Información para
Tesis de
Hallier Morales en la UAZ
Después
de un Movimiento de Médicos, Residentes e Internos en 1965 el País se conmovió en
1966 (Últimas Noticias de Excélsior, Diario de la tarde) con la captura de sus dirigentes, con el periodista
Víctor Rico Galán y el Lic. Raúl Ugalde Álvarez (junto a más de 40 personas,
líderes campesinos y magisteriales) acusados de encabezar una conspiración
guerrillera. Había el antecedente de Ugalde que presidió el Frente Electoral de
Pueblo (FEP) acompañado de Othón Salazar y Ramón Danzós Palomino postulado para
Presidente de la República contra Gustavo Díaz Ordaz, la oposición de las
elecciones de 1964. Por otro lado Rico Galán realizó reportajes sensacionales para
la Revista Siempre la de mayor circulación en aquel tiempo) sobre la Revolución
Cubana y sendas entrevistas a Fidel Castro y al Che Guevara. La verdad apenas comenzábamos
a organizarnos: estábamos en embrión.
La relación es
con el hecho de que entre los 40 íbamos cuatro Normalistas Rurales (J. Guadalupe
Moreno Rentería y Ramón Sariñana Sariñana de Aguilera, Durango., Juan Espino Aguilar
y yo, de San Marcos, Zacatecas.) y una lección suprema que aquilata la
dimensión del Profesor. José Santos Valdés.
PRIMERA RUTA: SAN
MARCOS-LA LAGUNA- ZARAGOZA.
Egresé de San
Marcos en junio de 1963 e inmediatamente fui asignado al Ejido Atalaya, Coahuila.,
en septiembre.
Pero antes de
ingresar al servicio, en el verano de 1963, me había inscrito en la Normal
Superior de Chihuahua.. El candente ambiente social de este Estado me atrapó de
inmediato. Los periódicos populares “Índice” (del Lic. Gallardo) y “La Jeringa”
(de Ernesto Espinoza) hablaban de guerrillas en la Sierra y las encabezaba Arturo
Gámiz, un joven dirigente juvenil de la Normal del Estado y del PPS del que ya
me habían hablado mis amigos dirigentes de la Normal Rural de Salaices, Miguel
Quiñones Pedroza y Vicente Rodríguez Quiroz (antes de San Marcos había cursado
mi secundaria en Salaices, Chihuahua., pero me cambié a San Marcos comprometido
en inquietudes juveniles de la FECSM). Ahora comencé a inquietarme otra vez con
Chihuahua.
Regresé a La
Laguna y participé apoyando al Frente Electoral del Pueblo en la candidatura de
Danzós. No había ninguna posibilidad real, pero eran gritos insurreccionales.
La gente se entusiasmaba en rebeldía oyendo a los tres oradores Ugalde, Othón y
Danzós.
En el verano
siguiente volvía a la Normal Superior de Chihuahua. Allí me enteré de que había
uno de Salaices que quería permuta de Zaragoza a La Laguna. El Dr. Pablo Gómez
y Lupe Jacot recomendaban a Zaragoza (Distrito Galeana) como “conveniente” y promovía
la permuta Atalaya-Ignacio Zaragoza.
SEGUNDA RUTA: ZARAGOZA-MADERA-LECUMBERRI
Ignacio
Zaragoza, Chihuahua, está al noroeste del Estado, “en el paralelo rojo
sangriento” según Fernando Jordán (el de Corea y Viet Nam) y al conocerlo me
había impresionado gratamente. Llegué allí el 11 de septiembre de 1964. La
noche anterior al viaje me había reunido con Arturo Gámiz en Anáhuac. El autobús
lo abordaría cerca, en Cd Cuauhtémoc y aquel Zaragoza distante por las lluvias
y el camino me seducía con su mística insurreccional. Decidí entregarme a él
fervorosamente.
Soplaban allí
nuevos vientos. Más reales que en la Ciudad de Chihuahua. Era hermoso el
poblado. En realidad México estaba cambiando desde la entrada triunfal de los
barbudos de Castro a La Habana aquel 1 de enero de 1959. América Latina vibraba
con el antiimperialismo.
En 1960 e había
reunido el Movimiento de Liberación
Nacional (MLN) presidido por Cárdenas. Una
delegación de Zaragoza había asistido a esa Convocatoria (Edmundo Gaytán y Adalberto
Flores, entre otros). Allí me enteré TAMBIÉN que a Danzós lo recibió prácticamente
el Municipio entero en aquella Campaña presidencial de un candidato no
registrado del FEP. Estaba claro que llegaba a una localidad de revolucionarios,
con sentido socialista, aunque sin partido.
Para colmo de mi
buena suerte me nombraron Director de la Primaria, a la que luego decliné por
el Compañero Daniel Gallardo de Salaices, que tenía más derechos.
El Municipio se había
formado al separarlo de Buenaventura en 1940. El propio Presidente Municipal Don José María
Flores Fuentes hizo las gestiones ya que procedía del mismo Zaragoza. Era época todavía del Partido de la
Revolución Mexicana (PRM).
Don José María había
fundado el Ejido en 1922, que constituía el 80% del nuevo Municipio. Él es como
un hilo conductor de una historia regional pendiente ya que era nieto del Sr.
Jesús Fuentes, ex Administrador de la Hacienda de Don Abraham González, (emigrado
anarquista español del grupo antirreleccionista de Cd. Guerrero) y por eso se
orientaba con principios socialistas de raigambre floresmagonista, lo que transmitía
en sus acciones y a sus conciudadanos (gente procedente del Río Papigochi y
Pinos Altos como los Gaytán) conformando aquel núcleo popular al que se
agregaría el Dr. Raúl Peña Garibay (procedente de Aguascalientes) y yo.
DESPUÉS DEL
ASALTO AL CUARTEL
Cd.
Madera es una Ciudad pequeña y cercana de gente muy conservadora y católica. Había
allí entonces una estación de radio que fue la que transmitió la noticia aquella
mañana del 23 de septiembre de 1965. Nos preparábamos para entrar a clases en
la Escuela Primaria “Josefa Ortiz de Domínguez” de Zaragoza donde trabajaba. La
noticia de la muerte de los compañeros nos conmocionó. No sabíamos qué hacer.
Llegado el caso ayudamos a algunos sobrevivientes como pudimos. Pero era muy
poco para nuestros deseos. Había soldados del ejército por todos lados. Teníamos
mucha fuerza social, pero no estructura orgánica para el análisis y la toma de
decisiones. Nos movíamos de modo muy natural a la “pura oreja” decía nuestro
Jefe político militar el Dr. Raúl Peña. Nos reuníamos con frecuencia
Cuauhtémoc Flores, Javier Gaytán y yo y de allí lo íbamos conversando
con los demás. Actuábamos de acuerdo y nos conocíamos muy bien y el consenso era
que la Sierra de Chihuahua resultaba demasiado fría y despoblada para la
guerrilla. Pensábamos en un proyecto más nacional y una sierra físicamente más
apropiada. Eso sí, nunca dejamos de ayudar. Sin embargo, teníamos relaciones
diversas y entre ellas mismas se combatían: PCM, Espartacos, PPS, etc. No
estaba claro.
Al fin, el grupo se comprometió finalmente con el Movimiento
Revolucionario del Pueblo (MRP) y me mandaron a mí para una “Escuela de
cuadros” que resultó ser dos escuelas en la Ciudad de México. Los cursos eran
de Economía Política, Estrategia y táctica revolucionaria, Historia de México o
algo así que no recuerdo bien y Filosofía. Ocho horas diarias. El día que
terminábamos los cursos, el 12 de agosto de 1966 fuimos aprehendidos y llevados
a los servicios secretos de la policía. El Jefe de la policía era el sanguinario
Raúl Mendiolea Cerecedo. Fueron nueve días terribles. Pero un Lic. De nombre
José Rojo Coronado al parecer nos descubrió y en medio de un escándalo exigió
vernos. No sé si allí salvamos la vida o quién sabe.
Éramos
como cuarenta, es cierto. Pero a unos los soltaron antes. A otros nos acusaron
por Conspiración solamente (cinco años máximo) y a nueve por Conspiración, Incitación
a la rebelión y acopio de armas. Estos últimos no alcanzaban “Libertad bajo
fianza”.
CESADO Y
LA CIUDAD POR CÁRCEL
A los
cuatro Normalistas Rurales se nos acusó sólo por “Conspiración” y por tanto con
derecho a libertad bajo fianza. Debía pagarse intereses a una Compañía afianzadora
y disponer de un bien raíz como aval. Las siete Sociedades de Alumnos de las
Normales Rurales (donde estaba San Marcos y Aguilera) pusieron el pago de
intereses y el Profr José Santos Valdés ofreció
las escrituras de su casa de Lerdo (Rayón 134 Poniente) como aval. ¡Todo su
patrimonio por los alumnos! Esa es para mí una lección suprema porque él, sin
deberla ni temerla como se dice popularmente estuvo a punto de perder la casa
cuando algunos compañeros volvieron a irse a intentarlo nuevamente.
Afortunadamente no pasó nada. Y para colmo de males, en Chihuahua salió el
pasquín anónimo del “Que poca madre de José Santos Valdés” donde lo calumniaban
de azuzarnos solamente.
Él decía
que las ideas que perseguíamos eran también su responsabilidad. Pero la
práctica política concreta es siempre otra responsabilidad y esa era sólo
nuestra.
¿Cuánto
más tiene que costarle a un Maestro, verdaderamente educador y no sólo “transmisor
de conocimientos la misión de formar gente de bien?
El
Profesor Valdés nos ayudó todavía a recuperar nuestra Plaza docente, a Lupe
Moreno en Coahuila y a mí en el DF. Yo me dediqué a resolver la cuestión legal
para evitar seguir pagando intereses a la Compañía Afianzadora. Lo pude lograr
hasta septiembre de 1976 cuando como dirigente popular en Chihuahua el
Presidente Luis Echeverría visitaba el Estado: diez años después.
Chihuahua,
Chihuahua, a 7 de julio de 2015
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