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miércoles, 19 de junio de 2013

Carta a EMILIO CHUAYFFET... de la maestra América B. Ruiz Hernández [I]



  La profesora expone su historia en la que se entrelazan su situación familiar, su situación laboral y sus aspiraciones de superación con el clima de hostigamiento y "terror laboral" que se experimentó en el Distrito Federal (clima creado por la Administración Federal de esta entidad) y muchos hechos más... Pide: No juzguen lo que no conocen... llama a que las autoridades revisen lo que han hecho (como los cursos de actualización) y se esfuercen por conocer la realidad de las escuelas. Va en dos partes. Aquí la parte I.
Compartir esta carta es fomentar el diálogo entre los profesionales de la educación.
(RRR)

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Carta al secretario de Educación Pública [Parte I]
Iztapalapa, D. F., a 09 de Junio de 2013.
LIC. EMILIO CHUAYFFET
SECRETARIO DE EDUCACIÓN PÚBLICA

Soy maestra desde hace 18 años. Elegí esta profesión por vocación. Entré al sistema de educación pública con la idea de hacer mi labor en donde yo creía que más satisfacciones me daría. A pesar del salario, a pesar de las pésimas condiciones de las instalaciones de las escuelas públicas, a pesar de las SEUDOACTUALIZACIONES que proporciona la SEP, a pesar de las condiciones familiares de mis alumnos de San Miguel Teotongo, Iztapalapa, he dado mi mejor rendimiento laboral.
Me titulé en la BENM justo un año después de la reforma educativa de 1993, con dudas de lo que ésta significaba a nivel técnico pedagógico, a pesar de tener nociones de la teoría constructivista en la que se basaba. Soltera, con ilusiones y emprendedora, busqué la manera de reforzar mis conocimientos y llenar las lagunas que siempre se tienen como recién egresada. Soportando el sistema gubernamental lleno de injusticia social, logré ser catalogada por mis alumnos y padres de familia como una excelente maestra. Más tarde, me casé, tengo una hija, seguí con una precaria situación económica; tres años después me divorcié, he tenido que trabajar doble turno para lograr un nivel económico aceptable, aun así hago lo imposible por seguir siendo la mejor maestra en ambos turnos (no se vale que los niños del vespertino reciban el servicio de una maestra desgastada con el primer turno, así que me he esforzado por rendir igual que en el matutino). Participé en Carrera Magisterial para lograr un mejor sueldo, con mis conocimientos de recién egresada y cursos (no gratuitos) que he realizado por mi cuenta, logré entrar a Carrera Magisterial y conseguir el nivel A y posteriormente el B con aproximadamente ya 7 u 8 años de servicio; lamentablemente, después de eso, la corrupción se dio a granel y yo no quise entrarle a la compra de claves de exámenes (a veces me arrepiento de ello), así que ya no logré conseguir más nivel. Además, mi situación económica ya no me permitió pagarme por mi cuenta cursos de actualización y los cursos que la SEP me brindó no contaban con la calidad para prepararme para el examen, mucho menos para actualizarme en mi práctica docente.
Para colmo, cada vez la situación laboral en el magisterio se vuelve más agresiva. Sí, la catalogo como agresiva; yo la llamo, desde hace un sexenio, “EL SEXENIO DEL TERROR”: los maestros vivimos en un ambiente de amenaza y abuso laboral constante por cualquier pretexto. Comenzaron con pedirnos participar en “Escuela Siempre abierta” en periodo vacacional abusando de nuestra necesidad económica, sabiendo que los maestros hambreados suplicaríamos por participar para ganar $5000 miserables pesos extras, como si nuestro trabajo cotidiano no valiera un salario digno que nos permitiera descansar, y así recuperarnos del desgaste mental y emocional que nuestro trabajo propicia por trabajar con 34 a 40 seres humanos de entre 6 a 12 años de edad de cada turno, con diferentes personalidades con los que interactuamos por cuatro horas y media, o nueve las que tenemos doble turno. Más tarde nos pidieron, para seguir participando en Carrera, un proyecto escolar que tendríamos que ejecutar en horario de interturno o durante los sábados y domingos sin goce de sueldo ¡¿en qué empresa se le pide al empleado que trabaje tiempo extra sin goce de sueldo con la promesa de que se le subirá el salario, sólo si el trabajo es del agrado del “patrón”?! Si ese trabajo no era aprobado por las autoridades… pues, “mala suerte, gracias por participar y ahí será para la próxima”. ¿Esto no le parece un abuso laboral? ¿Seré la única loca que así lo ve?
Por años he tenido que soportar cursos proporcionados por la SEP de una calidad deplorable. Al llegar a los cursos siempre me encontraba a algún compañero maestro como asesor del curso, quien nos informaba que ‘le daba mucha pena, pero que sus autoridades le habían pedido hace tres o cuatro días que impartiera el curso de ENCICLOMEDIA, o de C. Naturales, o de TIC’s [o de RIEB o del tema que a usted de le ocurra] del cual en realidad no sabe gran cosa’ y que ‘ahí aprenderíamos juntos con la ayuda de una guía fotocopiada que tendríamos que pagar de nuestro bolsillo’. Más de una vez me di cuenta que yo sabía más que el asesor, y ni con quien quejarse si las autoridades “superiores” que los enviaban eran precisamente las que estaban propiciando esa situación. ¿Y más arriba? Todo era la misma porquería.
De pronto se desató una ola de amenazas laborales: “si tu rendimiento es bajo te corremos” y es cuando muchos de nosotros pensamos, y nos arrepentimos: “me hubiera inconformado y exigido en su momento cursos de calidad que me capacitaran de verdad… no que ahora me amenazan y dicen que ellos ya me capacitaron”.
Lo peor de todo es que me doy cuenta del juego macabro y me enoja aún más darme cuenta que nuevamente me hace sentir culpable y responsable de algo de lo que no soy; la SEP sabe qué clase de capacitación nos da, saben también -¿o no?- del desgaste emocional y mental en el que nos tienen con un salario de miseria y trabajando doble turno en el magisterio y un turno extra en el comercio informal vendiendo cosas en abonos, manualidades, postres o haciendo tandas. Se nos carga de exigencias que no están a nuestro alcance, como fungir de padres adoptivos de algunos alumnos. Los padres de familia nos ven como sus enemigos en lugar de sus aliados, porque el gobierno deposita la responsabilidad de los problemas de la educación en nosotros, nos usa como escudos frente a los medios de comunicación, y éstos le ayudan poniéndonos en el papel de chivos expiatorios: hacen creer a los padres que sus hijos están mal por nuestra culpa y no por su situación económica y social propiciada por el sistema de gobierno donde las familias carecen de madres y padres presentes, pues están trabajando doce horas con un mísero sueldo, neuróticos por la problemática económica y otras carencias que propicia agresión intrafamiliar. Y el gobierno dice: “¿ven? ¿Y los profesores qué hacen por sus hijos? Mientras ustedes están matándose trabajando, ellos deberían procurarlos, cuidarlos, protegerlos, alimentarlos, educarlos, etcétera”.
Yo también soy madre de familia y como tal me doy cuenta del juego y no caigo en él. A mi hija la educo yo, no sus maestros, yo soy responsable de procurarla, protegerla, alimentarla y educarla. Y hago mi mayor esfuerzo por hacerlo a pesar de trabajar doble turno y dedicar a ello un horario de 7 a 7. Sus maestros hacen su labor como docentes y nada más, pero eso yo lo asumo porque funjo los dos papeles, maestra y madre, y no me dejo idiotizar por la “cajita feliz”, pero ¿y los demás? ¿Los que se sienten desolados con su situación familiar y descargan, contra los maestros o las maestras, algo de su neurosis?
Profra. América Bethsabee Ruiz Hernández
~*~ Termina parte primera y SIGUE…
 
 

1 comentario:

MARIO RAMIREZ GUTIERREZ dijo...

Maestra la alianza por la calidad educativa ACE fue firmada por la maestra Elba Esther Gordillo M, su yerno y sus empleados porque no se les puede llamar dirigentes sindicales porque nunca defendieron a sus agremiados los entregaban por cargos y prebendas políticas y los que no obtenían esos beneficios se dedicaban a esas actividades que dice usted el Secretario de Educación Pública si quiere apoyar al maestro inmediatamente debe de retirar todos esos proyectos que nada beneficiaron a los alumnos menos a los maestros