados por el SNTE-), y a Denise Dresser también comentarista de los estudios de la agrupación, autora del libro de reciente aparición El País de Uno (México, Aguilar, 2011, 343 pp.).
En la edición de este febrero de Letras Libres, Fernando García Ramírez [el azote de La Jornada] dice que Denise Dresser “escribe buscando el aplauso de la galería. El aplauso fácil. Desarrolla en sus textos reiterativa, machaconamente, lugares comunes y los ofrece al lector como si fueran hallazgos profundos”. En la película, Dresser dice que en México el secretario de Educación Pública “debe tener cojones” para enfrentar los retos que supone la educación y al sindicato de Elba Esther Gordillo. ¿Aplausos?
Los analistas que presenta la película –en referencia a estos dos últimos-, no “nos representan”, dijo claramente Hugo Casanova Cardiel, ex presidente del COMIE e investigador del IISUE de la UNAM. Y Alma Maldonado le preguntó a David Calderón al término de la función: “¿Quiénes son sus expertos? Reyes Heroles, Dresser y Schmelkes, que es la única que sí sabe”.
Maldonado fue aún más allá y cuestionó la validez de que sea Loret de Mola, precisamente Loret, que representa a Televisa, el protagonista de la cinta. “Loret jugando a la Michael Moore en la película Bowling for Columbine (Masacre en Columbine, como se tituló ese documental en México), no sé si le alcanza, ni refleja lo que pasa en el país”, dijo.
David Calderón, conciliador, dijo que a los productores del documental les sorprendió lo bien recibido que es Loret de Mola –me parece que fue Carlos Ornelas quien soltó: “¡¡mucho más guapo que Moore!!”-, en las escuelas públicas.
El otro aspecto cuestionado fue el de la ausencia en la película de escuelas, maestros y alumnos con buenas experiencias. “El documental –dijo Germán Álvarez, del Departamento de Investigaciones Educativas (DIE) del Cinvestav-, logra el propósito de ser una denuncia, pero ¿dónde están las escuelas y los maestros que lo están haciendo bien?”, cuestionó.
En este punto, Aurora Loyo, de la UNAM, dijo que hacía falta mostrar más la vida cotidiana de los maestros y afirmó que en la película no hay una correcta relación de la educación con el nivel socioeconómico de maestros y alumnos.
Pedro Flores, investigador del Inide en la UIA, dijo que el documental está lleno de mitos como el que afirma que si un adulto lee diez minutos al día con sus hijos, será como si hubiera estudiado un año más. “¿Según quién?”, preguntó Flores. En Estados Unidos, se dice en ¡De Panzazo!, todos los estudiantes llegan a la universidad. “Eso no es cierto”, remató.
Lo que verdaderamente despertó una exclamación sonora fue cuando en la película se dice que en México los profesionistas con posgrado llegan a ganar, en promedio, 52 mil pesos. ¿De veraaaaaas? ¿Dónde?, se preguntó más de uno.
Al final, el más contundente fue Manuel Pérez Rocha, ex rector de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), a quien le pareció lamentable que no pudiera decir nada a favor de la película.
“El mensaje es que sólo cambiando la educación el país cambiará; (pero) es un mito que la educación sea la salvación, algo que se viene diciendo desde la Independencia nacional. El documental no se preocupa por la corrupción imperante o por la desigualdad. Está lleno de ideología, superficialidades y falsedades, como la comparación de México con Corea (del Sur) o Uruguay”, dijo.
David Calderón le respondió: “lamento que usted lamente no encontrar algo positivo en el documental. Aún así, ya valió la pena que usted nos lo dijera”.
2 comentarios:
Basura, datos duros? reducen el proceso educativo s cifras, cuantos millones de pobres atiende la sep, como poder dar resultados sin los apoyos que reciben los profesores de los demas paises de la OCDE, como se ve que ningun actor, cineasta, comentarista, intelectual, conocen la realidad de la niñez mexicana desde las aulas, solo saben de ella de oidas, con un fin meramente golpista y electorero.
no cabe duda que solo quieren estar buscando culpables para desviar la atención de lo que realmente acontece en nuestro país, y mas aun para justificarse de no designar mas recurso para la educación, no hay que caer en sus juegos.
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