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jueves, 10 de noviembre de 2011

La Evaluación Universal, un nuevo espacio de lucha en el rescate de la dignidad del magisterio.

Bien, ahora con la Evaluación Universal, vamos aver si la administración tiene la suficiente inteligencia y voluntad política para reformar a las escuelas formadoras de docentes.

Los maestros debemos asumir otra actitud frente a los nuevos retos, debemos tomar la palabra para rescatar nuestra dignidad del envilecimiento de los líderes sindicales de todo tipo y bandera política.

Vamos a ver si la administración está en la disposición, por fin, de destinar el presupuesto para un programa de educación continua, que rescate al magisterio de su atraso en los asuntos pedagógicos y propios de su materia de trabajo, de la posibilidad de construir la nueva mística y los nuevos compromisos éticos frente a su trabajo y de cara a sus alumnos y la sociedad. Dos siglos de experiencia, de construir una fisonomía propia, una historia de arquetipos de maestro, de modelos educativos que ya probaron su eficacia.

Los próximos meses serán muy intensos en el debate político, en la lucha callejera, e incluso en el espacio jurídico. La educación será untema obligado en los debates y propuestas de campaña, de posicionamientos de las distintas fuerzas de la sociedad, y los maestros deben jugar un papel inteligente y articulador en la lucha por la defensa de la educación pública, por la construcción de una nueva realidad escolar.

Hasta ahora, los maestros han jugado un papel aparentemente pasivo, de conformidad, se le ha desviado hasta de sus compromisos elementales de caracter gremial para construir una realidad partidista ajena a sus intereses y a su realidad de ciudadanos libres, constructores de ciudadanía desde el ámbito escolar y desde la sociedad civil de la cual forma parte. Estamos ante un dilema. O estamos a la altura de las circunstancias o sucumbimos junto con los sueños de varias generaciones de mexicanos, desde Fernández de Lizardi, a principios del siglo XIX, hasta Carlos A. Carrillo y tantos hombres que soñaron con un magisterio digno, comprometido y patriota, hasta los misioneros de principios del siglo XX.

Solo podremos construir algo nuevo, creando las nuevas ideas, pues, no podremos construir la casa nueva con materiales viejos, con discursos que esconden intereses ajenos a la educación, que someten a los hombres y mujeres a los que hemos confiado la educacación de nuestros hijos. La Evaluación Universal, debe convertirse en un nuevo espacio de lucha para rescatar nuestra dignidad.

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