Translate

miércoles, 30 de mayo de 2012

Manifiesto de los estudiantes de Quebec

Manifiesto de los estudiantes de Quebec por el derecho a la educación gratuita, que están ejerciendo su derecho huelga desde hace 5 semanas para manifestar su desacuerdo por el aumento anticonstitucional del 82% en las cuotas en la educación superior impuesto súbitamente por el gobierno de Jean Charest, actual jefe de gobierno de la Provincia de Quebec.

Como todos sabemos, ya no puede confiarse en lo que dicen los noticieros (encargados de legitimar y perpetuar la ideología de los malos gobiernos mundiales), así que me di a la tarea de traducir el manifiesto y difundirlo entre el mundo hispanohablante, considerando que es probable que este conflicto no se comprenda, o no se conozca fuera del Quebec o incluso dentro de él.

Otro mundo es posible.
2011 fue un año de indignación y de revueltas. La primavera árabe hizo vacilar las autocracias, hizo dimitir dictadores, desestabilizó regímenes y orilló a muchos de ellos a conceder reformas. Las imágenes de estos pueblos árabes quitando del trono a sus oligarquías han dado la vuelta al mundo sirviendo como ejemplo.

Inspirándose de las ocupaciones espontáneas de las plazas públicas en el mundo árabe, los primeros Indignadosaparecieron en España, mientras el país vivía la imposición de profundas medidas de austeridad. Los españoles pusieron en evidencia los límites reales de la democracia en ese país tan golpeado por la crisis económica, que vive las consecuencias de la dictadura de los mercados financieros, donde el 46% de los jóvenes están en el desempleo. La iniciativa tuvo eco y el movimiento se propagó en Europa y más allá.

El movimiento se prolongó también en América del Norte, a partir de Nueva York, con la iniciativa Occupy Wall Street. Ese movimiento se propone atacar al 1% de las personalidades más ricas (grandes bancos y empresas multinacionales) que dictan las leyes de la economía mundial injusta que hipoteca el porvenir de todos. El movimiento se propagó después a más de 100 ciudades estadounidenses, y también en Canadá (Vancouver, Toronto, Ottawa, Montreal).
Revuelta árabe, indignados europeos u ocupantes estadounidenses, todos reunidos detrás el mismo mensaje de esperanza: Otro mundo es posible!

Este viento de contestación mundial contra las élites económicas y políticas desconectadas de las preocupaciones legítimas de los pueblos que viven en situación precaria, a quienes se les exige siempre pagar más, trabajar más y sobre todo, no pedir nada a cambio, sopla también sobre Quebec. El valiente combate de los estudiantes por el derecho a la educación constituye hoy la punta de lanza de un profundo movimiento de indignación y de movilización popular que remueve el Quebec desde hace varios años. La colosal manifestación del 22 de marzo lanzó La primavera de maple.

Inscribámonos en esta corriente mundial de revuelta y tomemos el ejemplo de los islandeses que en enero de 2009, orillaron a la demisión del gobierno neoliberal de Geir Haarde que había participado en la génesis de la crisis económica y social en las cuales estaba hundido este país desde 2008.

Si la juventud es el avenir de una sociedad, la educación es su fuerza para construir una sociedad justa, sustentable y solidaria. Sin embargo, en un mundo atrapado en una crisis económica y ecológica causada por políticas de corta visión dictadas por una oligarquía financiera que no se preocupa más que por su beneficio a corto plazo, Quebec (y otros pueblos pensantes) no puede concebir a sus jóvenes como a un simple recurso explotable.

La búsqueda de las ganancias a cualquier precio, la corrupción y la colusión con el mundo empresarial ha sido la marca del gobierno de Charest, ya desde hace años. Los PPP, el mont-Orford, el Suroît, el gaz de schistes, Malartic, el Plan Norte, el financiamiento oculto del partido liberal, el escándalo de la construcción, la corrupción en el nombramiento de jueces… tantos proyectos y negocios que son prueba de un uso vergonzoso del poder, de una avidez de ganancias a costa de la explotación de nuestros recursos colectivos por intereses privados. Hemos vuelto a la era de Duplessis (gobernador ultra conservador y corrupto de la década de los 50’s N.T).

Si la tierra no puede quejarse mientras le arrancan del vientre los minerales tan preciados para los mercados mundiales, juventud estudiante sí puede indignarse por ello y hacer escuchar su voz. No le corresponde a los jóvenes estudiantes pagar la deuda del Quebec.

En vez de distribuir millones a empresas multinacionales que se mudarán a países en vías de desarrollo en cuanto vean la oportunidad de mayores ganancias, el gobierno quebequense debería invertir en su juventud, única garantía de un avenir común. Un debate social es necesario más que nunca, pero el mutismo del gobierno no lo fomenta. En qué sociedad queremos vivir? Como deseamos compartir nuestro conocimiento y recursos? Que avenir deseamos para nuestros hijos y qué sociedad deseamos dejarles como herencia?

La terca obstinación del gobierno de no escuchar la voz de su juventud hace nacer en Quebec una profunda aspiración al cambio. La huelga estudiante se ha convertido en catalizador de un movimiento social mucho más amplio, alimentado de la indignación hacia las élites políticas arrogantes que desde hace 10 años han perdido toda relación con el pueblo.
Estamos listos para una primavera quebequense! Necesitamos una nueva revolución tranquila a fin de construir un proyecto de sociedad innovador y comprometido con el provenir común.

Así, reivindicamos:
El derecho a la educación para todos, sin discriminación debida al dinero.
El derecho a un medio ambiente sano y a la preservación de nuestros recursos naturales, para proteger el agua, los ríos, la tierra y no ceder al apetito voraz de las compañías mineras, petroleras y gaseras.
El derecho de los pueblos autónomos sobre sus tierras ancestrales. Nos solidarizamos también con la Marcha de Mujeres Innues de la Costa Norte hacia Montreal.
El derecho de disfrutar de un Estado responsable y democrático, al servicio de su pueblo y no de intereses financieros, es decir, un Estado que ofrezca servicios públicos de calidad, que rechace las privatizaciones y que litigue contra el aumento ilegítimo de tarifas e impuestos de todo tipo.
El derecho al pacifismo y a la solidaridad internacional. Hacemos manifiesto nuestro repudio por la política militarista y comercial del gobierno federal conservador.
El derecho a una economía local, sustentable, solidaria y social que ponga al Ser Humano al centro de sus preocupaciones, que permita un verdadero desarrollo del Quebec y que ponga fin a los desplazamientos abusivos y vengativos.

Inspirándonos de las frases escuchadas en las calles árabes, es tiempo de decir al gobiernoCharest vete a casa! Y construir juntos el Quebec del mañana. Somos todos responsables colectivamente de nuestro porvenir.

Es tiempo de levantarse y de actuar en conjunto. Con un gesto a la vez lograremos que el mundo cambie, y podemos comenzar de distintas maneras:
· Compartamos este manifiesto alrededor nuestro, discutámoslo, suscitemos un verdadero debate social.
· Portemos el cuadro rojo orgullosamente sobre nuestro pecho, en nuestras ventanas y balcones.
· Movilicémonos en apoyo a las manifestaciones.
· Retomemos este slogan: Charest, ya basta! Exigimos la demisión de Charest!
HAGAMOS OIR NUESTRA VOZ. ES TIEMPO DE CONSTRUIR EL QUEBEC QUE SONAMOS.


No hay comentarios: