La autoritaria armonización educativa Manuel Fuentes Muñiz

No es casualidad que mientras los Congresos legislativos de los estados han bajado la cabeza aceptando sumisamente reformas lesivas en contra del magisterio nacional, al mismo tiempo jueces de distrito en materia de amparo califiquen “de constitucionales” las modificaciones de la reforma educativa.

Tampoco es casualidad la existencia de abogados limosneros de gobierno que digan a los maestros que ya no hay nada que hacer contra la reforma educativa, argumentando que los amparos contra las reformas a las leyes de educación en los estados no procederán. No, no es casualidad porque existe un plan armado para hacer que los docentes dejen de pelear por sus derechos laborales, que acepten que han sido borrados como trabajadores y que la autoridad podrá hacer de ellos lo que se le antoje.

En recorridos recientes que he realizado en diversos estados de la república me he encontrado con grupos de maestras y maestros que resisten con dignidad esos embates dirigidos desde las oficinas de Emilio Chuayffet, flamante secretario de educación pública.

Los maestros ven con preocupación que está llamada reforma educativa representa un retiro de responsabilidades del Estado con la educación pública gratuita. Las “cuotas voluntarias” o “donativos”, que no están prohibidos en esta reforma se acrecientan como una exigencia a los padres de familia.

La escasez de recursos es notable en cientos de municipios que tienen la responsabilidad de sostener la escuela pública que ahora les impone la reforma educativa. Apenas si tienen para pagar salarios de sus trabajadores mucho menos para hacer frente a las necesidades que hay en los centros escolares de su jurisdicción.

Me he encontrado con denuncias del uso indebido de las “cuotas voluntarias” de los padres de familia al facturar el monto de estos recursos a nombre de la Secretaria de Educación Pública como si ésta fuera la aportante. Estas cuotas no tienen nada de voluntarias, ya que se obliga a los padres a realizarlas periódicamente con el riesgo de que haya consecuencias para sus menores hijos.

A los docentes ya se les convierte en coadministradores de los recursos que se manejen, junto con los padres de familia. Además de estar en sus horas clase frente a grupo tienen que abrir espacios, aún fuera de su jornada de trabajo, para tener reuniones con padres de familia, evaluar el tipo de compras y llevarlas a cabo, desligando de toda responsabilidad al gobierno. Este dice con sus reformas “ese no es mi problema”.

Estas nuevas actividades de los docentes sin mejora en sus salarios, los vinculará en cambio con procedimiento de responsabilidades en las contralorías por el manejo de fondos, función que corresponde llevarlas a cabo por personal capacitado en materia de administración.

A la par, desde la ciudad judicial de Cholula Puebla jueces de distrito en materia de amparo se refieren a que la estabilidad en el empleo no es un derecho adquirido para los docentes, que no hay violación alguna a sus derechos el que se instaure un procedimiento sumario en su contra, sin acta administrativa, sin la presencia de su representación sindical, sin que tenga derecho a estar presente el afectado cuando se le acuse de alguna falta.

Esos jueces serviles del poder dicen que nada afecta a los maestros con la reforma educativa ya que su derecho de audiencia está protegido. Que el juicio sumario les garantiza todos sus derechos ya que pueden responder por escrito, en forma privada, para cuestionar las acusaciones del patrón. Qué aunque éste sea el único que las califique y las interprete, no deben nada que preocuparse, ya que tienen un recurso de revisión que será resuelto ¡por su propio patrón!

No se preocupen, les dicen los jueces a los maestros, no hay violación a sus derechos humanos. En México se respetan los derechos fundamentales y ahora esta reforma educativa es un ejemplo, eso dicen, actuando como cómplices del sistema.

Los jueces guardan silencio ante el desconocimiento de los docentes como trabajadores, de que ahora se les convierte en un objeto, en una cosa, sin derechos laborales. Lo que vale en estas reformas únicamente es la voz del patrón y nada más.

Las condiciones generales de trabajo, los contratos colectivos, los nombramientos se van a la basura. La bilateralidad desaparece por decreto; es un estorbo dicen, lo mismo desde la presidencia de la república, legisladores y jueces de pacotilla.

La organización sindical se prohíbe de facto. A partir de las reformas se convierte en un simple adorno. Únicamente quienes detentan la dirección nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, por sus siglas conocido como SNTE, se les permite hablar para aplaudir la reforma peñista, de lo contrario las acusaciones penales se pueden enfilar a ellos. Les dicen: recuerden a Elba Esther.

En los estados de la república los docentes resisten con dignidad; ellos no se oponen a las evaluaciones, a una mejora en la educación, por el contrario exigen que el gobierno asuma su responsabilidad ante los educandos en defensa de la escuela pública, gratuita y laica, que es su obligación.

Pero esta reforma educativa es un engaño sustentada en el autoritarismo. Pero esas acciones gubernamentales impuestas así, serán un fracaso.

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