La
escuela al centro Luis Hernández Montalvo
Luis
Hernández Montalvo
En un reducido e incómodo espacio escolar tiene lugar la XV Reunión Nacional Plenaria Extraordinaria del Consejo
Nacional de Autoridades Educativas que preside el señor Aurelio Nuño Mayer; Secretario
de Educación Pública.
El
funcionario está muy serio; se puede afirmar que se muestra nervioso, está
rodeado de los gobernadores del país. Tal vez se encuentren los Secretarios de
Educación en las entidades federativas. Los asientos son incómodos y en los
rostros rígidos de los invitados, se adivinan con nostalgia los grandes
escenarios a los que han sido acostumbrados en eventos de esta naturaleza. Hay impaciencia
en los invitados, quieren saber que nuevas responsabilidades les van a imponer
desde el centro. Las autoridades educativas, no son convocadas a dialogar, solo
a escuchar las directrices del Secretario del ramo, nada más, por eso prefieren
guardar silencio.
Corre
el rumor que ahora sí habrá anuncios inteligentes; “de gran calado”, dice un
gobernador con tono de sorna. La reunión en verdad apenas dará a conocer el
Primer Objetivo de la Reforma Educativa.
No
hay grandes letreros, ni la exaltación de los símbolos nacionales; apenas el
anuncio se puede leer en un pequeño espacio del pódium que eleva la figura del
funcionario por encima de los invitados a la puja. El recinto parece una sala
de subastas. De pronto, el Secretario sonríe en una mueca que muestra su boca
seca y ante una mirada panóptica que domina el escenario unos “ojos que dan
pánico soñar”, se apoderan del espacio y se anuncia el Programa: “La escuela al
centro”.
No
hay nada nuevo. “La escuela al centro” es una frase mediática o que pretende
ser mediática. La retórica del Secretario provoca un intercambio de miradas
cómplices. La vaciedad de la propuesta provoca asombro y tedio y una
indignación silenciosa, los rostros son más que expresivos, destacando el del
señor gobernador de Morelos que lo flanquea a la izquierda de la geometría
política. La retórica del Secretario refleja la necedad en aferrarse en una
Reforma Educativa que no lo es y que solo existe en la sandez de sus palabras y
en la simpleza de sus planteamientos. De manera vacilante lee las tarjetas que
le escribieron sus asesores.
El
señor Aurelio Nuño Mayer y los gobernadores están solos y aislados de la
sociedad; se convocan porque se auto designaron autoridades educativas, pero
están solos. Los rodean las fuerzas de seguridad y las armas policiacas, pero
nadie más. Los maestros hemos sido humillados y vejados por las fuerzas
represoras del país.
En
un ambiente de terror y de inseguridad laboral, apenas víctimas de la violencia
que cobra la libertad de miles de mexicanos y la vida de innumerables
educadores sacrificados frente a sus alumnos o asesinados en el monte.
¿Cuántos
de los 26 mil desaparecidos son profesores rurales cuyo único delito era
trabajar el abecedario y el cálculo con los niños y jóvenes de la patria?
Ahora,
con el más absoluto cinismo se afirma que las escuelas son o tal vez serán el eje
de la transformación educativa. En el atropello de la palabra y en el insulto a
la memoria, se anuncian los seis puntos del Plan. El primero de ellos, anuncia
la creación de la figura del subdirector administrativo. En nuestra próxima
entrega abordaré este tema y sus inmoralidades.
Aquí
se promete llevar más recursos a las escuelas y crear en cada escuela, un
presupuesto propio “para fortalecer la autonomía de la gestión de acuerdo con
la matrícula y su nivel de rezago”. A la par del anuncio, 15 800 instituciones
inscritas en el Programa de Escuela Digna no mejoraron y el presupuesto
aprobado a finales del año pasado, deja a estas instituciones en la orfandad
ante la falta de recursos públicos. El compromiso de cumplir las metas del
Programa “Escuelas de Tiempo Completo”, un recurso retórico del anterior
Secretario de Educación Emilio Chuayffet, a menos de tres años de su anuncio,
se va al bote de la basura. La lucha de facciones en el gobierno, también es a
muerte y por eso, el nuevo modelo educativo, ni se construye, ni se rediseña.
La
enorme burocracia política que domina los espacios de decisión en la educación
pública llegó al espacio escolar para administrar los recursos públicos en
beneficio de facción pero no saben lo que pasa en el aula. Ellos compraron un
millón de laptos, pero nada más. Ahora, nadie sabe cómo darles un uso
pedagógico racional. Compraron y distribuyeron recursos tecnológicos, pero se
les olvidó capacitar al magisterio. El año que corre, tiene un presupuesto
deficitario, que confirma nuestras sospechas que debemos esperar otros tiempos,
aquellos que muevan a los maestros desde las aulas para que recobren su
dignidad y rompan con los controles burocráticos del SNTE y de la SEP.
Aurelio
Nuño dice que su administración fortalecerá a los Consejos Técnicos Escolares,
apartándolos de su actual centralidad para dejarlos al criterio de cada
director de escuela. Una propuesta altamente centralista y centralizadora,
ahora por otra decisión, pierde impulso e interés. Lo que construye el actual
funcionario y su grupo de asesores, tiene como gesto, la destrucción del
trabajo de su antecesor, pero fundamentalmente, dejarle al país un magisterio
moralmente devaluado.
Los
profesores debemos abandonar las ataduras que nos subordinan, debemos recuperar
la palabra y pedir cuentas a la SEP y creer en nosotros mismos, en nuestra
fuerza moral y no delegar en otros lo que es responsabilidad del magisterio y
lo que ocurre en el aula y en la escuela, no hay que perder la fe y la
esperanza de lograr un destino común de ciudadanos y de constructores de
ciudadanía. (12 de marzo de 2016)
1 comentario:
El discurso del Secretario de Educación Pública ante el Consejo Nacional de Autoridades Educativas.es un mar de retórica y prepotencia,olvidándose que la escuela al centro en una verdadera reforma educativa tiene que ver con el rediseño de un nuevo modelo educativo donde participen fundamentalmente los docentes, e investigadores en educación.
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