"Millones de puños gritan...
su cólera por los aires…”
Al paso de los días comprendemos paulatinamente qué pasó. Algo sabíamos pero la vorágine de la esperanza obnubiló la historia conocida: nuestro país es nuestro pero no lo es, lo han secuestrado el poder amafiado, el capital y cinismo creciente de aquellos que perdieron la vergüenza y todo idea de proyecto colectivo, si es que alguna vez la tuvieron.
Sabíamos también que son muchos a los que el sistema ha negado una educación digna, los que interpretan los derechos como dádivas y la corrupción como forma de vida…pero creímos que la propuesta de otro país haría la diferencia.
Un proyecto nuevo movilizó millones de voluntades, rostros de la dignidad y el conocimiento caminaron por las calles de un México nuevo que nos fue propio. Luego el llanto e impotencia, que fue primero en soledad y después sentimiento colectivo. Emociones encontradas y simultáneas en espera que el equívoco se demostrara y los números comprobaran que la historia se puede cambiar, que nuestras voluntades realmente mandan, que vivimos en un país diferente…
Hasta ahora la ignominia se ha impuesto, pero hoy somos otros porque el mundo se mueve y la vida se renueva permanentemente. Esta historia no concluye aún: hemos de seguir viendo a los jóvenes que cantan y brincan con toda su energía, el paso lento de ancianos que nos dignifican, la inteligencia de las palabras que caminan con sus autores, habremos de escuchar millones de voces que exigen respeto y legalidad, y asistiremos a la construcción de nuevos horizontes y la utopía que nos hará caminar, seguir.
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