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lunes, 5 de agosto de 2013

Educación pública: Un espacio complejo de la vida nacional Luis Hernández Montalvo


Educación pública: Un espacio complejo de la vida nacional

Luis Hernández Montalvo

“…así con ese abandono, con esa inverosímil miseria muchos niños aprendían a leer, uno que otro a escribir en la mesilla del maestro y varios conocían la aritmética. ¿Sería conveniente la clausura de esas escuelas porque ni los maestros tenían títulos ni las escuelas útiles, ni muchas de las autoridades idea de Froebel ni de las lecciones de cosas?”

Guillermo Prieto

Primeras letras Profesores del ramo, 10 de enero de 1891.

 

                                                                                                      No sabemos desde cuándo la educación pública se convirtió en un asunto complejo. Noticias que vienen de del tiempo remoto, desde tiempos de la colonia nos indican que la educación de los niños, prácticamente se reducía a la enseñanza de la lectura y la escritura, la enseñanza del cálculo. En 1821 cuando la Nueva España se independiza, de la metrópoli, había 99 por ciento de analfabetas.
 En dos siglos se han producido cambios muy importantes que no es posible negar; pero aún existen grandes áreas de nuestro territorio en donde la educación pública que se imparte a los niños y jóvenes es similar a la que se describen en las crónicas y escritos de época por intelectuales liberales como lo hacen Ignacio Manuel Altamirano y Guillermo Prieto en la segunda mitad del Siglo XIX.
El veinte de marzo del año en curso, en una larga comparecencia del Secretario de Educación Pública con los Diputados  de la Comisión de Educación y Asuntos Educativos, el funcionario señalaba el estado que guarda nuestro sistema educativo; desde la Educación Preescolar hasta la Educación Media Superior; por ejemplo, decía lo siguiente:
“-Quiero presentarles las cifras. En primaria se cubre el 100 por ciento de la “demanda”, ahí no tenemos mayor problema. En secundaria se cubre el 95 por ciento de la demanda. Por cierto, el 50 por ciento son las secundarias generales, el 28 por ciento son las secundarias técnicas y el 22 por ciento son las telesecundarias”. Los Diputados escucharon casi con reverencial atención y no se permitieron preguntar, por ejemplo: ¿Cuántos de los niños que ingresan a primer año de educación primaria, seis años después la culminan? ¿Cuántos niños que no son “demanda escolar” se quedan fuera de las aulas y de su derecho a asistir a la escuela? ¿Cuántos de los niños que egresan de la educación primaria son “demanda de ingreso a la secundaria”? Veamos cómo justifica la implantación de la telesecundaria:
“-Déjenme contarles que cuando fui secretario de Educación en mi estado, se inició el programa de Telesecundaria y que yo no creía en él porque había muchos tipos de problemas, desde la seguridad para los aparatos, hasta la llegada de la señal a las aulas, pero con el tiempo, a través de las giras que yo llevaba a cabo en el territorio de mi estado, empecé a hacer comparaciones entre los niños de telesecundaria y de secundaria general. La poderosísima fuerza de televisión, amalgamando la explicación del profesor del aula, con contenidos didácticos grabados previamente, era verdaderamente formidable”. Si así son las cosas, entonces ¿Por qué no universalizar las telesecundarias como la mejor opción de educación”? ¿A qué tipo de escuela secundaria asisten los hijos y nietos del señor Secretario? Posteriormente, anunciará sus planes para hacer universal el derecho de los jóvenes su derecho a la educación media superior y otra vez,  las preguntas quedan flotando en el aire ante una Comisión de Educación complaciente ante el funcionario y en esto, la misma actitud tanto de los diputados del PRI como los diputados de la oposición ahí representada.

-“-Lo digo, porque ya estoy anunciando otro reto, la tecnología en la educación es una puerta que en México no hemos abierto del todo y que tenemos que irrumpir en ella, sólo que no podremos hacerlo si no capacitamos a los maestros. Nada será posible sin ellos y por eso con el magisterio podemos soñar en un México con una educación de calidad, que es uno de los ejes rectores que el presidente Peña propuso a la nación, el 1 de diciembre pasado”. Tal vez se refería a la compra de laptos para los jóvenes, negocio que terminó en un escándalo con las empresas con las que se había firmado los contratos de compra-venta.
El señor Emilio Chuayffet Chemor  continúa exponiendo frente a un grupo de diputados casi ignorantes de una materia tan delicada y compleja como la educación pública y sobre la cobertura de la educación media superior. Estas son sus palabras: “-En educación media superior se baja sensiblemente la cobertura, 66 por ciento. No es lo mismo 95 –se refiere a la cobertura de la educación secundaria que según las estadísticas de la SEP es de 95 por ciento- que 66 y aquí viene otro problema, como ustedes son los que aprueban el presupuesto me estoy excediendo con el objeto de lograr su comprensión, hoy en día en mi legislatura, en la LXI, aprobamos el bachillerato con carácter de obligatorio”.
“-Es decir, este mes de septiembre tendremos que darle educación media superior a todo el que lo solicite, sólo que la realidad nos dice que no tenemos los espacios necesarios, las aulas; que no tenemos los maestros necesarios. Hay más maestros, 208 mil, 215 mil en media, 307 en superior, hay más maestros en la educación superior que en bachillerato. Y entonces, tendremos que hacer acopio de esfuerzo, de lograr que la reforma hacendaria y fiscal, que bien decía el diputado De la Vega, se pueda hacer frente a este compromiso, porque es un compromiso. La educación obligatoria en México llega ya de preescolar a la preparatoria, sólo que hoy por hoy, señores diputados, no contamos con todos los elementos para proporcionarla en los términos de calidad que queremos”. Dice el señor Secretario que ahora la cobertura de la educación media superior llega al 66 por ciento. Es en este nivel donde se puede observar con mayor crudeza el rezago educativo, veamos que nos dice a continuación:
“-Y finalmente, ahí desciende todavía más la cobertura. El 45 por ciento de la población que emerge de la educación media superior llega a la educación superior. Nosotros hemos contraído dos compromisos, subir del 66 al 90 por ciento la cobertura del bachillerato, se los digo con toda franqueza, es una meta paradigmática, es el flechador del cielo”.
“-Reyes Heroles decía que cómo había sido posible que en el 3o. constitucional se declarara obligatoria la educación primaria con un 84 por ciento de analfabetas, y explicaba: es que se trata de una utopía que debe guiarnos hasta volverse realidad. Es el flechador que flecha al cielo, para que si no tenemos hoy gente alfabetizada y gente con escolaridad primaria, la tengamos muy pronto. Igual en la media superior”.
“Debo confesar que se antoja, muy difícil, después de estos tres meses que hemos estado empapándonos de los temas educativos a mayor detalle, llegar al 90. Si llegamos al 84 por ciento, 84 por ciento de la cobertura en media superior, estamos del otro lado. Podremos decir que el esfuerzo se habrá hecho sobresalientemente”.
“-Agrego, ningún país del mundo tiene el 100 por ciento de cobertura en media superior. Los países más avanzados llegan al 94, 95 por ciento”.
Y finalmente, en la superior les di un dato más, les dije que era el 45 por ciento. No, es el 33 y queremos llegar al 45 por ciento en educación superior. Con un cambio radical aquí, desde la media superior, que tiene que ver con lo que deben ser las competencias y destrezas que el alumno adquiera en esos niveles. El Secretario dice que ahora, sólo el 33 por ciento de los jóvenes que egresan de la educación media superior ingresan a la educación superior. Las notas de prensa de los últimos días ilustran lo contrario en cuanto a los rechazados de las universidades públicas y por lo tanto, se busca darle una formación dual a los jóvenes, una modalidad terminal para que los jóvenes que egresen del bachillerato, se incorporen al mercado de trabajo, mientras que una minoría ingresa a las universidades:
“-Hay un sistema, el alemán, que se llama sistema educativo dual. Califica para seguir en la escuela, pero también califica para la vida productiva. Y esto es algo en lo que llevamos muchos años y no tenemos todavía resultados que sean dignos de presumir”.
“-Tenemos que hacer que el aparato productivo y la escuela media superior y superior tengan puente de enlace que permita al estudiante vincularse al mercado productivo”. Pero si el gobierno ahora es incapaz de dar educación superior a los jóvenes que la demandan, ¿Estará el gobierno en condiciones de brindarles trabajo a los jóvenes que egresen de la educación media superior, cuando no lo hace con los egresados de las universidades con los grados de licenciatura, maestría y doctorado? ¿Y los diputados que representan los intereses de la nación? Aplauden, aplauden y felicitan al señor Emilio Chuayffet. (06-08-2013).



 

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