La dimensión administrativa de las Escuelas Normales.
Luis Hernández Montalvo.
En las discusiones de 1996-1997, en la conformación del Programa para la Transformación Académica de las Escuelas Normales, se dieron las orientaciones para la elaboración de un diagnóstico institucional en las escuelas normales, en un documento distribuido entre los normalistas en 2003.
El documento establecía las “Dimensiones y ejes de análisis para elaborar el diagnóstico institucional”, de estas ya lejanas discusiones de los normalistas, que incluía a la Secretaría de Educación Pública en coordinación con las autoridades educativas estatales, dejaron algunos resultados muy frágiles y compromisos efímeros de parte de las autoridades locales.
La propuesta de que fueran las propias comunidades las que eligieran a sus equipos directivos, se enfrentó a las resistencias burocráticas de los líderes del SNTE, que por varias décadas han usufructuado un derecho basado en una equívoca y tramposa relación bilateral de las relaciones laborales entre la SEP y el SNTE.
En el estado de Puebla, en el Benemérito Instituto Normal del Estado –BINE- se estableció un criterio muy limitado para nombrar a los directores de las licenciaturas y de la Dirección General, mediante la presentación de un proyecto o programa de transformación institucional, de este ensayo, solo dos directores generales accedieron al puesto mediante este procedimiento, en una institución en donde los cargos estaban reservados a los ex secretarios generales de la Sección 51 del SNTE, cargos que tenían características vitalicias, incluso hereditarias.
Los directores de las Escuelas Normales, debían tener un compromiso para mejorar la gestión institucional, regular el trabajo académico, promover la evaluación interna y externa y regular los servicios de educación normal, pero también, de manera explícita, renovar los procesos clave de organización y del funcionamiento de las Escuelas Normales, tales como: “el trabajo colegiado, el liderazgo de los equipos directivos, los criterios académicos para la organización de las actividades escolares, la planeación y la evaluación institucional”.
Estas condiciones eran fundamentales para generar condiciones propicias “para que los profesores transformen sus prácticas de enseñanza y los estudiantes logren el perfil de egreso establecido en el plan de estudios respectivo”.
Los documentos de referencia, a la distancia de 15 años, o han desaparecido de las bibliotecas normalistas o simplemente nadie los consulta. Cuando los profesores los han invocado, se han topado con la respuesta autoritaria del Secretario de Educación, quien indignado les ha dicho, que la facultad para designar directores es de la Secretaría y no de las comunidades y para evitar represalias en su trabajo se han tenido que replegar.
Hoy los trabajadores del BINE se vuelven a movilizar ante la posibilidad de que el señor Gustavo Espinosa, ex secretario general de la sección 51 del SNTE, una vez que ha dejado la diputación en el Congreso Local, venga al BINE a ocupar la Dirección General.
Los trabajadores actúan sin representación sindical, -desde hace tres años, no se ha convocado a una sola asamblea de los trabajadores-, por eso, lo hacen con sigilo, los trabajadores filtran información a la prensa local sobre la gestión del actual director general que no puede justificar gastos por más de 10 millones de pesos provenientes de los recursos federales del Programa de Mejoramiento Institucional de las Escuelas Normales Públicas –PROMIN-.
Los profesores guardan silencio por temor, pero el PROMIN, iniciado en 2002, es un tema tabú en las Escuelas Normales, nadie sabe a cuánto asciende la cantidad enviada por la federación, y mucho menos en que se invierte, sobre todo, cuando observan el estancamiento y la involución en el objetivo que le dio origen:
“Contribuir a elevar la calidad de la formación inicial de los futuros docentes de educación básica, mediante acciones que favorezcan la renovación de la gestión institucional de las escuelas normales públicas, de modo que se constituyan en comunidades profesionales de aprendizaje donde la escuela, como unidad básica de formación, asuma un compromiso compartido dirigiendo sus esfuerzos al aprendizaje individual y colectivo de todos los que la integran, primordialmente, de los estudiantes y profesores”
Los directores de las escuelas normales que se han perpetuado con el aval de los líderes del SNTE, son un dique para que los planes de estudio puedan concretarse en los objetivos propuestos, por ahora, han denunciado las minucias como el robo y destrucción de los equipos de enciclomedia, pero han dejado de lado los procesos académicos.
Los trabajadores tienen miedo enfrentarse al ex secretario de la sección 51 del SNTE, sobre todo por gozar de impunidad en el desfalco de los dineros comunes de la mutualidad, pero esperan que la nueva administración sea lo suficientemente sensible para transparentar la asignación de recursos públicos. Están pendientes los cuestionamientos de 2003.
¿Bajo qué parámetros se distribuyen los recursos a las áreas, proyectos y actividades de la escuela? ¿Cómo y quiénes definen las prioridades institucionales para la asignación de recursos? ¿Se realizan estudios de costo-beneficio? ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Qué hace la escuela para que la asignación de recursos se haga de manera transparente? ¿Existe una cultura de rendición de cuentas?
El proyecto de transformación de las escuelas normales pretendía calar hondo en la construcción de una nueva cultura académica de las escuelas normales, pretendía devolverles a los profesores su capacidad para decidir en su materia de trabajo y modificar sustantivamente las actuales relaciones laborales, sujetas a la politiquería sindical y a las conveniencias partidarias, y ahí están los cuestionamientos:
¿Qué criterios se utilizan para el ingreso, contratación y promoción del personal docente?
¿Cómo inciden las condiciones de contratación del personal docente en el desempeño profesional? ¿Por qué?
¿En qué medida los conflictos laborales interfieren con el desarrollo de las actividades escolares?
¿Existen mecanismos efectivos para garantizar el cumplimiento de la normatividad laboral –asistencia, puntualidad, desempeño y promoción?
Alguien puede imaginar lo que significaría esta medida, que los trabajadores se conviertan en sindicato y deje de ser facultad de los líderes.
Y no menos importante es el eje que analiza la normatividad académica y administrativa en la que se cuestiona: ¿Qué mecanismos aplica la institución para verificar el cumplimiento de la normatividad que regula las actividades académicas en las escuelas normales? ¿Cómo se aplica el reglamento para otorgar el apoyo a la práctica intensiva y al servicio social?
¿Qué reglamentación interna tiene la escuela para generar un mejor ambiente de convivencia que ofrezca el cumplimiento de sus tareas institucionales? Solo en este renglón, se registran experiencias muy dramáticas, en la ENEF, se destruyó la planta docente formada en el nuevo plan de estudios de la licenciatura. Algunos profesores fueron obligados a jubilarse, otros siguieron el exilio laboral y en su lugar fueron reemplazados con profesores sin el grado de licenciatura, formados en cursos de verano y con un desconocimiento del nuevo plan de estudios de la licenciatura y en otro eje de análisis que se proponía, estaba el de las instalaciones y equipamiento de las escuelas normales. Todo, absolutamente todo, se tiró a la basura, porque así conviene a los líderes del SNTE y a los burócratas de la SEP local.
Cada tres años se imponen a los directores del BINE y sus administradores, ajenos a la comunidad normalista, y a sus procesos académicos, cuando se van, dejan el empobrecimiento de sus recursos incluso sin tener para pagar el servicio de electricidad ylo mismo ocurre en el resto de las normales públicas de Puebla.
Y si revisamos lo que sucede en el país nos encontraremos condiciones similares o mucho más patéticas -como lo que ocurre en la Benemérita Escuela Nacional de Maestros- que condenan al fracaso académico de las normales, atrapadas en la corrupción, en la inmoralidad y en la más completa ineficacia para formar a los futuros profesores de educación básica que nos reclaman las condiciones actuales del desarrollo nacional. hernandez_luis21@yahoo.com.mx
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