Cuando vuelvan los días gloriosos
estaré debajo de la tierra.
Habrán cumplido -los gusanos voraces,
como obreros fraternos,solidarios-
con la ciega tarea que les fue impuesta,
desde el día en que la vida
surgió sobre el planeta...
Cuando vuelvan los días gloriosos,
recogerá de los corazones el latido
y del nuevo vivir será fermento...
me habré vuelto polvo, más sentiré la dicha,
prolongada en aquellos que aprendieron mis palabras,
y por ellos ascendieron, hasta el mundo
inmortal de la ideas.
• Otras voces serán
-que alguna vez fundiéndose en la mía-
las que eleven -jocundas- sus acentos
Allá, abajo, mi polvo estremecido,
sentirá el vigor de las canciones.
Lerdo, Dgo. 1956.
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