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martes, 14 de agosto de 2012

Cada año 50 mil niños dejan la primaria La Razón


El Subsecretario de Educación Básica, Francisco Ciscomani, reveló la cifra de menores que abandonan sus estudios; afirma que en entidades con más rezago social, como Oaxaca, la cifra es mayor
Aún con la cobertura total de educación primaria y la certeza de que todos los niños que acabaron ese grado tienen garantizado un lugar en la secundaria, cada año 50 mil dejan sin concluir sus primeros seis años de escuela, indicó el subsecretario de Educación Básica de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Francisco Ciscomani.
"Siempre tenemos un grado de deserción en primaria, que implica índices de reprobación no en todos los estados, sino en los que tienen menos desarrollo económico y social, como Oaxaca. Calculamos que perdemos 50 mil jóvenes por año", indicó el funcionario, sin detallar las cuestiones por las cuales los niños y/o sus familias toman esa determinación.
Lo anterior significa que cada día del periodo lectivo (de 200 días) deja su educación primaria un promedio de 250 menores en todo el país. Ello implica que 250 mil niños habrían dejado sus estudios este sexenio.
De acuerdo con la Cámara de Diputados el presupuesto de este año para la Secretaria de Educación Pública es de 539 mil 861.11 millones de pesos, lo que significó un incremento en 25 mil 635.57 millones de pesos respecto al aprobado un año antes.
Sin embargo, destaca que el 96.66 por ciento de su presupuesto anual está destinado a gasto corriente, el cual se utiliza para cubrir los rubros de servicios personales (sueldos, prestaciones de seguridad social), gasto de operación para que las organizaciones operen adecuadamente (papelería y equipos de cómputo), subsidios (ayudas de carácter social y recursos para los fondos de pensiones y jubilaciones), entre otros.
Sólo el 3.34 por ciento restante se asigna para el gasto de inversión, necesario para la modernización y ampliación de las actividades educativas, tales como la construcción de infraestructura.
De todos los niveles, la educación básica es la que obtiene la mayor cantidad de recursos, con 338 mil 446.69 millones de pesos, seguida por la superior con 91 mil 934.60 y el nivel medio superior con 69 mil 873.84.
Ciscomani indicó que la parte de estudiantes que se pierden en la educación básica se puede recuperar a través de otros mecanismos de enseñanza, como lo es el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA), sin embargo no detalló qué porcentaje es el que termina la preparación de ese nivel.
INEA atiende sólo al 27% de los adultos
De los cinco millones de analfabetas en México, el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) atiende sólo al 27 por ciento, esto es, 800 mil personas a nivel primaria y 400 mil de secundaria. Casi la mitad del total son de la tercera edad o pertenecen a alguna etnia del país, lo cual dificulta los trabajos de convencimiento y los materiales de aprendizaje. “De los cinco millones de analfabetas que se tienen a nivel nacional, un millón son indígenas, un millón son mayores de la tercera edad, y de los cinco millones más de la mitad tiene más de 50 años. Manejo mucho la edad porque cuando llegas a eso existe un rechazo”, manifestó Juan de Dios Castro, director general del INEA.

“Yo quería estudiar; no había dinero”

Por Jaquelin Coatecatl
jaquelin.coatecatl@razon.mx
Luis Fernando, hoy de 14 años, hace cuatro cursaba el quinto grado en la primaria Civilizadores de Loreto, en Baja California, pero ya inscrito y con unos meses de clases tuvo que dejar el aula para comenzar a trabajar.
“Yo sí quería estudiar, pero no teníamos dinero y yo no tenía zapatos; mi mamá me dijo que iba a regresar cuando la cosa se compusiera, pero ya no se pudo; ahora ya no creo regresar porque es puro trabajar”, cuenta el joven, que ahora se emplea como ayudante de albañil.
Siendo el menor de sus hermanos creyó que podría llegar hasta el mismo nivel que ellos, que era secundaria; pero su padre, que se dedica a la pesca ya no pudo comprarle uniforme, zapatos, lápices ni cuadernos para que continuara estudiando, por lo que tuvo que sacarlo de la escuela para que le ayudara con los gastos de renta y comida.
“Luego siento feo de ver a mis compañeros que sí terminaron, que bailaron el vals y que siguieron a la secundaria; pero también sentía feo cuando no entregaba los trabajos pues mi papá luego no tenía para que yo comprará una cartulina”, cuenta.
Luis descarta volver a la escuela, pues ya es muy grande y “le daría pena”. Tampoco considera la escuela abierta, pues debe trabajar y ayudar en los gastos de su casa y asegura que ya se resignó a seguir trabajando. www.razon.com.mx

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