El CNAP: un espacio
para el debate político artificial
Luis Hernández Montalvo
La señora Elba Esther Gordillo Morales; Secretaria General del SNTE el 2 de
mayo de 1994 expresaba las siguientes ideas frente al Ingeniero Cuauhtemoc
Cárdenas Solórzano, candidato del Partido de la Revolución Democrática a la
Presidencia de la República:
"A través de este mecanismo -el
del Comité Nacional de Acción Política- evitamos comprometer las siglas del
SNTE con partido político alguno, al tiempo que alentamos la participación
política de quienes están comprometidos con los preceptos básicos de nuestra
organización: defensa de la educación pública laica, gratuita y de calidad;
preservación del carácter nacional y unitario del sindicato, y participación
activa en la defensa de las mejores causas de México: la defensa de la
soberanía, la libertad, la democracia y la justicia social”.
El Comité Nacional de Acción Política –CNAP- fue creado como un espacio
político para ampliar los márgenes de participación plural de los trabajadores
de la educación; en el marco del 2º. Congreso Extraordinario del Sindicato
Nacional de Trabajadores de la Educación, celebrado en febrero de 1992.
En palabras de la Secretaria General del SNTE; el CNAP “…busca el
reconocimiento a las distintas expresiones que coexisten en el SNTE, el voto
secreto, la nueva relación con la sociedad, con los partidos…” sí, aquellos
fueron los días de la nueva retórica que se diluyó en artificios; en donde
prevalecía el discurso político de un “nuevo proyecto sindical” que decía
alentar una nueva cultura sindical democrática, participativa y de esa manera,
el CNAP surge como: “…órgano permanente de gobierno sindical que reúne a
trabajadores de la educación de diversas corrientes sindicales, militancias
partidistas y propuestas culturales”.
Pero el CNAP nunca cumplió con estos objetivos manifiestos; por el
contrario, su formalización y su aparente funcionamiento en los primeros años
sirvió para crear una gran red de simpatías al surgimiento e entronización de
un nuevo cacicazgo sindical enmascarado en un discurso pluralista y democrático
en la construcción de un nuevo sindicalismo.
Elba Esther supo capitalizar este discurso reformador y días después del
encuentro con los candidatos a la presidencia de la República, el 9 de junio de
1994, se reunía con un grupo selecto de intelectuales y políticos en la casa de
Jorge Castañeda para formar lo que denominaron “el grupo San Ángel”, así la
Secretaria General del SNTE, se convirtió en “ajonjolí de todos los moles”, y
en punto de referencia obligada en los medios de comunicación y la profesora de
escuela que no era intelectual, aportaba generosos recursos económicos y la
fuerza numérica del SNTE.
En la formalidad discursiva por un nuevo sindicalismo se reformaron los
estatutos del SNTE en 1992; se integró un Consejo Nacional Técnico Pedagógico
integrado con profesores miembros del SNTE y que a la vez formaban parte de la
burocracia de la SEP, a los que los nombraban despectivamente “las águilas caídas”
en tanto que ya no formaban parte de la administración de la SEP y tampoco eran
líderes del SNTE.
Entre otros organismos auxiliares, se creó el programa editorial del
magisterio y se empezaron a publicar periódicos y revistas que nadie leía, se
editaron algunos libros y surge también el Instituto de Estudios Educativos y
Sindicales de América –IEESA-; y se constituye la Fundación para la Cultura del
Maestro A.C.
Mención especial merece la integración de los fideicomisos como el de la
vivienda magisterial –VIMA- que aunque aún existe en la formalidad, fue de los primeros
intentos reformadores que naufragaron en proyectos ineficaces, corrupción y
fraudes a los trabajadores y a los fondos que manejaba.
A la distancia de más de dos décadas, el CNAP ha sido rescatado en un contexto
muy distinto a los días de su creación.
La Presidente del CEN del sindicato ha convocado a los cuatro candidatos a la Presidencia de la República mediante invitaciones personales y públicas, pero solo el candidato Gabriel Quadri del Partido Nueva Alianza – SNTE, asistió a la cita del sábado 26 de mayo. Es probable que el candidato haya presentado algún texto escrito por los empleados de la maestra en la Fundación para la Cultura del Maestro y que han venido repitiendo en reuniones cerradas en lo que llaman Congreso de Educación, al margen de los maestros y la sociedad. Un monólogo de puertas lapidadas.
¿Cómo convocar a los candidatos cuando el SNTE se presenta como partido con
candidato propio? Dice el SNTE y los convocantes miembros del CNAP que la
reunión con los candidatos sería: “… garantizando respeto absoluto y
civilizado; apreciando en todo lo que vale su asistencia en pro de la
democracia y la responsabilidad política”.
El desaire de los candidatos a la convocatoria de la Presidente del CEN del
SNTE era de esperarse, después de su discurso del 15 de mayo frente al
Presidente Felipe Calderón a quien agradeció la designación en 2009 del
licenciado Alonso Lujambio al frente de la SEP, quien dijo: “con quien recuperamos el diálogo que se había envilecido
por la cortedad de miras con que antes se realizaba la administración de la
educación…”, la cual “jamás debe estar supeditada a una ambición personal
carente de autoridad moral”. http://dialogoentreprofesores.blogspot.mx/2012/05/elba-sepulta-josefina-ricardo-aleman.html?spref=fb
Elba no hablaba como sindicalista, sino como operadora de la campaña del
candidato Quadri, y en ese sentido, no se puede invocar “respeto absoluto y
civilidad”, cundo se ataca arteramente a la candidata del Presidente y del PAN.
Pero
aún más, la reciente convocatoria de la Federación Democrática de los
Sindicatos de los Servidores Públicos –FDSSP-, a organizar marchas contra Vázquez
Mota, cancela cualquier posibilidad de: trato respetuoso y civilizado, mientras
arrecian los enfrentamientos entre la candidata del PAN y la Presidente del
SNTE en declaraciones y spots.
La FDSSP fue creada a instancias del SNTE, después del rompimiento de Elba Esther Gordillo con el PRI, y su separación de la Federación de Trabajadores al Servicio del Estado –FTSE-. En este contexto, tampoco el PRI se podía comprometer en la convocatoria de la reunión con el CNAP-SNTE-PANAL.
Son
muchos los agravios: la derrota de dos candidatos a la Presidencia de la
República, la destrucción de instancias de control corporativo y la
contribución de la Presidenta del SNTE al desprestigio del otrora invencible
Partido Revolucionario Institucional, por eso, aún en el caso de que ganara las
elecciones el PRI, los días del poder absoluto, o casi absoluto de la maestra
ya tiene fecha de caducidad y el problema es que con ello, se crean las
condiciones y el pretexto para decretar la destrucción de lo que queda de
sindicato, hoy volcado en una campaña absurda que niega los derechos políticos
de los trabajadores de la educación.
En
cuanto al candidato Andrés Manuel López Obrador del Partido de la Revolución
Democrática, el deslinde público frente a los cacicazgos sindicales, hace
imposible, no el diálogo democrático deseable, sino la posibilidad de construir
acuerdos para perpetuar el poder del sindicato en manos de las hijas, yernos y
nietos de la maestra Elba Esther.
Los
convocantes y los convocados el sábado 26 de mayo a instancias del CNAP,
tampoco llegaron como fuerza monolítica en la nueva alianza simbiosis SNTE-PANAL;
no, cada convocado, cada grupo busca sus propios espacios de participación, que
no es el Partido Nueva Alianza y quiero suponer, que tampoco estuvieron
presentes la totalidad de la estructura sindical y espero que tampoco los
miembros del CNAP de otros partidos, que por ahora se integra con: Gustavo
Martínez Aguilar, del Panal; el senador Gerardo Montenegro Ibarra, del PRI, el
profesor Juan Campechano Covarrubias, del PAN; el profesor Benjamín Juárez
Pérez y el diputado y cofundador de la CNTE, Francisco Amadeo Espinoza del
Partido del Trabajo –PT.
Elba
Esther vive ya su invierno político en plena primavera y los trabajadores de la
educación, pero particularmente los profesores viven en la comodidad de un
sindicalismo inmoral y envilecido, que todavía ofrece algunas ofertas de
artificio frente a la posibilidad de construir un nuevo sindicalismo: moderno,
incluyente y democrático.
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