Elba Esther Gordillo,
la lección que deja
Luis Hernández Montalvo
Aún no le tomaban su declaración
ministerial a la Presidenta del Consejo General Sindical para el
Fortalecimiento de la Educación Pública del SNTE; detenida el martes 24 de febrero
del año en curso, acusada por varios delitos financieros en el desvío de más de
2 mil 600 millones de pesos de las cuentas del SNTE a cuentas personales detectadas
por la Procuraduría General de la República (PGR); cuando sus compañeros,
reunidos en la XXXVI Sesión Extraordinaria del Consejo Nacional del SNTE,
decidían nombrar a un nuevo Presidente.
Sin discusión previa; sin nombrar
a la maestra por su nombre, 268 consejeros votaron a favor de la designación del
profesor Juan Díaz de la Torre como su nuevo Presidente. Solo un consejero se
abstuvo.
La noche del 24 de febrero fue la
noche más larga y triste de la “maestra”. Sus compañeros más leales la
abandonaron a su suerte personal y política; ninguno de los 269 consejeros
demostraron la estatura moral que quiso construir enviándolos a las
universidades privadas para formarse en un nuevo concepto de liderazgo.
Nadie quiso arriesgar su espacio
de confort y su posición política en el sindicato más grande y poderoso de
América Latina; nadie quiso enterarse de la nueva condición de su líder por 24
años, ahora presa en la cárcel para mujeres de Santa Martha Acatitla, en el
Distrito Federal.
Más de millón y medio de
trabajadores de la educación fueron desmovilizados desde la Presidencia de la
República y la primera lección que seguramente aprendieron los trabajadores
radica en que una organización como el Sindicato Nacional de Trabajadores de la
Educación, que no es capaz de defender la integridad de su líder, tampoco podrá
hacerlo por cada uno de los hombres y mujeres que conforman al gremio controlado
por el poder político de la Presidencia y los órganos del Estado.
Contrasta el silencio y el
abandono a la maestra Elba Esther Gordillo con la euforia porque el Consejo
Nacional designó a un nuevo Presidente.
La maestra no solo fue abandonada
por sus compañeros sindicalistas; también la dejaron en su soledad la
burocracia política aglutinada en el Partido Nueva Alianza. Esa noche se
acabaron los amigos y las lealtades políticas; ahora, sus más leales, se han
convertido en sus carceleros.
Estamos seguros que se acabó la
carrera política de la maestra Elba Esther Gordillo; se acabaron los amigos, ya
no hay compañeros y su encarcelamiento temporal, nos indica que tan frágil es
la condición humana y los límites de la ambición de las personas.
Elba Esther Gordillo dejará de
percibir su salario de profesora de educación básica, ya no serán transferidos a
sus cuentas personales más de millón y medio millones de pesos anuales por
conceptos de cuotas sindicales. Tampoco podrá disponer de los cuantiosos y
millonarios recursos destinados a programas educativos de millones de niños y
jóvenes y esperamos que pronto sepamos en donde quedaron los recursos
canalizados por la vía de fideicomisos, negocios, compras y adquisiciones de
bienes muebles e inmuebles, en el país y en el extranjero.
Las nuevas condiciones en el SNTE
no solo van a tener un impacto negativo entre el magisterio y en cada uno de sus
agremiados. La relativa autonomía lograda en los dos sexenios de los gobiernos
del Partido Acción Nacional, se verá fuertemente afectada por los nuevos
controles del gobierno y del Partido Revolucionario Institucional.
El profesor Juan Díaz de la Torre
fue uno de los cuadros de mayor confianza de la profesora Elba Esther Gordillo;
ella lo formó y lo colocó en un lugar estratégico en la estructura del SNTE;
pero decidió guardar silencio, los gastos de los abogados que llevan su causa
está a cargo de la familia y no de la organización a la que representó por más
de 20 años.
¿Cuál será el destino del SNTE en
los próximos años? No lo sabemos aún, pero el sometimiento autoritario de sus
dirigentes y el encarcelamiento de su Presidenta, no busca moralizar la gestión
pública de los hombres y mujeres que dirigen nuestras instituciones; sino
enviar un claro mensaje de que en este país democrático, no se tolera la disidencia,
ni los cuestionamientos a las políticas del gobierno y si vemos las cosas con
claridad y honestidad, este mismo procedimiento debió haberse practicado con
los líderes de los partidos políticos que suscribieron el pacto Por México.
Con el descabezamiento del SNTE,
también caen las aspiraciones de algunos gobernadores para ser candidatos a la
Presidencia de la República para el 2018. En una reunión posterior a la captura
de la profesora Elba Esther, el Presidente de la República logró el apoyo
incondicional de los gobiernos locales en sus medidas policiacas y acordó
ponerle un cerco a los grupos de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la
Educación (CNTE) para restarle influencia a los grupos de presión que andan
jugando a la “política educativa alternativa”.
Ahora esperemos la desbandada de los cuadros
políticos del Partido Nueva Alianza y su posterior liquidación. Por lo que se
refiere al Partido que impulsa Andrés Manuel López Obrador, podrá esperar su
registro a que vengan mejores tiempos.
En cuanto a los Partidos Acción
Nacional y de la Revolución Democrática ya tendrán tiempo de realizar sus
balances respectivos cuando tengan que justificar la inauguración de la nueva época
del Partido Revolucionario Institucional, que ahora ya tiene un líder que puede
hacer lo que quiera sin oposición digna de ser tomada en cuenta. La reforma a
los estatutos del PRI son un claro ejemplo que no ven ni los intelectuales, ni
los académicos y mucho menos la oposición de izquierda y derecha ancladas en
sus antiguos dogmas y fobias decimonónicas (03-03-2013).
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