Malos
salarios a los maestros
Luis
Hernández Montalvo
“La
primera condición para obtener el mejoramiento de nuestras escuelas es
remunerar debidamente a los maestros. Si esta condición imprescindible no se
llena, serán inútiles los mejores reglamentos, los programas escolares más
perfectos, las leyes más bien acabadas. El valor de la escuela y de la
enseñanza depende ante todo del maestro, y con sueldos malos nunca se
conseguirán buenos maestros”.
Profesor
Calos A. Carrillo, julio 1 de 1887
En 1968-1969, los
adolescentes que ingresamos a la secundaria en las Escuelas Normales Rurales
fuimos testigos de una promesa que llegó como propaganda política. Entonces se
nos dijo que al desaparecer catorce Escuelas Normales Rurales y que al ampliar
un año más a la carrera docente, se buscaba nuestra profesionalización; que a
partir de entonces; los profesores seriamos mejor pagados.
En junio de 1975 egresamos
decenas de jóvenes profesores y nunca vimos diferencia alguna entre los salarios
de los profesores que habían sido formados en el plan de tres años de aquellos
que nos formamos con el plan de cuatro años.
En junio de 1979, miles de
profesores protestamos en las calles demandando un salario digno. Los profesores
de los estados petroleros de Chiapas y Tabasco nos convocaron a organizarnos
ante la parálisis de los líderes formales del SNTE y en diciembre de ese año,
los trabajadores de la educación de todas las tendencias políticas hicieron a
un lado sus diferencias para construir la primera experiencia unitaria
posterior a 1943.
Las demandas fueron muy
concretas, respondían a las exigencias del momento: ”…luchar por un incremento
salarial del 30 por ciento al salario base y por un aumento del 100 por ciento
al sobresueldo”.
En 1984, una reforma
burocrática estableció la licenciatura como perfil de egreso de los
normalistas, después de haber cursado tres años del bachillerato pedagógico y
cuatro años de carrera. Entonces se decretó que los nuevos profesores de
educación básica, egresarían con el grado de licenciatura, y serían profesores –investigadores,
según establecía el perfil de egreso. A la distancia de 31 años, no existe una
sola evidencia de profesores-investigadores formados en las normales, ni de los
egresados con grado de licenciados, ni de parte de los formadores de licenciados
en educación; esto a pesar de que a tres décadas de distancia, la planta
docente de las Escuelas Normales se ha transformado y ahora, casi en su
totalidad, son profesores con grados universitarios de licenciatura, maestría, y doctorado.
En las últimas tres décadas,
los licenciados en educación ganan el mismo salario base de aquellos maestros
que solo cursamos la carrera tres o cuatro años después de la secundaria. En cuarenta
años la mejora salarial ha sido una aspiración que para muchos jóvenes, se
convirtió en una frustración personal y gremial al grado de abandonar la
carrera docente para dedicarse a otros oficios distintos a la docencia.
En mayo de 1992 con la firma
del Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica –ANMEB- el
discurso no escatimó en palabras y promesas, por fin se propusieron “Revalorar
a los maestros” y por primera vez, se plasmó por escrito el concepto o la idea
del “Salario Profesional”. Así estaban
las ideas de los líderes sindicales y de la administración educativa:
“Salario profesional Desde
el 1o. de diciembre de 1988 y hasta antes del pasado Día del Maestro, los
salarios del magisterio habían recibido importantes incrementos que significaron
para el maestro comenzar a recuperar su poder adquisitivo. Aun tomando en
consideración que el esfuerzo del pueblo y gobierno de México ha sido enorme,
es preciso admitir que lo obtenido es todavía insuficiente para remunerar y
motivar adecuadamente a los maestros. En consecuencia, el Gobierno Federal y
los gobiernos estatales convienen en continuar esforzándose para mejorar las
percepciones del magisterio. El 15 de mayo pasado, como es habitual en esa
fecha, el Gobierno Federal acordó con el SNTE el otorgamiento de un aumento
adicional. Con ese importante incremento, se alcanza el intervalo de entre tres
y cuatro salarios mínimos, señalado por la propia organización gremial como
salario profesional. Con este nuevo esfuerzo -que hace que en la actual
Administración se haya acumulado un incremento muy sustancial- el salario de la
plaza inicial, que es el más bajo del escalafón docente y que en diciembre de
1988 equivalía a 1.5 salarios mínimos, superará el equivalente a tres salarios
mínimos, y la mayoría de los maestros estará percibiendo un equivalente
superior a 3.5 veces el salario mínimo general del país”.
Y antes que nosotros los
maestros de Preescolar y Primarias de la Sección 9 del SNTE del Distrito
Federal; demandaban en voz del maestro Othón Salazar lo siguiente:
“No pedimos imposibles. A la
Sección X le concedieron el 100 por ciento de sus demandas; a la mayoría de los
maestros de los estados más del 30 por ciento; a sindicatos obreros también más
del 30 por ciento. A pasantes de medicina, el 100 por ciento”.
“Nuestro pliego de
peticiones es mínimo. Demandamos únicamente lo indispensable y vital. No podemos
aceptar reducciones o mendrugos insignificantes. ¡Ni un paso atrás en el pliego
de peticiones!” –julio 3 de 1956.
Posteriormente, en diciembre
de ese año el Movimiento Revolucionario del Magisterio hace público su pliego
de peticiones de doce puntos, del que destaca un incremento salarial: “Qué los
sueldos de los maestros se aumenten en un 40 por ciento a partir del 1º de
enero de 1958” –Las luchas magisteriales de 1956-1960, Gerardo Peláez,
Ediciones de Cultura Popular, 1984.
Así llegamos a 2015
esperando que se cumplan las promesas de los líderes y de la administración educativa;
pero hay que decirlo con honestidad, poco o nada podemos esperar en el futuro
ante un magisterio conformista y un sindicalismo que busca el control político
de los trabajadores, antes que su representación en los asuntos profesionales. En
nuestro horizonte inmediato solo amenazas podemos esperar.
En este año, el problema
salarial estuvo ausente de los discursos en los festejos del día del maestro,
la más mínima referencia; y quienes saben de legislación laboral, se sorprenden aún más, el que no se haya publicado el Acuerdo SEP-SNTE sobre la supuesta "negociación salarial" en el Diario Oficial de la Federación. Maestros ¿No pasa nada? . Es muy probable que el lunes 25 de mayo, la SEP
comunique los nuevos criterios para acceder y permanecer en Carrera Magisterial
otro programa que los líderes del SNTE y la
SEP corrompieron para promover a los incondicionales, a los peores maestros del
gremio. (24 de mayo de 2015).
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