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jueves, 18 de junio de 2015

Re-pensar la lucha como profesores Adán Morgan



Raúl, profesor con mas de 25 años de servicio me comentaba:

- Ayer descansé un rato, sólo me dio tiempo de ir por unas dos mudas de ropa, abracé a mis hijos y jugué un rato con ellos, platiqué con mi esposa. También encontré una lata de sardina, dos latas de atún, unas sopas de la despensa pasada y un rollo de galletas que mi esposa tenía guardado para mis hijos. - ¡Llévalo viejo! Me dijo con tristeza, acá nosotros podemos sobrellevar el día. No supe que decir, sólo baje la mirada mientras me despedía..


De vez en vez el profe Raúl levantaba la mirada al cielo -como quien busca respuestas-, tomó un hoja y con el lápiz trazó algunas líneas; se dispuso a marcar el contingente que se encontraba en la plaza, y después me dijo: - ¿Somos pocos verdad profe?, ¿Y los demás compañeros donde estarán?, ¿Será que ellos ya se dieron por vencidos?. Yo no quiero pensar mal, pero creo que nos van dar atole con el dedo como la vez pasada. Ya ve usted que Oaxaca regresa a dar clases y nosotros acá en Chiapas parece que somos muchos grupos que no logramos acordar, no quiero ser pesimista pero creo que esto ya está perdido.

Contésteme usted profe: ¿Vale la pena lo que está pasando? Hace unos días teníamos como meta bloquear las elecciones para que las autoridades nos escucharan, pero eso no les hizo rasguño, ni se mosquearon, algo pasa con nuestro movimiento porque la misma sociedad nos amenaza por esta lucha, nos piden que vayamos a dar clases y creo que al final todos retornaremos a nuestro centro a esperar la evaluación.

Me quedé callado, no supe que contestar ante las comprometedoras preguntas del profe Raúl, fue como si un escalofrío atravesara mi cuerpo completo y buscara salvarme con una respuesta inmediata, pero preferí guardar silencio, y sólo pude decirle: - ¡Profe saldremos adelante con nuestra lucha, los profesores harán conciencia!… Sabía que era una respuesta para salir del paso, me despedí de él con un poco de pena y tristeza. Recogí las cosas que estaban desordenadas al interior de mi casa de campaña improvisada y me preparé un poco de café. Antes de que el sol tocara el horizonte, me dispuse a escribir algunas líneas que respondieran las preguntas de mi compañero; pues las preguntas que me hizo no son menores, por lo que acá dejo algunas opiniones que considero se pueden repensar como profesores:

- Nos hemos abalanzado a ciegas contra un sistema que ha pactado, no sólo con el congreso, también con gobernadores, intelectuales, organismos nacionales e internacionales que señalan a los profesores como responsables del fracaso escolar. Ante esta ola de difamaciones, ni nuestras bases, ni nosotros mismos hicimos una lectura profunda de lo que pasaba, al contrario nos refugiamos en el corporativismo de nuestras bases y cada uno se aisló en su zona de confort sin reflexionar lo que el Estado preparaba con su decidida reforma laboral, no educativa.

- Emprendidos una lucha que se nos escapa de las manos, porque no hemos logrado aglutinar nuestro pensamiento como profesores hacia una misma causa. A estas alturas tenemos en contra a la sociedad que exige con todo derecho nuestro regreso a las aulas.

- La forma de lucha que nos heredó el viejo sindicalismo ya no aplica en nuestros tiempos: tapar caminos, tomar las plazas, saquear y quemar negocios está dejando entredicho nuestros principios fundamentales: formar ciudadanía y conciencia.

- Los tiempos actuales nos interpelan con nuevas formas de intervención. Debemos dejar claro con propuestas pedagógicas y educativas que estamos inconformes, pero no por incompetencia para ser evaluados o por la reforma educativa, sino por las formas en que el sistema maneja la educación en nuestro país. Nuestro coraje y nuestra lucha es porque la autoridad sigue aplicando un viejo verticalismo autoritario sobre lo educativo sin tomar en cuenta nuestra experiencia, nuestros conocimientos y nuestra participación como educadores. Lo debemos dejar claro, la evaluación solo es un discurso que aglutina una intencionalidad más profunda del sistema, es sólo la punta del iceberg de los intereses mezquinos que la iniciativa privada busca al manejar el sistema educativo. Con un congreso que aglutina un porcentaje representativo de dueños de universidades y escuelas privadas no puede pensarse que les interese la educación pública.

- Tenemos coraje y rabia en contra de un sistema que habla de calidad educativa sin que se haga un análisis profundo de la estructura de la educción en su generalidad, no es posible que se hable de calidad con un 70 por ciento de nuestras aulas en condiciones deplorables con respecto a infraestructura. Aunado a ellos existen condiciones de pobreza y miseria que no se han resuelto de fondo, por más que nos esforcemos compañeros, un niño con el estomago vacío no aprende, un país que no resuelve los asuntos de pobreza, no puede hablar de calidad educativa, eso es inadmisible compañeros.

Pero lo vuelvo a repetir compañeros, hemos equivocado el camino, debemos de dejar de pensar en nuestras prioridades personales para pensar en un proyecto de largo aliento que implique lo siguiente:

- Aprender de otras formas de lucha que el contexto y la historia nos muestra. Hay quienes se han concentrado en las montañas para repensar en silencio, han orientado sus luchas sobre una misma causa, se han dedicado a formar generaciones nuevas que hoy abrazan con fuerza sus principios de libertad y autonomía. 

- Nuestra lucha no será, ni es inmediata; nuestra lucha no es la evaluación, ni será la reforma educativa, nuestra lucha será de largo alcance, posiblemente ninguno de nosotros logre ver el impacto en el futuro, porque no debemos pensar en nosotros, sino en las futuras generaciones.

- Es tiempo de retornar compañeros, de regresar a nuestras escuelas, de conformar nuestros colectivos, de organizar una red que supere al propio sindicato, debemos estar dispuestos a perder todo, para ganar todo. Debemos pensar un nuevo comienzo, el discurso y la forma de manifestación sindical nos ha quedado debiendo. 

- Ahora nos se trata de nosotros, se trata de próximas generaciones, por eso nuestra lucha debe ser de largo aliento. Esta lucha de la evaluación no la ganaremos, ni debemos hacerlo. Nuestra lucha compañeros profesores debe resurgir con un nuevo discurso de formación que abrace un proyecto de nación, un proyecto de conciencia histórica. 

- Regresar a las aulas no para estar vencidos, sino para iniciar una lucha desde abajo como un colectivo nuevo que deje fuera los intereses mezquinos y particulares que nos han utilizado desde hace años.

Morgan 2015.

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