La educación pública
frente a la estridencia burocrática del Estado
Luis Hernández Montalvo
El primero de diciembre de 2013
llegó un nuevo huésped al palacio nacional y desde este simbólico lugar del
poder público del país; se inició una campaña de desprestigio al magisterio sin
precedentes en los dos siglos de la historia de la educación pública en México.
Desde este espacio y frente a los
hombres y mujeres que integran la nueva clase política, se instruyó a la Secretaría
de Educación Pública para la “recuperación de rectoría del Estado en la
educación pública”. En las semanas y en los días previos a este acontecimiento;
los medios de comunicación electrónicos e impresos coincidieron en acusar al magisterio
de los crímenes de los cuales, no tenía conciencia.
Sin que el nuevo gobierno
realizará un diagnóstico de la educación pública que recibía y sin una
exploración previa, dejó que las televisoras y que sus líderes de opinión
acumularan los testimonios y las pruebas en contra de los maestros mexicanos culpables
del desastre educativo y del
estancamiento económico nacional.
El nuevo gobierno alentó a los
enemigos ideológicos de la educación pública y sin el menor recato, propició la
articulación de los acusadores en organismos de la “sociedad civil” y que son
liderados por organismos y personajes de las cúpulas empresariales.
Aquel primero de diciembre
estaban juntos; los que prepararon el documental “de panzazo”; las grandes
corporaciones económicas aliadas al nuevo Estado mexicano en contra de los “privilegios
de los trabajadores” y que días anteriores, habían logrado una reforma laboral
demasiado ventajosa para los intereses del capital; violentando el marco
constitucional de 1917.
Ahora todos juntos, líderes de
los tres principales partidos políticos acuerpados en el Pacto Por México, también
presiden el acto los líderes del Congreso de la Unión cooptados y controlados
por las corporaciones económicas empeñados en destruir cualquier vestigio
público que pueda cuestionar su imperio sobre la explotación de nuestros
recursos naturales y energéticos y no faltan en el escenario los testigos
falsos, que son junto con los jueces, parte de un mismo cuerpo ideológico y
programático, tanto en el comportamiento ético de cado uno de los legisladores –de
todos y cada uno de ellos ahí presentes- como en la moralidad que adquiere el
comportamiento del Estado frente a la violencia y frente a la delincuencia
organizada; toda vez que se han traspasado las fronteras de la legalidad y de
la ilegalidad.
Los profesores de educación
básica y media superior agremiados en el SNTE, no tienen a quien dirigirse; su
Presidente nacional, la señora Elba Esther Gordillo Morales con más de dos
décadas en el poder sindical, fue tomada presa el 26 de febrero del año pasado
y el cargo se lo han dejado a un personaje oscuro, sin autoridad, sin credibilidad
frente a los trabajadores y frente a la sociedad.
Los líderes sindicales son exhibidos
por sus excesos en el despilfarro de las cuotas sindicales; por la corrupción
imperante en los sindicatos y en los grupos sindicales emergentes como una
forma de desalentar cualquier intento de disidencia.
En México ya no hay disidencias
reales sino montajes escénicos artificiales de desacuerdos. El Sindicato
Nacional de Trabajadores de la Educación, no ha sido y ahora menos, útil a los
trabajadores de la educación y está muy lejos de pretender ser útil a la
educación y a la nación en su conjunto para que pueda remediar sus males. ¿Y
que son los Congresos Nacionales y los Consejos del SNTE? Y alguien en la más
absoluta inconciencia dirá que no importa el SNTE si contamos con la
Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.
¿A quien se pueden dirigir los
trabajadores? Los sindicatos y el sindicalismo en su conjunto están
nulificados. Las leyes ya no los tutelan. Un silencio recorre los pasillos de
las escuelas que trae rostro de miedo y desaliento, que enfría los huesos y
paraliza el coraje de los que un día pretendieron ser educadores de la nación
mexicana.
La rectoría administrativa de la
educación pública es una mueca vulgar Y caricaturizada de recentralización de
la educación básica; principalmente en el manejo de lo que tiene que ver en la
contratación de las plazas y el control del pago de la nómina. ¿En qué falló el
Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica –ANMEB de 1992?
El año pasado; en una entrevista
concedida a la señora Elba Esther, esta declaraba la existencia de 160 mil
escuelas de educación básica de las cuales, 60 mil son escuelas en donde
trabajan dos turnos y 100 mil, son escuelas unitarias. Entonces, ¿Cómo se
propone un vasto programa de escuelas de tiempo completo? En el camino, la
improvisación que vendrá a justificar una reestructuración de las escuelas
públicas de todo el país.
Cuando Carlos Marín –en Asalto a
la Razón- le pregunta a Elba Esther por los miles de comisionados del Sindicato;
la aún Presidente del SNTE le contesta que eso no es real, que el Sindicato
solo reconoce a seis mil comisionados; que los miles a los que se refiere la administración
y Mexicanos Primero, no son comisionados del SNTE, sino de las administraciones
locales en cada una de las entidades federativas. En este ambiente de
crispación y de estridencia, se propuso al Instituto Nacional de Estadística,
Geografía INEGI, levantar un Censo Nacional de Profesores, alumnos y escuelas
de educación básica. Nos preguntamos ¿Qué va a ocurrir con los miles de profesores
comisionados en las oficinas centrales de las administraciones educativas
estatales y regionales? ¿Serán reubicados en las escuelas o cesados?
¿Acaso la recuperación de la
rectoría del Estado en educación pública y la recentralización de la educación
básica provocará un desmantelamiento de los aparatos burocráticos locales? La inmovilización
de los trabajadores y sus organizaciones sindicales; también abarca a los
partidos políticos de cualquier signo y carisma de la geometría política. Hasta
hoy, ningún gobernador ha cuestionado nada, la soberanía de los estados también
está cuestionada, los congresos locales no tienen, ni autonomía, ni soberanía y
un poder central se apodera de la vida nacional, incluyendo la próxima
centralización de los procesos electorales.
Nada está fuera de los planes y
control de la reingeniería de los nuevos administradores centralistas. La Ley
General de Servicio Profesional Docente contempla los concursos de oposición
para los profesores de nuevo ingreso a la docencia y según información
proporcionada por Elba Esther Gordillo, el 80 por ciento de las plazas de los
directores de educación básica, no están dictaminadas sino comisionadas y en
sus declaraciones, matizadas de ingenuidad y cinismo, reconoce que este
problema se viene arrastrando desde hace más de treinta años en que no se han
dictaminado plazas de directores ¿Y la bilateralidad en las condiciones generales
de trabajo SEP-SNTE? Por lo pronto, se me antoja que la SEP puede empezar por
convocar al Primer Examen Nacional de Oposición a una plaza de director de
escuela de educación básica, hoy vacantes y ocupadas por comisionados.
¿Y la fuerza de los líderes del
SNTE que insisten en que defenderán los derechos laborales del magisterio? Si
no lo hicieron en el pasado, tampoco lo harán en el presente y mucho menos en
el futuro inmediato, en el siglo que transcurre, en el tiempo de las humillaciones
y los silencios alineados al poder corporativo de los dueños del petróleo y
demás recursos energéticos, minas, medios de comunicación, del mar y aire que
respiramos, de la tierra envilecida y esterilizada, de los bosques destruidos,
del crimen contra la naturaleza, de la conciencia mínima de la Educación
Pública que un día se propuso la tarea de formar ciudadanos patriotas, hombres y
mujeres libres con una conciencia de respeto y preservación de la casa común,
de la tierra que en otro tiempo fue venerada y considerada madre generosa ¿Qué
hacer frente a la estridencia del Estado y su rectoría en nuestras conciencias?
(04-01-2014)
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