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domingo, 23 de septiembre de 2012

Indefensión de los trabajadores frente a la reforma laboral Luis Hernández Montalvo


Indefensión de los trabajadores frente a la reforma laboral

Luis Hernández Montalvo

A solo un lustro, -anterior a la celebración del Primer Centenario de la promulgación de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos-; los diputados y senadores del Congreso de la Unión han entrado en una dinámica de trabajo y discusión que a veces, resultan inútiles los argumentos de juristas, sindicalistas e investigadores en asuntos laborales.

Los trabajadores estamos frente a un cambio radical de paradigma que va a trastocar todo el andamiaje de derechos humanos conquistados a lo largo del siglo XX.

En opinión de Manuel Fuentes Muñiz; la “Iniciativa Preferente” de Reforma Laboral promovida por el presidente Felipe Calderón, busca la reforma de183 artículos de la Ley Federal del Trabajo; realizar 72 adiciones y derogar 44. –Cámara de Diputados, 7-09-2012-.

El cambio de paradigma hará imposible que los trabajadores puedan hacer valer sus derechos más elementales frente a los patrones y/o quien los contrate; se trata de una alteración injustificada a nuestras leyes fundamentales; a los acuerdos internacionales sobre el trabajo y una abierta violación al pacto y modelo de nación expresado por los constituyentes de 1917.

Estamos ante la legalización de las peores prácticas patronales que se convertirán en ley, otorgando a los patronos, todo el poder y las ventajas procesales; que por arbitrarias, dejan a los trabajadores en la más absoluta indefensión.

¿Todos los mexicanos iguales frente a la ley? En opinión de Don Manuel Fuentes; se trata de una reforma general; pues de los 1010 Artículos de la Ley Federal del Trabajo, se realizarán 665 modificaciones, lo que equivaldría al 65.84 por ciento de la Ley.

Los sindicatos de industria del apartado “A” y los sindicatos agrupados en las centrales que representan los intereses de los trabajadores al servicio del Estado; se encuentran cabildeando -desde sus curules y en las comisiones dictaminadoras- la reforma en las Cámaras del Congreso, y lo hacen en atención a la preservación de sus derechos burocráticos heredados del viejo régimen corporativo en desuso frente al cambio del modelo del Estado y del actual sistema de partidos políticos; pero que por ahora, aún es un recurso útil para la sobrevivencia de la viejas camarillas sindicales que en los últimos tiempos, han alcanzado un grado de autonomía y de presión que, como es el caso del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación –SNTE-, han construido un partido político como medio de portabilidad política.

Las reformas a la Ley; en la medida que van en camino a la legalización de las peores prácticas patronales en su relación con la fuerza de trabajo contratada; afectará a todos los trabajadores y empleados; tanto a los obreros de las fábricas como a los empleados públicos y trabajadores de los tres niveles de gobierno; desde los que están adscritos al gobierno federal hasta el último empleado de los municipios.

En medio del temor y la confusión de los trabajadores y como recurso retórico, pero también de presión, la Federación Democrática de Sindicatos de Sindicatos de Servidores Públicos –FEDESSP-, vienen amenazando con paros escalonados, mítines y plantones, sin oponerse a la reforma general de la Ley Federal del Trabajo, sino únicamente a la defensa de un régimen de impunidad, rumbo a la suplantación del sindicalismo corporativo y antidemocrático, por un nuevo modelo basado en lo que se conoce como sindicalismo blanco; controlado, no por un partido político como ocurrió en el siglo pasado, sino al servicio de la productividad en la visión utópica y demencial de los organismos patronales y sus ideólogos militantes de los partidos políticos representados en el Congreso de la Unión.

Don Manuel Fuentes sostiene que la mencionada reforma laboral es un retroceso de derechos de los trabajadores, en la medida que “…la Iguala con la legislación civil ya que elimina la relación tutelar del Estado con la clase trabajadora y la hace similar al código de comercio”.

¿Cuáles son los alcances de la Reforma a la Ley Federal del Trabajo? No hay duda; afectará a los trabajadores de empresas privadas; a los de organismos descentralizados, a los empleados públicos federales, estatales y empleados municipales.

¿Los sindicatos? ¿Y los sindicalistas?

Hasta hoy no conocemos de la convocatoria de un solo sindicato que llame a sus trabajadores a la reflexión y a una convocatoria nacional de resistencia para frenar una Ley que tiene un plazo menor a los treinta días desde que fue enviada por el titular de la presidencia de la República al Congreso.

Me pregunto si en mundo demencial de las ideologías, no existe alguna inteligencia que ponga en duda que una reforma laboral como la que se propone, realmente venga a incrementar la productividad y la competitividad; que por este hecho se pueda generar empleos cuando el país se hunde en la corrupción, la impunidad y la violencia.

¿Por qué se aduce que con la aprobación de la Reforma Laboral como “iniciativa preferente” acabará con el rezago en la modernización de la justicia laboral y se mejorarán las prácticas democráticas de los sindicatos? ¿Cómo una reforma de esta naturaleza pretende revertir un siglo de prácticas corporativas, sin un proyecto capaz de lograr los consensos en la construcción de un sindicalismo fuerte y unitario, con un programa esencial para su operación?

Yo no veo a los líderes de los sindicatos, ni a los líderes sindicalistas independientes preocuparse por asuntos como la estabilidad en el empleo, la pérdida de la protección al trabajador en el despido; la profundización de la movilidad total en el empleo.

Este es el gran problema de los trabajadores del siglo XXI que se encuentran sin sindicatos en tanto representantes de sus intereses comunes. Sin un grupo que guíe las acciones de los trabajadores que viera la necesidad de un proyecto político y sindical que eleve las prácticas culturales de los trabajadores para cobrar conciencia de sus derechos, que antes que laborales, son derechos humanos elementales.

¿Y los partidos de las izquierdas? ¿Y los que se autoproclaman la “vanguardia del proletariado”, y el movimiento popular…? Todos cuidan sus intereses desde la comodidad de su relación con el poder, entre tanto, los trabajadores van rumbo a una mayor indefensión frente a la clase patronal, que por ahora, le dan clases a la prole y a su proletariado sin cabeza y sin ideas.



 

 

      

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