Es en las próximas elecciones donde el magisterio insurgente podrá demostrar su hartazgo del sistema político que nos gobierna. Es ahí también donde veremos a muchos insurgentes cambiar de camiseta y mostrarse tal cual son, disfrazando su traición con el discurso de la impotencia y el miedo. Pero no le busquemos, hemos llegado a un punto donde sólo... existen dos polos: con el pueblo o contra él.
Las reformas estructurales las han parido sujetos con nombres, con historias, profesionales de la política, expertos en la sobrevivencia a costa del servicio público, ellos, en pocos meses estarán saturando nuestros hogares con mensajes de que ahora sí, el cambio ya viene; que se acabará la pobreza; que él viene de la cultura del esfuerzo; que el candidato de la izquierda es un peligro para México; que son la mejor opción; pero todo, lo sabemos desde ahora, es pura demagogia, propaganda, mentiras para enredar a despistados.
Hemos ido acumulando muchas evidencias del actuar público de la clase política y con ello mediante una estrategia de contraste entre los dichos y las acciones, podemos desmontar la propaganda que quieran imponer.
La semana pasada el magisterio veracruzano, fue testigo de la calidad de legisladores que tenemos, incapaces de tener una identidad propia, se limitan a recibir instrucciones y a levantar el dedo, ellos se suponen elaboran los marcos normativos que regulan la convivencia en diversos ámbitos, pero no lo hacen, sólo se limitan a ser eco de otras voces. Ellos, votaron modificaciones a la Ley de Educación que supuestamente era perfecta, modelo de otras legislaciones y confirmaron lo que ya se sabía, que la reforma educativa acaba con prácticamente todos los derechos de la clase trabajadora.
Exigimos de manera pública al SNTE y a la Coalición de Sindicatos independientes una postura ante estos hechos. Tal vez, es tiempo de redefinir las alianzas. Tal vez, es tiempo de estar del lado de sus agremiados.
En otro frente de lucha por nuestros derechos laborales, ya están llegando a Veracruz comisiones de prácticamente todos los partidos políticos, para establecer puentes de comunicación con los grupos magisteriales en insurgencia, con el fin de ofrecer candidaturas y otros “puestos”. Este es un campo inédito para el magisterio ya que tradicionalmente estos “acuerdos” los tomaban los líderes y por supuesto ellos eran los beneficiados. En Veracruz el PRI tiene operadores especializados en romper alianzas o coaliciones ganadoras, pero dependerá del magisterio organizado que sus artimañas no prosperen. Lo importante en el contexto electoral, es no olvidar que la única vía que nos queda para echar abajo la reforma educativa es la legislativa y, para ello, necesitamos una mayoría que nos represente.
Muchos de los acuerdos que se establezcan deberán ser nacionales y no locales, por ello, es importante que los diversos grupos insurgentes se definan en un frente o frentes de lucha, por ejemplo, el MMPV-Sur se ha focalizado en la lucha jurídica, otras facciones en coordinación con la CNTE plantean la lucha pedagógica, la democratización sindical y la movilización en calle como un mecanismo para negociar con el gobierno, otros grupos como la UIM, promueven la creación de redes regionales y nacionales de lucha contra las Reformas estructurales, la lucha por el espacio público, la lucha electoral, la lucha en el plano internacional, la lucha técnica para incidir en la implementación de la política de evaluación definida por el INEE (solicitando un lugar en la contraparte estatal para l@s maestr@s insurgentes).
Definir el espacio de lucha y sus actores es importante para establecer una agenda como Insurgencia ya no sólo magisterial sino social y con ello, disputarle a la clase política el poder público. La agenda estatal de la Insurgencia social, nos permitiría incidir con mayor fuerza en la toma de decisiones. Finalmente, en la semana que concluye ha resurgido un grupo que plantea la no utilización de siglas, desde este espacio creemos que las siglas crean círculos de confianza alrededor de ciertos cuadros dirigentes, por ello, es importante fortalecerlos, sin que esto se traduzca en dogmatismos que impidan el diálogo, ni sectarismos que imposibiliten ganar el poder público en la arena electoral. Es importante puntualizar, que como lo hizo en un principio este grupo que convoca a luchar sin siglas, si tiene siglas, lo cual es una contradicción que le resta credibilidad, la lucha nos ha permitido conocernos, la mejor opinión la tienen los compañeros insurgentes.
No hay tiempo para lamentaciones, es tiempo de actuar ya.
1 comentario:
Así es en las próximas elecciones sólo hay de dos sopas,o votamos por el pueblo,o contra el pueblo.
El pueblo ya está cansado de tantos fraudes electorales,y corruptos en el Gobierno,ni un voto al PRI.
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