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domingo, 5 de octubre de 2014

Un museo del futuro en cada escuela Ernesto Partida Pedroza





Si deseamos algo diferente, necesitamos hacer algo diferente.
Albert Einstein

Se dice que el futuro es de los jóvenes, pero eso será 
siempre y cuando éstos se preparen para ello.

Los planes y programas de estudio de la educación básica son por lo general programas rígidos que no admiten ninguna variación, no importa la realidad  que viven los estudiantes, a todos se les imparte las mismas materias. A los estudiantes se les obliga a memorizar miles de datos inútiles.
Prácticamente todas las materias que se les imparte tienen que ver con el mundo exterior y nada con el mundo interior de los estudiantes Ninguna materia tiene que ver con el desarrollo humano de los niños y jóvenes.
El modelo educativo concentra toda su atención en la acumulación de información de todas las materias misma que no se articula entre sí para entender el mundo que viven los estudiantes.
Se olvida casi por completo el desarrollo de las habilidades y de la experiencia que se puede generar en el aula.
Hay estudiantes que terminan una carrera y no saben qué hacer con lo poco que aprendieron en la escuela y los que realmente son capaces aprenden con la práctica en el campo laboral.
El mundo actual es el resultado de la educación que recibieron nuestros ancestros, y la misma educación que recibieron ellos es la misma que estamos dando a nuestros hijos, por lo tanto, no podemos esperar que nuestros hijos construyan un mundo diferente si no les enseñamos a crearlo.

Los países avanzados son aquellos que se atrevieron a hacer los cambios en los sistemas educativos y ahora están cosechando los frutos de esos cambios, mismos que nosotros los mexicanos no nos hemos atrevido.
Uno de los objetivos de la educación es  entender la vida del presente mediante lo que han hecho nuestros ancestros y en base a todo ello crear un futuro mucho mejor, pero en la realidad no estudiamos el presente ni el pasado, solo hemos memorizado los hechos más importantes, pero somos  incapaces de relacionar los hechos del presente con los del pasado y eso nos imposibilita para crear un futuro promisorio.
Con frecuencia he dicho que la ficción puede ser 
más provechosa  que la misma historia.
John Foster
Somos como un barco  a la deriva, no sabemos de dónde venimos, no sabemos en donde estamos ni tampoco a dónde vamos.
Para confirmar o desechar esta aseveración le podemos preguntar a un estudiante normal las siguientes  preguntas: ¿Cuáles son los problemas que hay en tu entorno? ¿Conoces las causas de esos problemas? ¿Cuál es tu meta en la vida? ¿Estás haciendo algo concreto para lograrla?
Muy probablemente no sea el caso de usted que está leyendo estas líneas, pero si lo es el caso de la mayor parte de los estudiantes.
Veamos el caso de los estudiantes de un municipio del estado de Morelos.
Hace poco fui a visitar la ciudad de Tepoztlán, un pueblo mágico de más o menos de una población de 14 mil habitantes, es una ciudad muy visitada por turistas nacionales y extranjeros, tiene mucha artesanía, edificios coloniales y más de 170 festividades al año.
Hace unos años hubo varios proyectos turísticos como por ejemplo un teleférico, un campo de golf y la ampliación de la carretera de dos  a cuatro carriles, la población se opuso y hasta el momento han impedido que se construyan esos proyectos.
Un guía de turistas me decía que el pueblo no está de acuerdo con esos proyectos porque acabarían con las costumbres y tradiciones del pueblo,  “preferimos gastarnos los 300 mil pesos en un castillo que se quema en 20 minutos que tener esos proyectos, nos quieren poner un Wal Mark y los Oxxos. Eso no”.
Una persona que trabaja en dos hoteles me decía que estaba muy agradecido con San Miguel Arcángel que les ha permitido vivir bien. Esta persona tiene un terreno  que tiene una extensión de 40 mil metros cuadrados que no usa y está pensando producir miel de abeja en el futuro.
Los adultos ejercieron, consciente o inconscientemente, su  derecho de vivir como ellos quisieron, pero  no tienen derecho a imponer las ideas,  las creencias, las tradiciones, las costumbres  y la pobreza a  sus hijos.
Todos los niños y los jóvenes tienen el derecho y la obligación de crear su propio futuro, para eso van a la escuela, si no van para eso, no tiene sentido ir  a la escuela.
No se trata de quitar de golpe y porrazo las tradiciones, sino simplemente cuestionarlas, seguramente habrá tradiciones y creencias que deberán quedarse, eso lo deberán decidir las nuevas generaciones.
Los países avanzados se han atrevido a cambiar de paradigmas, nosotros los mexicanos no tenemos por qué ser diferentes.
Los niños y los jóvenes tienen la capacidad para determinar su propio futuro. Tienen todo el derecho de seguir con las tradiciones de sus padres o romper con ellas.
Convendría que más que estudiar las generalidades de la historia, de la geografía y la economía, mejor se estudiara la historia, la geografía y la economía de Tepoztlán. Sería conveniente que todos los estudiantes de esa región estuvieran al tanto de los problemas reales y que desde ahora empezaran a crear las soluciones.
En los momentos de crisis, solo la imaginación
es más importante que el conocimiento.
Albert Einstein
De lo que se trata es comprometerlos desde ahora para que estén listos para que llegado el momento tomen las decisiones creativas y adecuadas para todos.
No se trata de prepararlos para ser los empleados de quienes lleguen, sino que sean los emprendedores de las nuevas empresas que se requerirán en el futuro.
La edad de la niñez y la juventud es la mejor época para ejercer la creatividad, este es el momento adecuado para estimular la creación de un futuro promisorio para todos los habitantes de Tepoztlán.
Habría que estudiar a las ciudades en el mundo que tenga un cierto parecido a Tepoztlán  que hayan modificado su modo de vida  y ver lo que podrían imitar para estar entre las mejores ciudades del mundo.
Se puede invitar a algún funcionario de la embajada del país del que se quiera imitar para que les platique sobre qué es los que ellos hicieron para tener el país que hoy tienen.
Pienso en países como Corea del Sur, Singapur,  Japón y Suiza. México tiene buenas relaciones con esos países y creo que es fácil que alguien pudiera ir a Tepoztlán y compartir alguna buena experiencia.
Se podría convocar a todos los estudiantes de Tepoztlán para que asistan a ese evento.
Una vez habiendo estudiado todas las fortalezas y debilidades de Tepoztlán    entonces sí podrían hacer los estudiantes los proyectos personales acerca de los que van a hacer una vez que haya terminado su carrera y a lo cual se comprometen  consigo mismos, con su familia y con la comunidad para hacer un proyecto y así todos los demás.
Esos proyectos se colocarían en un espacio de la escuela al cual todos podrían  conocer y con ello ir generando el acuerdo entre todos para ser los protagonistas del futuro.
Es muy probable que muchos estudiantes contemplaran la construcción de nuevos restaurantes con propuestas novedosas, centros de salud  con las diferentes alternativas que hoy existe, algunos otros aprovecharán los amplios espacios que tienen en sus casas para construir talleres de diferente índole, otros más construirían las  escuelas para el siglo XXI que seguramente serán totalmente diferentes a las de ahora en donde se ejercite a los dos hemisferios cerebrales dando por resultado a estudiantes  con una formación científica y humanista. Es probable que otros construyan escuelas que impartan  cursos especiales de desarrollo humano y de muchos otros temas que se requieren para formar a nuevo ser humano que requiere el mundo de hoy.
Habrá otros se quieran  crear un periódico o una radio en internet  con contenidos de un alto valor para todos los habitantes de Tepoztlán que los haga unirse y sentirse muy orgullosos por su vocación como individuos y como pueblo.
Este museo estaría ahí para recordarles a los estudiantes el compromiso que hicieron cuando estuvieron en esa escuela.
Así, cada escuela en cada colonia, en cada ciudad tendría un espacio llamado museo para que todos los estudiantes recuerden que tienen la responsabilidad de estudiar muy bien el presente que les permita construir  un futuro mucho más próspero y más feliz.
Cada región en la que está ubicada una escuela hay riquezas que están ahí escondidas para que los hoy estudiantes las descubran y en el futuro las aprovechen para crear la riqueza entre todos y para todos. 
Descubrir y crear la vocación de los pueblos es una misión de los estudiantes de hoy y los profesionistas del mañana.
En el remoto caso de que no existieran esas riquezas naturales, necesariamente habría personas que tienen como potencial la imaginación y con ella crear las grandes riquezas.
Hay muchos pueblos en la historia que construyeron las grandes riquezas en pleno desierto, en donde supuestamente no hay recursos naturales. Nosotros los mexicanos no tenemos por qué ser diferentes.

La imaginación de los muchachos es un corcel, y la curiosidad, la espuela que lo aguijonea y lo arrastra a través de los proyectos más imposibles. 
Gustavo Adolfo Bécquer 
Para transformar a un país no necesariamente  debemos esperar que las decisiones vengan desde arriba, se puede empezar desde abajo. Podemos empezar en forma individual cumpliendo con nuestros roles, solo con eso podemos crear  islas de cordura con la que podremos contagiar a cada una de las personas que nos rodean.
Un padre de familia puede influir a su esposa e hijos, un profesor puede influir sobre sus alumnos y eventualmente a todos los papas  de sus alumnos, un empresario puede influir sobre sus trabajadores y eventualmente a las familias de sus trabajadores, un periodista puede influir sobre todos sus lectores o televidentes, según sea el caso.
Tenemos las limitaciones que nosotros mismos nos hemos puesto. 
Al diablo con esas limitaciones.
ernestopartida44@yahoo.com.mx
www.elsuenomexicano.org





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