Escepticismo y exclusión en la política educativa.
Luis Hernández Montalvo.
Los profesores de escuela, fundamentalmente los que trabajan en las periferias de las ciudades del estado de Puebla, incluyendo su ciudad capital, son personas modestas, obligados a la enseñanza de contenidos que en muchas ocasiones no alcanza a comprender, a pesar del certificado de profesor o del título de Licenciado en Educación.
En los sufrimientos y alegrías, recorren su camino rutinario, no se sienten reconocidos en su trabajo, el desaliento los acompaña al grado de no recordar las recomendaciones de sus maestros en la normal.
Un recorrido por el exterior de las escuelas nos permite adivinar lo que pasa en su interior. Los muros y puertas se encuentran sin pintar desde que fueron inauguradas, en su lugar, abundan los vidrios rotos, la basura y los el graffiti que acentúan el deterioro y el descuido de las escuelas públicas.
Ya en su interior, aulas y mobiliario se encuentran rayados con toda clase de leyendas obscenas, en los patios se acumula la basura, a pesar de que existe personal de intendencia y en los sanitarios, la destrucción se mezclan con los malos olores y la insalubridad.
En las escuelas tampoco existen “comunidades escolares” preocupadas por la imagen del edificio escolar o la mejora del trabajo, se respira desaliento e ignorancia, que hasta ahora no se han superado con los cursos y talleres de actualización y las promesas de “Carrera Magisterial”
¿No hay comunidades escolares?, efectivamente, las comunidades escolares son una construcción colegiada, en donde profesores, directivos, padres de familia y estudiantes se ponen de acuerdo en asuntos que forman parte de las competencias docentes y de cada uno de los actores de la comunidad.
El triunfo de la coalición opositora en julio del año pasado, levantó algunas expectativas. Las vagas aspiraciones de mejora profesional se han ido diluyendo conforme pasan los días. Hasta ahora, los maestros no han sido consultados para construir la reforma educativa, que en boca de los líderes del SNTE, será una verdadera “Revolución educativa”.
Los maestros viven en una burbuja de escepticismo, sobre todo, porque salvo algunas esporádicas declaraciones del señor Secretario de Educación Pública en el estado, no sabemos que se propone la nueva administración a casi 100 días de gobierno, no hay información y mucho menos, se ha convocado a una discusión amplia de los que finalmente van a operar la Reforma, los maestros.
La Escuela Pública requiere que los maestros cambien de actitud y una voluntad política distinta de la administración para promover una formación permanente de los profesores, centrada básicamente en la reflexión y modificación de su práctica escolar.
Junto a la actualización de los profesores, es urgente revisar las graves deficiencias en infraestructura escolar. Los maestros ya no deben seguir enseñando en pizarrones con gises, en aulas sin mobiliario adecuado, sin tecnología y sin orientación pedagógica. La Reforma no debe limitarse por falta de recursos o por discriminación de las escuelas más pobres. Un diagnóstico oportuno nos puede indicar de qué tamaño son nuestras necesidades y carencias.
Los maestros y la sociedad debemos reclamar la transparencia en el gasto educativo, debemos exigir que la administración nos diga en que se gastarán los más de 11 mil millones de pesos, más los 1500 millones de pesos adicionales, de los cuales, hasta ahora sabemos que mil millones de pesos serán destinados a infraestructura, pero nada más y lamentablemente, quien hizo el anuncio, no fue la autoridad, sino la Presidenta del CEN del SNTE.
La falta de entusiasmo de los maestros por la reforma educativa que se promete –será un referente muy importante en el país- y la falta de credibilidad frente a la administración, radica fundamentalmente, en la ausencia de voluntad política de los gobiernos para hacer las cosas de manera distinta.
El otro aspecto en el que hemos venido insistiendo, ha sido la reestructuración de toda la administración para reducir drásticamente la escandalosa burocratización de la SEP estatal.
Si no se atiende este renglón por temor a los grupos de presión, en que se incluye al SNTE, entonces, ningún presupuesto será suficiente y junto a la ineficiencia de los maestros en las aulas, se sumará la ineficiencia de la burocracia que se rige con criterios políticos ajenos a los intereses de la Educación Pública.
Me parece que los titubeos e inseguridad de la administración que encabeza el licenciado Luis Maldonado, puede ser superada con un poco de “voluntad política”, si reconoce a los maestros –con sus limitaciones y deficiencias- como un interlocutor válido.
En las escuelas no solo habita el desánimo, también se recrean experiencias necesarias para el impulso de una reforma exitosa.
Para ir al encuentro de una realidad distinta, es necesario despojarse de prejuicios políticos. En las escuelas hay también una gran diversidad de visiones de lo que debe ser el trabajo de los maestros y el contenido de la reforma. Para construir las nuevas relaciones, es necesario contar con autoridad moral para llamar a los maestros, y para infundirles confianza, se requiere de seguridad, pero también de un poco humildad.
¿Significa que se debe ignorar a los líderes del SNTE? De ninguna manera, lo que intento decir es que los líderes son una parte de la interlocución pero no los únicos, están también los líderes de los sindicatos “independientes” y los grupos de trabajadores democráticos.
Todos ellos como entidades políticas deben tener un trato especial, de carácter político, pero para tratar asuntos pedagógicos y de educación, para eso están los maestros, tampoco digo “magisterio”, no, los compromisos se deben contraer con los profesores en su realidad aparte.
Finalmente, me parece que en Puebla la SEP local debe contar con un amplio programa editorial, en donde se puedan editar revistas y publicaciones escritos por maestros y alumnos, y que permita darle un impulso a la lectura y escritura y a la capacidad creadora que hoy se niega morir en las escuelas. Varios investigadores entregaron sus trabajos a las anteriores administraciones con la esperanza de que algún día se los publicaran, lamentablemente nunca hubo presupuesto y mucho menos voluntad de funcionarios tan rupestres que nunca pudieron entender su importancia.
hernandez_luis21@yahoo.com.mx
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