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sábado, 15 de junio de 2013

Santander: terrorismo bancario Luis Hernández Montalvo


Santander: terrorismo bancario

Luis Hernández Montalvo

Tal vez resulte exagerado calificar de terrorista al Banco Santander. Imagínese que un día; alguien le llama por teléfono a su domicilio para preguntarle con amabilidad por una persona a la que no conoce y nunca ha escuchado nombrar. –disculpe, ¿Se encuentra la señora Guadalupe X?

Conforme transcurren los días, las llamadas se hacen más insistentes; preocupado, les explico que en mi domicilio no vive la señora Guadalupe X, ellos me explican que la señora Guadalupe X sacó un crédito por varios miles de pesos y que dio como referencia mi número telefónico; por lo que le seguirán llamando, hasta que conteste; entonces, se me ocurre hablar al (01800) para pedir, primero una explicación por el número de llamadas y la insistencia a querer localizar a su cliente en mi número telefónico.

Desde el número (01800)  me explican que ellos, los del Banco, no pueden hacer nada y que ya trabajan con un cuerpo de abogados para abrirme juicio por no presentar a la señora Guadalupe X;  de esto ya transcurrió más de un año. En algunas ocasiones, preguntan por la misma persona pero en su versión masculina; por lo que supongo que no tienen claro si su cliente es hombre o mujer. Les pregunto si su cliente no dejó alguna dirección y me dan una que no corresponde con la de su servidor.

Durante varios meses las llamadas se hacían desde un teléfono identificable: el 3347749900 o 3344454218,  pero luego desde uno en el que solo aparece una nota  que dice: “no enviar ID”; al principio las frecuencias de las llamadas eran de una a tres por día, luego se hicieron más frecuentes y más agresivas en las amenazas. Ahora, las llamadas son cada hora mediante una grabación de voz sin respeto por los horarios, las llamadas entran por la noche y durante la madrugada, al grado de tomar la decisión de desconectar el teléfono y volver a conectarlo cundo se hacen las llamadas, pero nos mantiene desconectados con los familiares y amigos.

Llegué  a amenazar con demandarlos en la CONDUSEF y en forma por demás grosera me dijeron que si lo llegaba a hacer me arrepentiría y que lo que me convenía era pagar la cuenta de  Guadalupe X. tal vez debo presentarme personalmente en la dependencias del gobierno que se supone regula las actividades bancarias; pero dudo mucho que la dependencia no tenga noticia de las actividades de los regulados por las políticas públicas de este país.

No es el único caso; durante este año he coleccionado varias tarjetas de crédito que me han dejado con la persona que nos ayuda con la limpieza de la casa, - sin que tenga que identificarse-, primero, me dejaron una tarjeta de American Express; otro día me entregaron la de Banco IXE, hasta que finalmente me entregaran la de Banamex; de este banco, recibo regularmente mis estados financieros en ceros y solo espero, que no algún día me salgan con una demanda por deuda de expedición de tarjeta. Las tarjetas vienen acompañadas de un oficio en el que se indica el monto del crédito que puedo hacer efectivo con solo activar la tarjeta en cualquier cajero automático. Acompaña a este oficio una solicitud de datos personales. También ocurre que por teléfono me llaman para felicitarme por mi disciplina financiera con tal o cual banco, por lo que me hacen acreedor de un crédito de hasta por 300.00 pesos, con solo presentarme a las oficinas del banco más cercano a mi domicilio. Cuando les explico que soy desempleado y que no tengo cuenta en ningún banco, simplemente me cuelgan.

La próxima semana debo pedir un permiso en mi trabajo para poder asistir a las oficinas de la CONDUSEF en la ciudad de Puebla y espero tener suerte con las instituciones que deben regular las actividades financieras de los bancos, antes de que se conviertan en una pesadilla para la propia economía del país, al estar expidiendo tarjetas de crédito sin el más mínimo control y verificación de los datos de los clientes.


 

 

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