“Por mucho tiempo, la noble profesión del magisterio ha sido de las más despreciadas, y es de las peor pagadas. Nadie desconoce el mérito de esta profesión, nadie deja de designarla con honrosos epítetos; pero al mismo tiempo, nadie respeta ni guarda atención a los pobres maestros que, por lo mezquino de sus sueldos, tienen que vivir en lamentables condiciones de inferioridad social”.
Partido Liberal Mexicano, julio de 1906
La celebración del Día del Maestro se llevó a cabo por primera ocasión el 15 de mayo de 1918, mediante un decreto firmado por el presidente Venustiano Carranza.
En cuanto a los nombres de quienes promovieron el homenaje nacional al magisterio, pocos lo saben, pero fueron dos legisladores coahuilenses quienes elaboraron la iniciativa: el doctor Enrique Viesca Lobatón y Benito Ramírez García, representantes populares por los distritos de Viesca y Piedras Negras respectivamente. Ellos argumentaron que se tomara como fecha el 15 de mayo, en alusión a la toma de Querétaro en 1867 por parte de las tropas republicanas contra el Imperio de Maximiliano.
En una de las primeras sesiones de aquella Legislatura el doctor Viesca, apoyado por el C. Benito Ramírez, subió a la tribuna para presentar su iniciativa de decreto que consagrara un día de cada año para honrar a los maestros de toda la República, misma que se aprobó por 116 votos a favor y 16 en contra, emitiéndose así el consecuente punto de acuerdo que establecería el 15 de mayo como “DÍA DEL MAESTRO”.
El magisterio nacional a lo largo de la historia ha sido un gremio con muchas carencias, se le ha exigido mucho y se le ha dado poco.Muchos de sus males estriban en su forma de organización y en los estilos de liderazgos entregados al Estado, además de practicar un sindicalismo en el que no se tiene la conciencia de lucha, aun a sabiendas de que en los sistemas capitalistas las conquistas no se otorgan graciosamente, sino que deben exigirse.
Desde la creación del sindicato magisterial el mismo se ha caracterizado por ser una organización cuyos liderazgos han estado al servicio del régimen y las bases no hacen valer sus principios estatutarios, ni han sido capaces de sustituir a los dirigentes sumisos por otros que verdaderamente luchen por la defensa de los intereses de sus agremiados.
Desde su creación, así se fraguó su estilo de funcionamiento, en torno a una serie de liderazgos vitalicios en donde han prevalecido simulaciones de obediencia hacia los mismos o hacia el guía moral en turno
El SNTE obtuvo el monopolio de la representación de los maestros de mano del presidente Ávila Camacho, quien autorizó a la Secretaría de Hacienda que retuviera la cuota sindical a los maestros y la entregara al secretario general del SNTE y así poder afianzar un corporativismo que afectó a los trabajadores.
El Sindicato fue defensor fiel del nacionalismo revolucionario, el abogado número uno de la filosofía del artículo tercero de la Constitución (excepto en la porción donde se habla de democracia), y forjador en el discurso, pero no practicante de la filosofía educativa de México. Atributos que le sirvieron para fraguar camarillas que se apropiaron de la representación de los maestros. Una camarilla es un grupo de personas que se asocian para proteger sus intereses ilegítimos dentro de alguna institución.
Durante siete décadas, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación logró medianamente cumplir con la lógica bajo lo cual fue creado: apoyar al partido en el poder y mantener el control sobre sus agremiados, asegurando así la estabilidad política y la expansión continua del sistema educativo en México. Sin embargo, este modelo corporativista ha cobrado un alto costo, tanto a los miembros de base dentro del sindicato como en la calidad de la educación en este país. Mientras el SNTE conseguía importantes prestaciones laborales para sus agremiados, éstas se distribuían de forma desigual, privilegiando a los maestros afines a la dirigencia, y marginando a los disidentes.
A pesar de las promesas de sus dirigentes de crear espacios para distintas corrientes de oposición dentro del sindicato, a lo máximo que se llegó fue que sólo el 2 por ciento de los cargos nacionales fueran ocupados por los disidentes, muchos de ellos producto de negociaciones. Y eso que en muchas entidades existen secciones sindicales afines a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. (CNTE)
El 15 de mayo de 2015 a 72 años de la fundación del SNTE, en la celebración tradicional del Día del Maestro, habrá manifestaciones de muchos grupos disidentes que externarán su descontento contra la reforma laboral disfrazada de educativa.Esos movimientos de los profesores en lucha provienen de una realidad de miseria e injusticia que se mantiene en un ciclo negativo, pues tales condiciones generan atraso educativo y estancamiento social.
Esos profesores saben que detrás de la fachada supuestamente amable de la llamada reforma educativa no hay un proyecto de reivindicación social, sino de pragmatismo laboral y realineamiento político.
Eso por un lado, pero por el otro también estará presente la tradicional actuación de la línea institucional que simula, calla y se convierte en cómplice de los proyectos de la clase gobernante, por temor a que los alcancen las acusaciones que llevaron al encarcelamiento de la última lideresa moral del SNTE.
En la actualidad el magisterio es uno de los sectores laborales más golpeados y amenazados, hay una serie de beneficios y conquistas que los liderazgos sumisos dejaron perder con los brazos cruzados, no solamente no han movido un dedo para buscar algún otro beneficio en favor de los trabajadores de la educación, sino que lo que ya tenían lo están dejando perder, y además dan información falsay callan la realidad del negro panorama en que se encuentran sus agremiados.
Niegan o se hacen omisos que las evaluaciones docentes traerán consecuencias como el despido y pérdida de salario, pues muchos beneficios no eran leyes, sino simples convenios políticos con los gobernadores de las entidades federativas.
Se ha perdido también la negociación local que se tenía desde 1992, ya no funciona el escalafón, esta oportunidad que había de ascenso de un maestro de grupo a director, a supervisor, o a jefe de sector.
En lo que se refiere a las dirigencias seccionales, tal parece que se diera en el marco de un concurso por la incultura y la deshonestidad, pues estas se convierten en réplica de los liderazgos nacionales.
Es por eso que las tradicionales respuestas a las peticiones del magisterio mexicano en su día, este año sean aún más raquíticas que las que se lograban en el pasado.
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