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viernes, 13 de abril de 2012

La escuela poblana al margen de los festejos Luis Hernández Montalvo


La escuela poblana al margen de los festejos



Luis Hernández Montalvo



A solo unos días de la celebración de los 150 años del triunfo de la República contra el imperio, los maestros y los funcionarios de la administración de la Secretaría de Educación Pública en Puebla; no dan señales de intervenir creativamente en los festejos.

Dicho de otra manera: en la escuela poblana no hay alguna propuesta pública que oriente el trabajo docente para exaltar el patriotismo de un puñado de mexicanos -4000 según registran las crónicas- que el 5 de mayo de 1862, defendieron la naciente nación mexicana en la ciudad de Puebla.

Tal vez se deba a que valores como patriotismo están en desuso ante los crecientes niveles de globalización que crean otra realidad muy distinta a la de la segunda mitad del siglo XIX. Pero también puede deberse a que hoy el laicismo que separó a la Iglesia del Estado, también resulta obsoleto y anticuado.  ¿Cómo explicarles a los niños y jóvenes que la defensa de Puebla resume causas internas y externas?

Seguramente que dentro de las causas internas están las Leyes de Reforma; entre las que se encuentran: la nacionalización de los bienes eclesiásticos en 1859; el establecimiento del Matrimonio Civil, el establecimiento del Registro Civil; la Secularización de Cementerios; la Libertad de Cultos Leyes de 1859 –y no la libertad religiosa que reclama la Iglesia- la Ley de Hospitales y Beneficencia -1861- y la extinción de las comunidades religiosas en 1863.

 ¿Cómo les explicamos a los niños y jóvenes que la lucha de los mexicanos del 5 de mayo de 1862 fue inútil y que por lo tanto, 150 años después se deben corregir los errores del pasado reformando o contra reformando las leyes que se expidieron entre 1855 y 1863?

¿Cómo racionalizar los alcances de las reformas a los artículos 3º. Constitucional en 1993 que modifica la obligatoriedad de la educación laica, la reforma en marcha al artículo 24 en materia de libertad religiosa que a su vez es un contrasentido del artículo 40 que consagra al Estado laico?

Las escuelas han sido excluidas de los festejos. A diferencia de lo que venía ocurriendo en los festejos anteriores, ahora los Centros Escolares no podrán lucir sus colores corporativos y los maestros se muestran enojados y se sienten humillados. En el desfile del próximo 5 de mayo, ninguna escuela desfilará como ocurría de manera tradicional.

La organización de los festejos han sido encargados a una agencia de espectáculos especializada y se dice que se busca competir con el espectáculo presentado por el gobierno panista de Jalisco en los pasados Juegos Panamericanos. Ya se habla de una banda monumental y cuadros alegóricos temáticos en donde actuarán estudiantes de escuelas públicas en forma personal, los uniformes serán entregados a los participantes de manera gratuita y por primera vez, los directores no recibirán los 50 mil pesos para la decoración de los tradicionales carros alegóricos.

Esto es lo que mantiene indignados a los directores de los Centros Escolares, según se dejan filtrar algunas opiniones en la administración, que por otra parte, amenaza con hacer públicos los resultados de las pruebas Enlace y Pisa en cada escuela y en donde en promedio, los Centros Escolares se encuentran ocupando los últimos lugares, a nivel estatal y nacional.

Y es en la disputa del dinero y en el control y administración de los festejos en donde se registran conflictos de los centros escolares y educativos del estado de Puebla, a los que no se les pidió su opinión y mucho menos se les informó de los cambios; tal vez, porque los profesores y los directores de escuela no merecemos ni siquiera una atención de esta administración que busca su impacto en un público susceptible de ser convencido e influido electoralmente.

Este conflicto pone de manifiesto en un primer plano la ausencia de líderes académicos “constructivos y constructivistas” y cuestiona todo el discurso de los modelos escolares por competencias, que pierden una oportunidad única e irrepetible para trabajar el orgullo de nuestra poblanidad y aprecio por el terruño.

Solamente recorrer nuestra ciudad que está preñada de referencias: en cada esquina, en cada casona de nuestro centro histórico, en los templos e imágenes, y en nuestros museos, que nos recuerdan la valentía y el amor por la tierra, la historia y la cultura construidas en varios siglos.

Comparto la opinión de Enrique Díaz Paniagua que en una cinta de audio destinado a los maestros de educación básica -que así como fueron enviados a los Centros de Maestros y a las bibliotecas de las Escuelas Normales, así envejecieron tecnológicamente sin que fueran consultados por los maestros-. En el audio destinado a tratar la enseñanza de la historia regional, el autor señala: “Si no entendemos la base donde ejercemos nuestra acción desde cuando nacemos hasta cuando morimos, es imposible entender la totalidad que es el país”

Esta fue una oportunidad para que nuestro principal centro pedagógico en la ciudad de Puebla nos explicara ¿En que momento un soldado intervencionista –ingeniero en artillería del ejército francés- don Gustavo P. Mar se convirtió en el personaje emblemático del BINE, al grado de compararlo con el educador veracruzano de origen suizo Don Enrique C. Rébsamen? ¿En qué instante de nuestra historia se abandonó el recuerdo de Guillermo Prieto, liberal, fundador de la normal del estado y educador de América?

Mire usted lo que tenemos en nuestra ciudad: si ingresa al templo de Santa Inés encontrará en uno de sus muros la imagen de un niño con las manos y el rostro crispado, que resulta una metáfora de los días en que la policía y los soldados hicieron efectivas las reformas a la extinción de comunidades religiosas en 1863 y en su atrio, en la esquina de la 3 sur y 7 poniente –eso creo- se localizan placas metálicas sobre la llegada de refuerzos de Chiapas para defender la ciudad, o tal vez  quieran escuchar la leyenda del convento de Santa Mónica y el descubrimiento del último convento de clausura, o quizá quiera recorrer los fuertes de Loreto y Guadalupe o tal vez…así, también en Zacapoaxtla y Xochiapulco en la sierra norte de Puebla. Para terminar, que le parece una historia amena e imaginativa en la cantina de “La Pasita” en el barrio de los zapos a donde –según dicho del propietario, Ignacio Zaragoza, empeñó sus lentes por unos copetines de pasita- o en el plano de la literatura, las crónicas, cartas y memorias a disposición de cualquiera como el texto “Yo el francés crónicas de la intervención francesa en México 1862-1867 de Meyer Jean” ¿Qué le parece compartir música y canciones de la época?: http://www.youtube.com/watch?v=nwfEWXfMXNw

 Correo electrónico: hernandez_luis21@yahoo.com.mx

 Twitter: @luishernandezmo














 

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