A principios del mes de noviembre pasado, después de una larga y penosa enfermedad, falleció en Ciudad Delicias, lugar donde residía, nuestro querido compañero Andrés Rentería Duarte. A la fecha de su muerte formaba parte, por tercer periodo consecutivo, del Comité de Patrimonio, organismo auxiliar del Consejo Directivo de la Asociación de Ex Alumnos de la Escuela Normal Rural de Salaices, de la que fue miembro fundador desde el año 2004.
A continuación transcribo unos párrafos tomados del libro colectivo "Normalistas: Testimo-nios de la Docencia", cuya edición fue coordinada por el inolvidable compañero salaicino José Luis Aguayo Álvarez, donde el mismo Andrés escribe sobre su origen y desempeño profesional como maestro.
Dice Andrés:
"Nací en Canutillo, Durango y salí de la clase más desprotegida en nuestro país –los cam-pesinos de México- y fui educado y formado en el internado de la gloriosa Escuela Normal Rural de Salaices, en el Estado de Chihuahua. Esta escuela me albergó por ocho años y despertó en mi ser valores de solidaridad, justicia, honestidad, responsabilidad, veracidad, tenacidad y, sobre todo, pasión por mi profesión como educador, para entregarme de lleno a la noble tarea de for-mador de conciencias en los niños y jóvenes que fueran más tarde los que encendieran la llama del progreso en este México sediento de justicia y bienestar para todos.
En 1959 fui asignado a la Escuela Primaria "Miguel Hidalgo" de El Molino, Namiquipa; en este lugar laboré al lado de otros tres maestros egresados de Salaices. Atendí un grupo de primer grado de primaria por las mañanas, y por las tardes, ya casi de noche, trabajé gratuitamente en la Escuela Secundaria fundada el año anterior por mis compañeros; impartí Geografía y Civismo y además atendía el club de danza y los equipos femeniles de básquetbol.
Por razones de salud –el frío me afectaba demasiado- solicité mi cambio a Delicias; en esta ciudad trabajé durante 15 años en escuelas primarias. Al cabo de ese tiempo, con la espe-cialidad de Historia, cursada en la Normal Superior, pasé a ocupar la cátedra de esta materia en la reconocida Escuela Secundaria "Leyes de Reforma" durante las mañanas y por las tardes, en la Escuela Preparatoria por Cooperación "Activo 20 30"…"
Hasta aquí lo escrito por Andrés.
Por méritos profesionales y concursando a nivel nacional, logró la plaza de Director de Escuela Secundaria en el Mineral de Naica, donde prestó sus servicios hasta 1982, logrando, con el apoyo del equipo de maestros, que esa escuela destacara grandemente a nivel regional.
En agosto de 1982, como si fuera un castigo por sus buenos servicios en Naica, lo envia-ron como director a la Escuela Secundaria Federal de Ojinaga, Chih., que por su lejanía en el desierto, estaba en el abandono.
Ahí, con los maestros y empleados, formó un equipo de trabajo y, con el apoyo de la gente pujan-te de Ojinaga, de las autoridades municipales, estatales y federales, de los distintos partidos polí-ticos, de los padres de familia y de la población en general, logró construir una nueva escuela, majestuosa, moderna, amplia, con todos sus anexos, que destacó a nivel estatal y nacional.
A continuación transcribo unos párrafos tomados del libro colectivo "Normalistas: Testimo-nios de la Docencia", cuya edición fue coordinada por el inolvidable compañero salaicino José Luis Aguayo Álvarez, donde el mismo Andrés escribe sobre su origen y desempeño profesional como maestro.
Dice Andrés:
"Nací en Canutillo, Durango y salí de la clase más desprotegida en nuestro país –los cam-pesinos de México- y fui educado y formado en el internado de la gloriosa Escuela Normal Rural de Salaices, en el Estado de Chihuahua. Esta escuela me albergó por ocho años y despertó en mi ser valores de solidaridad, justicia, honestidad, responsabilidad, veracidad, tenacidad y, sobre todo, pasión por mi profesión como educador, para entregarme de lleno a la noble tarea de for-mador de conciencias en los niños y jóvenes que fueran más tarde los que encendieran la llama del progreso en este México sediento de justicia y bienestar para todos.
En 1959 fui asignado a la Escuela Primaria "Miguel Hidalgo" de El Molino, Namiquipa; en este lugar laboré al lado de otros tres maestros egresados de Salaices. Atendí un grupo de primer grado de primaria por las mañanas, y por las tardes, ya casi de noche, trabajé gratuitamente en la Escuela Secundaria fundada el año anterior por mis compañeros; impartí Geografía y Civismo y además atendía el club de danza y los equipos femeniles de básquetbol.
Por razones de salud –el frío me afectaba demasiado- solicité mi cambio a Delicias; en esta ciudad trabajé durante 15 años en escuelas primarias. Al cabo de ese tiempo, con la espe-cialidad de Historia, cursada en la Normal Superior, pasé a ocupar la cátedra de esta materia en la reconocida Escuela Secundaria "Leyes de Reforma" durante las mañanas y por las tardes, en la Escuela Preparatoria por Cooperación "Activo 20 30"…"
Hasta aquí lo escrito por Andrés.
Por méritos profesionales y concursando a nivel nacional, logró la plaza de Director de Escuela Secundaria en el Mineral de Naica, donde prestó sus servicios hasta 1982, logrando, con el apoyo del equipo de maestros, que esa escuela destacara grandemente a nivel regional.
En agosto de 1982, como si fuera un castigo por sus buenos servicios en Naica, lo envia-ron como director a la Escuela Secundaria Federal de Ojinaga, Chih., que por su lejanía en el desierto, estaba en el abandono.
Ahí, con los maestros y empleados, formó un equipo de trabajo y, con el apoyo de la gente pujan-te de Ojinaga, de las autoridades municipales, estatales y federales, de los distintos partidos polí-ticos, de los padres de familia y de la población en general, logró construir una nueva escuela, majestuosa, moderna, amplia, con todos sus anexos, que destacó a nivel estatal y nacional.
En 1990 ganó el concurso nacional para ocupar el puesto de Jefe de Enseñanza, que ostentó hasta el año de 1999, donde tuvo la oportunidad de compartir conocimientos con todos los maes-tros de Historia del estado. Durante esa época, en los veranos, trabajó impartiendo clases en la Escuela Normal Superior "Profr. José E. Medrano". Por sus vastos conocimientos y por su habili-dad para interactuar con los maestros de grupo, padres de familia y alumnos, en el año 2000 fue nombrado subdirector de Servicios Regionales de SEECH en Delicias, cargo que le dio oportuni-dad de estar en contacto con los centros escolares de todo el Estado, y apoyar a los profesores que sufren carencias para cumplir con su trabajo.
Por razones de carácter familiar decidió jubilarse en el año 2001, después de 42 años de trabajo profesional docente.
Como sindicalista, siempre fue un activo militante de la Sección 8ª del SNTE. Participó en las luchas por la democratización de la misma; fue secretario general de la Delegación Sindical correspondiente a la zona de primarias con cabecera en Delicias y permanente representante sindical de los maestros de la región, desde 1960 hasta 1982. Asistió como delgado a todos los congresos seccionales en ese periodo y también, a dos congresos nacionales. Fue presidente del Comité de Huelga en 1967 y fue cesado junto con otros dirigentes del movimiento. En el periodo 1968-71 ocupó la Secretaría de Acción Política del Comité Seccional.
Siempre anduvo encabezando comités que hacían gestiones y realizaban luchas por el progreso de Delicias.
En todas las comunidades donde vivió o trabajó, dejó profunda huella como docente y como promotor social, y por su honestidad, responsabilidad y laboriosidad es el prototipo del maestro salaicino y un gran ejemplo para nosotros.
Namiquipa, Delicias, Naica y Ojinaga, tienen una gran deuda con Andrés; deuda que no se paga con dinero ni con bienes materiales. Solamente se paga honrando su memoria. Escrito publicado en "La Hoja", publicación de la Asociación Civil de Ex-alumnos de la Escuela Normal Rural de Salaices, Chihuahua.
Como sindicalista, siempre fue un activo militante de la Sección 8ª del SNTE. Participó en las luchas por la democratización de la misma; fue secretario general de la Delegación Sindical correspondiente a la zona de primarias con cabecera en Delicias y permanente representante sindical de los maestros de la región, desde 1960 hasta 1982. Asistió como delgado a todos los congresos seccionales en ese periodo y también, a dos congresos nacionales. Fue presidente del Comité de Huelga en 1967 y fue cesado junto con otros dirigentes del movimiento. En el periodo 1968-71 ocupó la Secretaría de Acción Política del Comité Seccional.
Siempre anduvo encabezando comités que hacían gestiones y realizaban luchas por el progreso de Delicias.
En todas las comunidades donde vivió o trabajó, dejó profunda huella como docente y como promotor social, y por su honestidad, responsabilidad y laboriosidad es el prototipo del maestro salaicino y un gran ejemplo para nosotros.
Namiquipa, Delicias, Naica y Ojinaga, tienen una gran deuda con Andrés; deuda que no se paga con dinero ni con bienes materiales. Solamente se paga honrando su memoria. Escrito publicado en "La Hoja", publicación de la Asociación Civil de Ex-alumnos de la Escuela Normal Rural de Salaices, Chihuahua.
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