CON MOTIVO DE LA PRIMERA ENTREGA DE:
EL MÉRITO “JOSÉ SANTOS VALDÉS” A LA EJECUTORIA EN EL NORMALISMO RURAL
Me han encomendado una presentación sintetizada de uno de los maestros que mediante el consenso de los organizadores, representa no ...sólo a la Escuela Normal Rural de San Marcos; Zacatecas, representa al normalismo rural en teoría y acción y se convierte en un claro ejemplo del valdesismo en todas sus facetas.
Quien se proponga hoy hablar de valores como fundamentos del orden moral se encuentra ante un problema diferente al que podía tener los pedagogos de la primera mitad del siglo XX. Porque las normas de conducta inculcadas por los maestros de la época de oro de la escuela, eran producto de una efectiva formación científica, una seria formación pedagógica, una sensible formación filosófica y una grandiosa formación político social. Una profunda filosofía de amor a los alumnos y al pueblo que conlleve a educar con el ejemplo y a educar con el trabajo, algo que se debe rescatar en estos momentos de una sociedad con crisis de valores.
Felicito a la Escuela Normal Rural J. Guadalupe Aguilera, al Colegio de Egresados de Aguilera y al Proyecto Cultural Revueltas, así mismo al tesón, imaginación y constancia de Gerardo, al poner en práctica este y otros esfuerzos que fortalecen el campo de la cultura con un rumbo que genera conciencia social y que como lo plasma en los objetivos, toma en cuenta el humanismo y la congruencia de quien lleva el nombre de éste mérito y que estoy seguro que quienes son galardonados en esta primera entrega son fieles representantes del actuar del Profesor José Santos Valdés.
Hoy me siento satisfecho de hacer la presentación de mi amigo Pedro Medina Calderón a quien la circunstancia del espacio y el tiempo de nuestra coincidencia por la vida han enrumbado y fortalecido mucha de mi praxis cotidiana.
Pedro Medina aprende mediante la tradición oral y la observación lo que son la rebeldía y las inquietudes de los desposeídos, pues su padre Don Tomás fue dirigente del sindicalismo rojo en la Hacienda de Purísima, lugar en que ya convertido en Ejido nace Pedro un 29 de junio de 1943.
La laguna como confluencia de migraciones internas principalmente del centro del país en particular de Zacatecas hace que Pedro se defina a sí mismo como un mestizo genético y el esfuerzo educativo iniciado en la primaria escuela rural, de su pueblo, junto con sus dos escuelas normales rurales Salaices y San Marcos, hace que nosotros le agreguemos mestizo de la gran educación democrática.
José Santos Valdés y Pedro también fueron coincidentes de la circunstancia y el destino, pues sin haber sido alumno directo del ameritado educador queda convencido de la justeza de su actuar en un congreso de la FECSM en la Escuela Normal Rural de Tamatán; Tamaulipas y desde ahí siempre coincidieron y e intercambiaron puntos de vista sobre temas educativos, políticos y sociales.
Congruente al honrar a quien tanto admiró fue un buen alumno, un destacado escritor y creador de prosa, cuento y poesía, además de combativo dirigente estudiantil y magisterial.
En lo que se refiera sus escuelas, nunca de Pedro salieron frases que mancharan el sello de su esencia, además su vida la ha consagrada para seguir la justa ley de sus mandatos y la justa ley de sus enseñanzas.
Activo participante de luchas sociales, educativas y sindicales, ex preso político por sus ideas, organizador de grupos campesinos contra las injusticias de un gobernador de flaca memoria de su pasado villista, fundador de un proyecto educativo de educación normal en Gómez Farías Chihuahua y dirigente nacional de una expresión magisterial al interior del SNTE, dan cuenta de su personalidad inquieta y su espíritu de servicio hacia los demás, pues quienes conocemos a Pedro sabemos de su nobleza y amor al prójimo, con acciones humanistas que rescatan la corriente valdesista de que el ateísmo vaya ligado a la fraternidad y solidaridad de conciencia y no a los actos de simulación de los creyentes, pues al final es posible evitar las controversias que generan estos temas y demostrar que los no religiosos podemos ingresar también a la cultura de la diversidad aceptable.
Estamos seguros que el consenso de quienes acordaron colegiadamente los méritos de las personas hoy galardonadas lo hicieron bien, hace falta mantener viva la corriente pedagógica impulsada por José Santos Valdés, pero hay que evitar prácticas que en ocasiones semejan dogmas que hacen que nos aprendamos su biografía al pie de la letra en lugar rescatar su obra y poner en práctica muchas de sus aportaciones, pedagógicas y periodísticas que en este sistema neoliberal, si viviera serían tema de muchas cuartillas y de muchas horas de esfuerzo para combatirlo.
Honrar, honra, Salud y larga vida compañero Pedro Medina Calderón.
EL MÉRITO “JOSÉ SANTOS VALDÉS” A LA EJECUTORIA EN EL NORMALISMO RURAL
Me han encomendado una presentación sintetizada de uno de los maestros que mediante el consenso de los organizadores, representa no ...sólo a la Escuela Normal Rural de San Marcos; Zacatecas, representa al normalismo rural en teoría y acción y se convierte en un claro ejemplo del valdesismo en todas sus facetas.
Quien se proponga hoy hablar de valores como fundamentos del orden moral se encuentra ante un problema diferente al que podía tener los pedagogos de la primera mitad del siglo XX. Porque las normas de conducta inculcadas por los maestros de la época de oro de la escuela, eran producto de una efectiva formación científica, una seria formación pedagógica, una sensible formación filosófica y una grandiosa formación político social. Una profunda filosofía de amor a los alumnos y al pueblo que conlleve a educar con el ejemplo y a educar con el trabajo, algo que se debe rescatar en estos momentos de una sociedad con crisis de valores.
Felicito a la Escuela Normal Rural J. Guadalupe Aguilera, al Colegio de Egresados de Aguilera y al Proyecto Cultural Revueltas, así mismo al tesón, imaginación y constancia de Gerardo, al poner en práctica este y otros esfuerzos que fortalecen el campo de la cultura con un rumbo que genera conciencia social y que como lo plasma en los objetivos, toma en cuenta el humanismo y la congruencia de quien lleva el nombre de éste mérito y que estoy seguro que quienes son galardonados en esta primera entrega son fieles representantes del actuar del Profesor José Santos Valdés.
Hoy me siento satisfecho de hacer la presentación de mi amigo Pedro Medina Calderón a quien la circunstancia del espacio y el tiempo de nuestra coincidencia por la vida han enrumbado y fortalecido mucha de mi praxis cotidiana.
Pedro Medina aprende mediante la tradición oral y la observación lo que son la rebeldía y las inquietudes de los desposeídos, pues su padre Don Tomás fue dirigente del sindicalismo rojo en la Hacienda de Purísima, lugar en que ya convertido en Ejido nace Pedro un 29 de junio de 1943.
La laguna como confluencia de migraciones internas principalmente del centro del país en particular de Zacatecas hace que Pedro se defina a sí mismo como un mestizo genético y el esfuerzo educativo iniciado en la primaria escuela rural, de su pueblo, junto con sus dos escuelas normales rurales Salaices y San Marcos, hace que nosotros le agreguemos mestizo de la gran educación democrática.
José Santos Valdés y Pedro también fueron coincidentes de la circunstancia y el destino, pues sin haber sido alumno directo del ameritado educador queda convencido de la justeza de su actuar en un congreso de la FECSM en la Escuela Normal Rural de Tamatán; Tamaulipas y desde ahí siempre coincidieron y e intercambiaron puntos de vista sobre temas educativos, políticos y sociales.
Congruente al honrar a quien tanto admiró fue un buen alumno, un destacado escritor y creador de prosa, cuento y poesía, además de combativo dirigente estudiantil y magisterial.
En lo que se refiera sus escuelas, nunca de Pedro salieron frases que mancharan el sello de su esencia, además su vida la ha consagrada para seguir la justa ley de sus mandatos y la justa ley de sus enseñanzas.
Activo participante de luchas sociales, educativas y sindicales, ex preso político por sus ideas, organizador de grupos campesinos contra las injusticias de un gobernador de flaca memoria de su pasado villista, fundador de un proyecto educativo de educación normal en Gómez Farías Chihuahua y dirigente nacional de una expresión magisterial al interior del SNTE, dan cuenta de su personalidad inquieta y su espíritu de servicio hacia los demás, pues quienes conocemos a Pedro sabemos de su nobleza y amor al prójimo, con acciones humanistas que rescatan la corriente valdesista de que el ateísmo vaya ligado a la fraternidad y solidaridad de conciencia y no a los actos de simulación de los creyentes, pues al final es posible evitar las controversias que generan estos temas y demostrar que los no religiosos podemos ingresar también a la cultura de la diversidad aceptable.
Estamos seguros que el consenso de quienes acordaron colegiadamente los méritos de las personas hoy galardonadas lo hicieron bien, hace falta mantener viva la corriente pedagógica impulsada por José Santos Valdés, pero hay que evitar prácticas que en ocasiones semejan dogmas que hacen que nos aprendamos su biografía al pie de la letra en lugar rescatar su obra y poner en práctica muchas de sus aportaciones, pedagógicas y periodísticas que en este sistema neoliberal, si viviera serían tema de muchas cuartillas y de muchas horas de esfuerzo para combatirlo.
Honrar, honra, Salud y larga vida compañero Pedro Medina Calderón.
2 comentarios:
DraPunkpanther Mg A esto me refiero:"... las normas de conducta inculcadas por los maestros de la época de oro de la escuela, eran producto de una efectiva formación científica, una seria formación pedagógica, una sensible formación filosófica y una grandiosa formación político social. Una profunda filosofía de amor a los alumnos y al pueblo que conlleve a educar con el ejemplo y a educar con el trabajo, algo que se debe rescatar en estos momentos de una sociedad con crisis de valores."
Leeré con atención la publicación que me haces llegar. Como siempre lo que escribes sobre la Escuela Rural -su historia, su tiempo y sus actores- resulta de mucho interés. Es tu forma peculiar en narrativa, la conservación de nuestra IDENTIDAD PROFESIONAL, misma que es necesario preservar defendiendo desde nuestro nombre original: profesor o su genérico: maestro. No acepto que me llamen docente. Docente es la práctica y cuando con la palabra Docente quieren llamarme, sé que es parte de estas reformas desde los 80s y lo considero un término de esclavitud. Somos profesores. Un abrazo. Te leeré y en breve, te comento.
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