Carta a EMILIO CHUAYFFET... de la maestra América B. Ruiz Hernández
La profesora expone su historia en la que se entrelazan su situación familiar, su situación laboral y sus aspiraciones de superación con el clima de hostigamiento y "terror laboral" que se experimentó en el Distrito Federal (clima creado por la Administración Federal de esta entidad) y muchos hechos más... Pide: No juzguen lo que no conocen... llama a que las autoridades revisen lo que han hecho (como los cursos de actualización) y se esfuercen por conocer la realidad de las escuelas. Va en dos partes. Aquí la parte II.
Compartir esta carta es fomentar el diálogo entre los profesionales de la educación.
(RRR)
Carta al secretario de Educación Pública [Parte II y última]
Iztapalapa, D. F., a 09 de Junio de 2013.
LIC. EMILIO CHUAYFFET
SECRETARIO DE EDUCACIÓN PÚBLICA
[…]
Por último, apenas hace unos días, a dos de mis compañeras de trabajo les acaban de cambiar su clave ilimitada de jornada ampliada por una clave 23 (limitada a tres meses). Nadie les avisó, sólo de pronto, en nómina, llegó el dato cambiado. Ambas fueron a preguntar si había error o neglicencia de las autoridades y les informaron que no había error ni negligencia alguna: que la clave no es suya, que simplemente necesitaban la clave ilimitada y se les cambió por la 23, y que en tres meses se termina su contrato sin goce de ninguna retribución de sus aportaciones o indemnización alguna por los 17 años que trabajaron con la otra clave, ya que –“como se les habían dicho”- no era su plaza y por lo tanto no tenían derechos sobre ella. Lo peor de todo es que ambas tienen sólo la Normal básica y no van a ser re-contratadas porque ahora sólo se contrata personal con licenciatura. Esto a mí me suena a un despido disfrazado, un abuso laboral, pues ellas no firmaron ninguna renuncia, ni recibieron notificación de despido, ni de re-contratación con la clave 23. ¿Esto le parece legal? A mí no, porque las corren sin goce de ninguna prestación (y deben andar ahora con una mano atrás y otra adelante). ¡Esto es un robo! Ellas trabajaron con esas claves por 17 años y no les hacen válida su antigüedad, ni sus ahorros del retiro, ni nada. Correcto: la plaza no era suya, pero el dinero aportado para ahorros de vivienda y retiro, etcétera es de ellas, ¿o no? ¿Usted qué opina? Y aunque sean re-contratadas ¿les van a hacer valer su antigüedad de 17 años con la anterior clave al momento de un despido por tener actual clave 23?
Una de las afectadas augura que las claves que siguen en la lista son las 95, es decir, la clave con la que yo trabajo el segundo turno: ¿se imagina si me quitan el segundo trabajo? ¿Cree que el tenernos en zozobra no es una agresión laboral? Yo sí lo considero así.
Yo aplico la RIEB, me he vuelto autodidacta (gracias a internet) para solventar la carencia de actualización en la que nos tiene la SEP con sus “seudoactualizaciones” como yo les llamo. Los niños a mi cargo desarrollan habilidades sociales y de aprendizaje inimaginables, me encanta ver los resultados y el proceso. Pero no puedo dejar de pensar en mi situación económica y familiar, intento no deprimirme, me ayuda el ver que a pesar del bombardeo de los medios de comunicación en contra del magisterio las madres de familia de mi grupo me valoran; pero hay momentos en que quisiera dejar mi salón de clases y salir a gritar a las calles -como lo hacen mis compañeros- para manifestar toda mi frustración y enojo al sentir que mi salario no es el que merezco, que el ISSSTE no me resuelve mis problemas de salud que son graves y que no tengo dinero para atenderme en un médico particular que sí me los resuelva, que lo que gano no es ni la mitad de lo que vale mi trabajo y que no hay quien en verdad se tome la molestia de mirar mi trabajo docente y el de muchos de mis compañeros que merecemos más de lo que tenemos. Muchos de los que están en las calles “molestando en este momento”, se han atrevido a gritar y sé que es muy válido su grito, porque si yo me quejo por lo que recibo, ellos con mayor razón, ya que muchos de ellos carecen de escuelas dignas con instalaciones aceptables para trabajar, etcétera.
Le pido que no juzguen lo que no conocen, lo que no han vivido; mal que bien ustedes tienen un nivel de vida que les permite “ni imaginarse” lo que el grueso de la población vivimos. Y sí, el salario debería de ser la punta de la reforma educativa. Salario digno para luego exigir rendimiento a un empleado que se siente tranquilo porque puede solventar las necesidades económicas básicas de su familia.
Por último, gracias por el tiempo que le tome leer esta carta.
ATENTAMENTE
Profra. América Bethsabee Ruiz Hernández
La profesora expone su historia en la que se entrelazan su situación familiar, su situación laboral y sus aspiraciones de superación con el clima de hostigamiento y "terror laboral" que se experimentó en el Distrito Federal (clima creado por la Administración Federal de esta entidad) y muchos hechos más... Pide: No juzguen lo que no conocen... llama a que las autoridades revisen lo que han hecho (como los cursos de actualización) y se esfuercen por conocer la realidad de las escuelas. Va en dos partes. Aquí la parte II.
Compartir esta carta es fomentar el diálogo entre los profesionales de la educación.
(RRR)
Carta al secretario de Educación Pública [Parte II y última]
Iztapalapa, D. F., a 09 de Junio de 2013.
LIC. EMILIO CHUAYFFET
SECRETARIO DE EDUCACIÓN PÚBLICA
[…]
Por último, apenas hace unos días, a dos de mis compañeras de trabajo les acaban de cambiar su clave ilimitada de jornada ampliada por una clave 23 (limitada a tres meses). Nadie les avisó, sólo de pronto, en nómina, llegó el dato cambiado. Ambas fueron a preguntar si había error o neglicencia de las autoridades y les informaron que no había error ni negligencia alguna: que la clave no es suya, que simplemente necesitaban la clave ilimitada y se les cambió por la 23, y que en tres meses se termina su contrato sin goce de ninguna retribución de sus aportaciones o indemnización alguna por los 17 años que trabajaron con la otra clave, ya que –“como se les habían dicho”- no era su plaza y por lo tanto no tenían derechos sobre ella. Lo peor de todo es que ambas tienen sólo la Normal básica y no van a ser re-contratadas porque ahora sólo se contrata personal con licenciatura. Esto a mí me suena a un despido disfrazado, un abuso laboral, pues ellas no firmaron ninguna renuncia, ni recibieron notificación de despido, ni de re-contratación con la clave 23. ¿Esto le parece legal? A mí no, porque las corren sin goce de ninguna prestación (y deben andar ahora con una mano atrás y otra adelante). ¡Esto es un robo! Ellas trabajaron con esas claves por 17 años y no les hacen válida su antigüedad, ni sus ahorros del retiro, ni nada. Correcto: la plaza no era suya, pero el dinero aportado para ahorros de vivienda y retiro, etcétera es de ellas, ¿o no? ¿Usted qué opina? Y aunque sean re-contratadas ¿les van a hacer valer su antigüedad de 17 años con la anterior clave al momento de un despido por tener actual clave 23?
Una de las afectadas augura que las claves que siguen en la lista son las 95, es decir, la clave con la que yo trabajo el segundo turno: ¿se imagina si me quitan el segundo trabajo? ¿Cree que el tenernos en zozobra no es una agresión laboral? Yo sí lo considero así.
Yo aplico la RIEB, me he vuelto autodidacta (gracias a internet) para solventar la carencia de actualización en la que nos tiene la SEP con sus “seudoactualizaciones” como yo les llamo. Los niños a mi cargo desarrollan habilidades sociales y de aprendizaje inimaginables, me encanta ver los resultados y el proceso. Pero no puedo dejar de pensar en mi situación económica y familiar, intento no deprimirme, me ayuda el ver que a pesar del bombardeo de los medios de comunicación en contra del magisterio las madres de familia de mi grupo me valoran; pero hay momentos en que quisiera dejar mi salón de clases y salir a gritar a las calles -como lo hacen mis compañeros- para manifestar toda mi frustración y enojo al sentir que mi salario no es el que merezco, que el ISSSTE no me resuelve mis problemas de salud que son graves y que no tengo dinero para atenderme en un médico particular que sí me los resuelva, que lo que gano no es ni la mitad de lo que vale mi trabajo y que no hay quien en verdad se tome la molestia de mirar mi trabajo docente y el de muchos de mis compañeros que merecemos más de lo que tenemos. Muchos de los que están en las calles “molestando en este momento”, se han atrevido a gritar y sé que es muy válido su grito, porque si yo me quejo por lo que recibo, ellos con mayor razón, ya que muchos de ellos carecen de escuelas dignas con instalaciones aceptables para trabajar, etcétera.
Le pido que no juzguen lo que no conocen, lo que no han vivido; mal que bien ustedes tienen un nivel de vida que les permite “ni imaginarse” lo que el grueso de la población vivimos. Y sí, el salario debería de ser la punta de la reforma educativa. Salario digno para luego exigir rendimiento a un empleado que se siente tranquilo porque puede solventar las necesidades económicas básicas de su familia.
Por último, gracias por el tiempo que le tome leer esta carta.
ATENTAMENTE
Profra. América Bethsabee Ruiz Hernández
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