El INEE, sus
directrices y las escuelas normales
"Si deseamos una organización instructiva para
maestros y educadores, un establecimiento de formación pedagógica, habrá de
inspirarse en aquel espíritu social. Debe ser fundamentalmente un acerbo
social, una comunidad de vida y trabajo, en la que cada educando aislado pueda
alcanzar el conocimiento de valores ilimitados, y descubrir y desarrollar la
tendencia y habilitación para realizar
dichos valores en la futura personalidad. Ésta es la primera exigencia
fundamental que debe pedirse a todo establecimiento formador del
magisterio".
GEORG KERSCHENSTEINER
El alma del educador y el problema de la formación del
maestro
EDITORIAL LABOR, S.A., Barcelona, Madrid, Buenos
Aires, Rio de Janeiro, -México- Montevideo. Primera impresión, 1928,
reimpresión, 1956.
Luis Hernández Montalvo.
Las Instituciones
de formación docente inicial; después del Programa para la Transformación y
Fortalecimiento Académico de las Escuelas Normales de la última década del
siglo pasado; no habían experimentado una reforma significativa; hasta las recientes Directrices para mejorar la formación
inicial de los docentes de educación básica; emitidas en días pasados
por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación INEE; lo que abre
un debate que; si bien involucra en primer término a la Secretaría de Educación
Pública y a los gobiernos locales, este debiera ser un tema de especial
atención del magisterio en general, pero de los profesores de las escuelas
normales, de la Universidad Pedagógica Nacional y de las universidades en la
formación inicial de los docentes de educación básica en particular.
El INEE para
justificar la emisión de sus directrices, ha recurrido en primer lugar a lo que
establece el artículo tercero constitucional en los siguientes términos:
“De acuerdo con la
definición de calidad educativa establecida en el artículo tercero de la
Constitución Política de nuestro país: “el Estado garantizará la calidad de la
educación obligatoria de manera que los materiales y métodos educativos, la
organización escolar, la infraestructura educativa y la idoneidad de los
docentes y los directivos garanticen el máximo logro de aprendizaje de los
educandos”. Así, para contribuir al cumplimiento de este mandato, el INEE ha
enfocado su atención en uno de los elementos que contribuyen a elevar la
calidad de la educación: la idoneidad de los docentes de educación básica...”
Esta
medida está motivada por los resultados de las evaluaciones de oposición
recientes y que tienen como finalidad seleccionar
a los mejores maestros para incorporarlos al Servicio Profesional Docente. En
un video difundido por Once Noticias: “Rezago 20 años en escuelas normales:
INEE, se puede leer lo siguiente:
El
INEE concluyó que las escuelas normales que forman parte del nivel superior de
estudios “Tiene una brecha de 20 años en relación al resto de los organismos
que conforman el sistema de educación superior”. Más adelante, señala de qué
tamaño es la brecha entre las escuelas normales y las otras instituciones de
educación superior con respecto al nivel académico del cuerpo docente:
“docentes de tiempo completo con doctorado: normales públicas 7.4%;
Universidades: 24.9% Fuente INEE”
En
el documento de Directrices se afirma que: “no ha habido una política integral
que fortalezca objetivos y rutas articuladas de trabajo en torno a la mejora de
las escuelas normales formadoras de docentes”. En la primera Directriz,
apunta los aspectos clave de mejora en los siguientes términos, entre otros: “Definir
el perfil idóneo de los formadores de docentes y del personal directivo de las
escuelas normales. Establecer procesos de ingreso mediante concursos de oposición
transparentes, así como criterios y mecanismos para la promoción y la
permanencia que aseguren altos perfiles académicos”.
Con
las cuatro directrices emitidas, el INEE; emplazan a las autoridades educativas
–federales y estatales- encargadas de tomar decisiones en materia de política
educativa y para ello, les imponen un plazo no mayor a los sesenta días: “Las
autoridades educativas tienen 60 días naturales para responderlas”.
El
documento sobre las directrices se sustenta en el actual marco jurídico que
regula la educación pública y; en un diagnóstico sobre las escuelas normales,
la Universidad Pedagógica Nacional y las universidades que paralelamente, se
encargan de la formación inicial de los docentes, veamos algunos datos al
respecto:
“Se
tienen registradas 449 escuelas normales, de las cuales 188 son privadas, con
una matrícula total de 121 342 estudiantes (SEP, 2015a). Por otro lado, en el ciclo
escolar 2013-2014 las 76 unidades y 208 subsedes de la Universidad Pedagógica
Nacional (UPN) tenían matriculados 25 770 alumnos en licenciaturas de formación
docente, y operaban con 4 107 académicos (INEE, 2015a). En ese mismo periodo,
las demás IES tenían 20 180 alumnos matriculados en licenciaturas de formación
docente impartidas en alguno de los 695 planteles registrados”.
Finalmente,
regresando al epígrafe colocado al inicio de este pequeño esfuerzo, las
escuelas normales para que puedan cumplir con las expectativas de una formación
inicial docente de calidad; se hace necesario que se conviertan en verdaderas
comunidades de aprendizaje; en colectivos en donde se debatan los cambios
sustantivos de cada institución que puedan incorporar lo mejor de su pasado
inmediato a los nuevos retos de la formación inicial de los maestros del siglo
XXI. Si no ocurre lo anterior, la reforma se impondrá. A continuación, los
archivos para su consulta. (26 de septiembre de 2015.)
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