¡Qué
la vista sangre! INEE
Luis Hernández Montalvo
"conjunto de técnicas
de control corporal que apuntan a una cuadriculación del espacio y del tiempo
buscado, con la mayor economía, reducir la fuerza del cuerpo en tanto fuerza
política y maximizarla como fuerza económica. De allí en más, un espacio
analítico, celular y aun colmenar permitirá, dentro de una sociedad compleja y
confusa, ubicar, clasificar y, por fin, vigilar y castigar (Terán, O; s/f, Pág.
25)
Un maestro joven se levanta de su duro asiento. Intenta enderezar el
cuello y hace una mueca de dolor. Está pálido y tiene la vista extraviada, los
ojos rojos y con una seriedad que espanta. Murmura indignado:
-
“Mi maestro Alejandro Locelso –maestro de
maestros en tipografía- nos llegó a decir un día: Si vas a poner a alguien frente
a un monitor durante cinco horas, debes pensar qué tipografía vas a elegir y no
presentar textos con baja resolución de análisis, pixelados mal alineados que
hacen que la vista sangre”.
El domingo 29 de noviembre pasó
de la metáfora de su maestro a una experiencia brutal en su cuerpo. Miles de maestros
en el país presentaron un examen que inició, de manera ritual a las diez de la
mañana y culminó justo a las tres de la tarde. Durante este tiempo, los
examinados solo podían ausentarse para ir al sanitario hasta por cinco minutos.
Nadie más podía salir hasta que regresara el que había salido anteriormente.
Los teléfonos celulares
fueron silenciados sin excepción. Cada sustentante
fue tomando su asiento asignado previamente. No se les permitió introducir
apuntes y mucho mensos sus programas.
Las mujeres encargadas de
vigilar la aplicación del examen están nerviosas y reaccionan con actitudes de
histeria. Aún no se inicia la resolución del examen; y mientras los profesores esperan
la entrega de la clave de apertura del monitor, hablan y comentan. Las empleadas
del CENEVAL los callan a gritos. Los maestros intentan reclamar un trato menos
injusto. ¡Son indicaciones de CENEVAL!
Durante cinco horas los
profesores resolverán un cuestionario de 112 preguntas en aulas estrechas, sin
ventilación y con el calor que se concentra frente a veinticinco máquinas y por
la tarde, un sol que quema el cuerpo de las maestras que fueron obligadas a
permanecer junto a la enorme ventana sin cortinas. Estamos en la Universidad
Tecnológica de Puebla. Ante la inconformidad, llevarán unos cartones que serán
colocados como cortinas y un pequeño ventilador manual de apenas veinticinco
centímetros de diámetro.
Otro maestro comentará:
-Este es un examen de cantidad, no de calidad.
En cada cinco reactivos en
promedio, intercalarán una lectura de casos de la práctica docente. Se trata de
relatos artificiales, totalmente descontextualizados de la realidad, con una
pésima redacción. Cada lectura calculo; tiene por lo menos tres cuartillas. Luego
vendrán las preguntas sobre planes de clase, las características del grupo, las
estrategias de intervención didáctica y las estrategias de evaluación; repito,
totalmente descontextualizadas que se repiten una y otra vez.
El tiempo, las condiciones
de la aplicación, las circunstancias de amenaza, las noticias del ejército y policías
en actitud de guerra contra los maestros en algunos estados como Oaxaca y Veracruz,
la rigidez de los relatos embotan la inteligencia.
Pero no solo es la mala
redacción, la improvisación de los modelos de la práctica docente inventados
por quienes nunca han estado en las aulas, y mucho menos tienen una idea de lo
que puede ser la práctica docente evaluada por exámenes de opción múltiple; no,
también muestra el cansancio de los diseñadores que no tienen una idea clara de
lo que se supone es o debiera ser la “transversalidad en los planes y programas
de estudio”:
“Si el maestro de Historia
de México organiza una verbena en la escuela con antojitos mexicanos, está
practicando la transversalidad”. ¿Qué diría don Edgar Morín, el padre del
pensamiento complejo?
Así los estudios de casos se
repiten por cientos de veces, cambiando “el área disciplinar”, la práctica
docente por maquila, los ejemplos ramplones rayan en la caricatura.
Señores y señoras de CENEVAL.
La práctica docente es vida, la vitalidad del trabajo docente está en las aulas
y no en la rigidez de sus modelos mal armados, no en su desmadrada evaluación
docente.
Y a todo lo anterior uno se pregunta:
¿Qué prenden evaluar? ¿Acaso los conocimientos de los maestros para el
ejercicio de la docencia?
El día anterior, cuatro
horas de un examen de opción múltiple. Cien preguntas, nada extraordinario. Una
parte de las preguntas se relacionan con la teoría de la historia, algo que
había señalado en mi colaboración anterior.
Por la tarde, otras tres
horas para que los profesores realizaran una “Planeación didáctica argumentada”:
“…ejercicio en el que el docente analiza, justifica, sustenta y da sentido a
las estrategias elegidas para su intervención en el aula; asimismo, dicho
ejercicio debe contener una reflexión del docente acerca de lo que espera que
aprendan sus estudiantes y el tipo de evaluación que utilizará para valorar lo
aprendido”.
Para poder realizar este
ejercicio de planeación argumentada, el maestro debía aprenderse de memoria su
programa y sus contenidos para contestar ocho preguntas temáticas a saber: “Contexto
interno y externo de la escuela, Características generales del grupo, Plan de
clase, Estrategias de intervención didáctica, Estrategias de evaluación.
Sí, de memoria debía
aprender las once “Competencias Genéricas” y sus “Cuarenta y cinco atributos”,
descritos en los Planes de Estudio de la Educación Media Superior; en forma de
oraciones que señalan objetivos de aprendizaje; un número indeterminado de las “Competencias
Disciplinares”, de las competencias extendidas y profesionales…”
¿Qué pretenden evaluar los
empresarios de CENEVAL y los políticos del Servicio Profesional Docente?
¿Qué opinarán los
científicos de la academia, pero sobre todo; que opinan los expertos en
evaluación del INEE? ¿Cuál es su papel en este ejercicio del absurdo? ¿Cuáles y
cuantos reactivos fueron diseñados por el INEE? Después de todo esto, ¿Qué
sigue? ¿Hasta que la vista sangre?
Sería bueno escuchar la
opinión de los sociólogos y los psicólogos sobre este ejercicio del poder
público en las prácticas del magisterio. Los grupos de resistencia, deben
buscar explicaciones con el apoyo de expertos y a los maestros, nos haría bien
releer a Foucault. (2 de diciembre de 2015).
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